Twinning

Twinning

En el verano de 1854, una epidemia de cólera explotó en uno de los barrios de Londres. El establishment de la clase médica del momento se empecinó en darle una explicación basada en la mala calidad del aire, o sea, en el efecto perjudicial de las “miasmas”. Se precisó de la obstinación de un científico que “mapificó” la información recogida durante la epidemia (quién había muerto, cuándo y dónde), para llegar a la conclusión de que el origen de la epidemia estaba en el contacto de las aguas fétidas con los pozos de agua utilizados por los ciudadanos, no en el “mal olor” de la ciudad.

Fue la fusión, la combinación, la fertilización de ideas, procedentes de personas con conocimientos diferentes, la que hizo posible dar una explicación que dejara fuera de combate la versión “oficial”, la miasmática, de los orígenes de la epidemia. De la “multiplicación” de dos conocimientos, surge algo más que su suma.

El “Twinning” (emparejamiento) de conocimientos consiste en poner en contacto ideas, personas, empresas, diferentes, para generar un valor que no podrían crear por separado. Así, de la observación del comportamiento de los enjambres, hormigueros, y otros grupos numerosos de animales, se deriva un conocimiento sobre la “emergencia de orden” y la aparición de eficacia a partir de pequeñas reglas, que puede aplicarse a problemas concretos de logística de los humanos.

O un estudio de arquitectos en Londres propone construir 200 nuevas ciudades de 1.5 millones de habitantes en los próximos 20 años (300 millones de personas pasarán del campo a la ciudad), sostenibles y autosuficientes energéticamente, gracias a la organización de un equipo multidisciplinar de arquitectos, ingenieros, expertos en energías alternativas, en ecología, etc. O un físico brillante inventa un nuevo tipo de instrumento musical, medio hardware medio software, una mesa en la que se componen sonidos moviendo piezas que se conectan entre sí de forma “mágica”, y que es el resultado de la combinación de conocimientos de física, ingeniería, informática y música. O un médico se inspira en la Naturaleza, y se apoya en los sistemas de diseño 3D (biología más ingeniería), para encontrar una solución “biomimética” a problemas de la estructura dental de los humanos, y la convierte en un producto patentado en todo el mundo.

El futuro no será simple. Así, por ejemplo, no será un futuro de textiles y punto, sino de textiles técnicos, de textiles médicos, o de textiles sanitarios. No será un futuro de juguetes y punto, sino de juguetes ecodiseñados, que ahorren energía, que transmitan valores, o que den de nuevo a los niños la pasión de jugar con sus manos, construyendo, imaginando, creando.

La energía económica de los próximos años viene de hibridar empresas (1+1=3 o 1+1=1000, según cómo hagamos la suma), o sea, de fundir las fronteras entre sectores, y de reducir la distancia entre los sueños y la realidad. Para ello, habrá que crear las condiciones, plataformas, circunstancias, redes, que permitan a distintos conocimientos encontrarse para mezclarse.

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