14 Feb Si no reaccionamos, se nos escapa el talento
El investigador español a menudo se siente aislado, mal retribuido, poco valorado. Y no es solo una sensación. España, a pesar de ofrecer un entorno atractivo y una mítica calidad de vida, tiene muchos temas pendientes -sistema educativo y poco o nulo reconocimiento social entre otros- y es una nación que resulta poco atractiva para el afincamiento de talentos. Lejos esta lo que ofrece Sillicon Valley o Cambridge, la región que abrita el MIT y Harvard.
Resultado: la mayoría de nuestros grandes talentos deciden hacer las maletas y acaban en otros lugares. Un puñado de expertos de todo el mundo se ha congregado en Pamplona en el I Foro Mundial sobre el talento en la era del conocimiento para tratar de cercar aquello que se entiende por talento y entender un poco mejor qué se puede hacer para conseguir que una región determinada sea un imán de atracción de talento proveniente de todo el mundo. Oradores de la talla de Richard Florida y Sir Ken Robinson expusieron sus ideas. Transmitimos aquí algunas de ellas.
Empecemos por el principio: el talento, que se encuentra en cada uno de nosotros, vamos a considerarlo como una capacidad que necesita ser estimulada y desarrollada para que pueda expresarse. Antes de esto, tiene que ser detectada, cosa no tan fácil y si no, que se lo pregunten al profesor de música de George Harrison y Paul Mc Cartney, o al director del coro en el que quiso estar inscrito Elvis Presley. Eso sí, una vez detectada, es fundamental que se inviertan los recursos necesarios para desarrollarla y poder revertir los resultados en la sociedad.
Según datos del Profesor Touron, un 98% de los niños españoles con alta capacidad no reciben un tratamiento especial que lo potencie.
¿Podemos permitirnos el lujo de desperdiciar ese talento? ¿Acaso estamos en una época en la que podemos pasarnos del talento? El talento, la creatividad, la innovación son los motores que necesitamos para hacer de esta crisis una oportunidad.
Tal y como apunta Richard Florida, si la fuerza motriz de nuestra economía actual es el talento; si el talento es el único factor de producción capaz de operar en este momento, sólo aquellos que inviertan en talento, que aumenten su desarrollo, que lo aceleren y lo impulsen serán capaces de relanzar nuestra economía. Los verdaderos actores no son los gobiernos, son los esfuerzos locales. Las regiones son los catalizadores del cambio.
¿Cómo atraer pues el talento a una región? Los expertos reunidos en Pamplona fueron unánimes: entre los requisitos que deben darse, uno fundamental es el de la apertura a nuevos esquemas; Sillicon Valley es uno de los lugares más abiertos del mundo. Solamente las sociedades que están dispuestas a aceptar excentricidades, a acoger la diversidad cultural son aptas para convertirse en la tierra de acogida de talentos.
La calidad de vida que el propio lugar es capaz de aportar es fundamental. Debe ofrecer todo tipo de facilidades que hagan que el talento no tenga que ocuparse de problemas cotidianos; debe poseer colegios, infraestructuras culturales, etc… pero más allá de estos elementos obviamente indispensables, el lugar de acogida debe ofrecer la capacidad de crear redes sociales atractivas. La gente tiene necesidad de entablar amistades y por tanto, debe tener la posibilidad de hacer amigos. Si damos por válido que el talento se multiplica de manera exponencial cuando entra en contacto con otro talento, es fundamental que los nuevos no se sientan aislados, que haya una comunidad de gente afín a ellos.
El entorno natural también juega un papel importante, el contacto con la naturaleza aporta calidad de vida.
Todos estos requisitos se rematan con una apuesta decidida por parte de los políticos.
Para cerrar el círculo, la región debe tener el tejido empresarial suficientemente desarrollado como para absorber todo ese talento que a su vez tendrá un impacto importante en el desarrollo de la región.
Vivimos un momento de desperdicio absoluto del talento; desperdicio en la economía que no acaba de reconocerlo como el principal factor de producción, desperdicio en las empresas que compiten por dentro en lugar de hacer del talento una riqueza colectiva, desperdicio en el sistema educativo que se orienta al alumno medio y que se resiste a tener la excelencia como meta cuando debería estar preparada para promover óptimos y no para homogeneizar a la baja.
El futuro está en reconocer el valor fundamental del talento en nuestra economía, promoverlo, darle las condiciones favorables para que aflore y… cultivarlo, retenerlo, seducirlo.
Algunas frases para reflexionar:
Debajo de la superficie están las semillas de la posibilidad. (Sir Ken Robinson)
Conocemos la secuencia: hay que generar talento que genera innovación que a su vez genera excelencia y por tanto confianza, pero tenemos que ser valientes. (JC Cubeiro)
El futuro está en regiones que sean capaces de atraer talento y no en organizaciones que son capaces de generar puestos (Enrique de Mulder)
Por primera vez en la historia humana, para poder hacer avanzar nuestra economía, hemos de desarrollar todas las capacidades creativas del género humano (Richard Florida)
Contratar talento por parte de una empresa es mucho más arriesgado que contratar dedicación (Borja Peleato)
Si hay talento, hay futuro (Luis I. Cacho)
Algunas de las iniciativas que nos llamaron la atención:
Declaración internacional de Navarra sobre el talento
Promete es una fundación que nace con el objetivo de detectar y desarrollar el talento. Es la primera fundación española de estas características y aunque nace de iniciativa privada, opera con la premisa de aplicar recursos privados (económicos, creativos, organizacionales) a objetivos públicos. Ofrece becas a niños con talento en distintas áreas.
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