Sociedad de Validación de Sistemas

Sociedad de Validación de Sistemas

Por Ramon Bori

«Entiendo la empresa como un conjunto de gente que vende conocimiento siguiendo al mercado»; con esta definición sintética y rigurosa se presenta Pere Merino, CEO de la Sociedad de Validación de Sistemas, empresa con sede en Sant Cugat del Vallès (Barcelona).

Pere Merino –vecino de Argentona nacido en Mataró– es un apasionado de la informática y un emprendedor reincidente.

M2R, la primera visión

En 1987, Pere Merino funda en Mataró M2R, empresa especializada en el desarrollo de sistemas informáticos para el control de procesos farmacéuticos.

Una década después, con casi un 90% del mercado peninsular, M2R ha conseguido el preciado «monopolio temporal» de Porter en este nicho de expertise en manufacturing execution software para la industria farmacéutica. Akzo Nobel, American Home Products o Novartis son algunas de sus grandes firmas clientes.

Pero a finales de los noventa los tiempos cambian: soplan vientos de globalización y muchos se asustan, pero el equipo de M2R ve en ello una oportunidad y un reto.

«Por aquél entonces habíamos detectado que las grandes empresas farmacéuticas tendían a centralizar la toma de decisiones a nivel supranacional y que, por lo tanto, teníamos que vender en el mercado internacional un producto estándar que funcionase para cualquier tipo de planta», recuerda Pere Merino.

En 2000, M2R presenta la primera versión del software desarrollado en Java. «¡Era lo que buscaban las grandes empresas del sector!», exclama este emprendedor.

Antes de que terminara el año, Aspen Tech Inc, firma norteamericana especializada en el control de procesos petroquímicos que cotiza en el Nasdq, hace una oferta y adquiere la start-up mataronense con sus veinte empleados, en un movimiento estratégico de la firma de Boston en su interés por entrar en el big pharma (más infromación).

Han pasado cinco años y hoy el software desarrollado por M2R es el estándar global en procesos de control de calidad de los primeros nombres del sector.

La inquietud del emprendedor

Estamos en el 2000, y Pere Merino ha pasado de emprendedor a gestor de una gran corporación global.

«Del 2000 al 2002, estuve en la Pharmaceutical Business Unit de Aspen. Éramos un grupo de seis personas que definíamos la estrategia de Aspen en el sector farmacéutico: a qué clientes abordar, con qué productos, qué nuevas funcionalidades había que implementar (…) Desgraciadamente, esa estrategia se perdía frente a los intereses tácticos de los diferentes países y departamentos: ventas, I+D y servicios», explica Merino.

Pero su alma emprendedora seguía moviéndose, y en 2002 deja la gran empresa y se pone al frente de SVS, Sociedad de Validación de Sistemas, división de consultoría de M2R que se había segregado en 1994 y no formaba parte de los activos adquiridos por la empresa norteamericana.

SVS, la segunda visión

SVS, Sociedad de Validación de Sistemas, define su misión como un servicio integrado de consultoría, validación y mantenimiento de los estándares de calidad establecidos por las diferentes autoridades sanitarias nacionales e internacionales.

 
Más información

«Las autoridades reguladoras dicen a las empresas lo que tienen que cumplir, pero no cómo. Aquí es donde aportamos nuestro know-how», resume el empresario.

Supongamos una vacuna que debe transportarse en frío. ¿Cómo demuestra una empresa farmacéutica que el logista no ha roto la cadena del frío?

En ese ejemplo, SVS llevaría a cabo la validación del proceso, que contempla un análisis de riesgo con el objetivo de demostrar –con pruebas documentales– que el proceso es fiable y verificable para garantizar que en un alto porcentaje cumple las prescripciones legales requeridas por las autoridades sanitarias competentes nacionales e internacionales.

Pere Merino recuerda que en 2002 el regulador norteamericano (la OS Food and Drug Administration) impuso una sanción de 500 millones de dólares a Schering-Plough, precisamente porque esta multinacional farmacéutica no pudo validar los procesos de fabricación de cuatro de sus plantas en Nueva Jersey y Puerto Rico (más información).

Next, los mercados emergentes

Hoy SVS, Sociedad de Validación de Sistemas, es una empresa de ámbito global que da empleo a un centenar de personas en sus oficinas de Sant Cugat del Vallès, Madrid, Vigo, Buenos Aires, Argelia, Milán y Shanghai, un mapa que ilustra la geografía de los proyectos desarrollados por SVS.

Mapa que ejemplifica la geografía de los proyectos desarrollados por SVS

«El mercado en nuestro sector es mundial porque el mercado español es demasiado pequeño», explica el CEO de SVS, y añade: «Hoy el gran mercado emergente es, sin duda alguna, China. Allí hay unos 6.000 laboratorios, aunque pensamos que en los próximos años quedarán la mitad. Muchos de esos laboratorios chinos ya se plantean exportar, y por eso necesitan nuestros servicios para validar sus procesos ante la OS Food and Drug Administration»

El emprendedor como visionario optimista

«En mi experiencia, el emprendedor focaliza su visión de futuro y no ve los obstáculos que encontrará por el camino, porque piensa que ya se las apañará cuando sea el momento», comenta Pere Merino, «mientras que los gestores, como expertos analistas, ven los riesgos y nunca acaban de lanzarse», una reflexión en línea con los trabajos de los profesores Busenitz y Barney, que hace unos años demostraron experimentalmente esa tendencia de los emprendedores a generalizar, a confiar por encima de la media en sus habilidades personales y a no ver riesgos que para el resto de gestores son tan aparentes (más información). Véase Busenitz, L. and Barney, J. (1997) «Differences between entrepreneurs and managers in large organizations», en Journal of Business Venturing, vol. 12, 1997).

«Sinceramente, pienso que el visionario ve de forma tan nítida su visión que en su mundo ya toma forma de realidad, ya la toca, así que ni se plantea que debe recorrer un camino para llegar a ella. La experiencia demuestra que hay que planificar el camino pero el motor, la energía vital para el movimiento, es la visión. Un emprendedor es ante todo un creativo que se desarrolla en el mundo empresarial», dice Merino.

El Maresme, un entorno para trabajar

Pere Merino, que vive en Argentona, comenta que el Maresme tiene un componente de calidad de vida que lo hace muy atractivo para la gente de fuera, especialmente para personas con alta densidad de conocimiento.

Desgraciadamente, trabajar desde casa en ese entorno tan amable es todavía un wishful thinking «porque las empresas todavía no han superado el concepto de oficina… incluso consultoras como la nuestra, que nos pasamos la vida en casa del cliente!», afirma, y concluye: «la empresa todavía se ve en clave de poder; hay que hacer el cambio hacia el liderazgo y los resultados.»

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