Simon Jones

Simon Jones

Úlltimo director general del Media Lab Europe, European Research Partner of MIT Media Lab, en Dublín.

 

 

 

 

El doctor Jones es un reconocido tecnólogo británico, experto en diseño de sistemas microelectrónicos. Con sólo 31 años mereció el Brunel Prize, que concede la British Association for the Advancement of Science a menores de 40 años en homenaje a otro mítico innovador, Isambard K. Brunel.

 

 

El antiguo director del Media Lab Europe reflexiona sobre algunos de los Ingredientes imprescindibles para que la Innovación se ponga a trabajar, aunque reconoce que su sola presencia no garantiza los resultados por tantos deseados.

 

 

La innovación es como la belleza. -Tan fácil de reconocer, tan difícil de conseguir. La innovación trata sobre la exploración de las diferencias. De cómo tomar ideas prestadas de un entorno y utilizarlas de formas diferentes a su función original en otro entorno. 

 

 

No tan jóvenes. -Si asuminos que la innovación proviene solamente de la juventud, entonces en una Europa envejecida tenemos un problema grave.

Por suerte, la innovación surge de explotar las diferencias.

 

Coge a gente mayor y ponla en circunstancias diferentes, ¿A ver qué ocurre?

 

 

El estilo bucanero del MIT. -Este centro mantiene con los años el espíritu rebelde (maverick) de un equipo de innovadores que disfrutan trabajando juntos, enfatizando intensivamente en formas nunca exploradas, y con una alta densidad de conocimiento.

 

Empresas como Google o Skype no se preocupan tanto por conseguir todos los ingredientes para innovar, como simplemente juntar innovadores y dejarles en libertad para que innoven.

 

 

Interdisciplinariedad. -Una vez algo se consolida como disciplina, la innovación ya ha ocurrido porque las disciplinas no innovan.

 

La zona clave se halla en el vértice donde dos o más disciplinas interactúan. Mejor aún aquel espacio donde nadie puede otorgarse su representación, porque no existe. El Media Lab ha hecho de las ciencias, las tecnologías y las artes su espacio común, con la participación indistinta de académicos, practitioners y usuarios.

 

 

Variedad en la tribu. -La variedad del personal es otro prerrequisito para que se encienda la llama de la innovación. En el Media Lab Europe participan científicos, artistas, realizadores de cine, diseñadores de videojuegos, filósofos, e incluso algún bailarín.

 

 

iBand

A wearable device for handshake-augmented interpersonal information exchange

 

 

A la excelencia en su campo, los candidatos idóneos siempre muestran una avidez por nuevas experiencias y conocimientos, tan cómodos con los protocolos peer-to-peer como con Foucault.

 

 

Demo or die. -Un grupo tan variopinto y complejo debe ser capaz de autorganizarse para articular sus ideas. Una demo acostumbra a ser un buen método para fijar conceptos y explorar su potencial.

 

 

Pilotar un avión de combate. -Gestionar un Centro de Innovación es como pilotar un avión de combate. Ambos son inestables, pero esta característica es la que proporciona la focalización para conseguir resultados y la flexibilidad para cambiar de dirección cuando nuevas posibilidades emergen.

 

¿Quién se acuerda del primer disco de U2? No fue hasta el tercer LP que este grupo irlandés alcanzó el entusiasmo del público.

 

 

Un océano con peces. -La creación de distritos específicos para las empresas del conocimiento –como el 22@ bcn— representan un esfuerzo de las administraciones para crear el océano donde puedan nadar y vivir peces como Google o Skype.

 

El caso de Skype pone de relieve como el fenómeno Internet basado en el espíritu emprendedor es imparable. Una empresa liderada por un danés y un programador estonio, con sede en Luxemburgo que recientemente ha sido comprada por Ebay.

 

En California estas acciones gubernamentales ya no son necesarias. Desde hace años existe un entorno de innovación que facilita la emergencia de empresas como Google.

 

 

Dr. Brian Duffy: Trying to make robots more human
 

 

Barcelona.- Europa no puede crecer sin creatividad, sin creatividad no hay innovación. Tengamos presente que para la creatividad, el entorno importa más que las infraestructuras. En Barcelona tenéis un entorno fabuloso (terrific), !más que Munich o Helsinki!

 

Cierto que otros factores como el entorno macroeconómico, fiscal o legal también son determinantes, como ha demostrado la exitosa trayectoria irlandesa.

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