Rolf Tarrach: la Investigación Científica como un Estado Mental I

Rolf Tarrach: la Investigación Científica como un Estado Mental I

Entrevista a Rolf Tarrach,Catedrático de Física de la Universitat de Barcelona; Presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y Doctor Honoris Causa por la Universidad de San Petersburgo.

 

Ramon Bori> Hablemos un poco de política de innovación científica y tecnológica tras tu reciente experiencia como presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). El último informe mensual del servicio de estudios de La Caixa destacaba a España como una de las economías desarrolladas que dedica menos recursos al I+D, además resaltaba el mayor peso del sector público y las universidades.


Rolf Tarrach> España está en un gasto de I+D de alrededor de un 1 % del PIB, y por lo tanto está más o menos en la mitad del gasto europeo y en una tercera parte del japonés. Estados Unidos están alrededor del 2,7%. Suecia está por encima del 4%. Esto es un problema serio.

Como has dicho correctamente, el problema tiene varios componentes. Primero, en el modelo americano, dos terceras partes son privadas y una tercera parte es pública. En Europa es el 56% privado, 44% público. Y en España es más o menos mitad y mitad. Por lo tanto, el primer problema que tenemos es que las empresas ponen pocos recursos en I+D.

Segundo problema, hay una parte de la I+D que hacen las empresas que no está totalmente claro si es I+D. En algunas comparaciones internacionales, como una que publicó hace muy poco el Financial Times (FT) las grandes empresas españolas no están. Es decir, los expertos del FT cogen los datos que declaran las empresas españolas y les aplican un factor corrector, porque de alguna manera no acaban de creerse que estas sean las cifras que se gastan en I+D.

Tercer problema. Del gasto público, el 50% es de lo que se llama capítulo octavo: son préstamos. Es un dinero que se da pero luego hay que devolverlo. Clasificarlo como I+D es un poco delicado.

En conjunto se presenta un panorama un poco complicado. Cierto que en los últimos años ha ido aumentando un poco la parte pública, aunque han sido básicamente los préstamos militares. La I+D militar es una historia más complicada.

Los americanos sí que hacen mucho I+D militar, pero aquí en España, lo que se hace es comprar ciertos equipos. Se modifican un poco, pero no está muy claro si realmente se puede incluir esta actividad en la categoría de I+D.

Ramon Bori> No hace mucho leí en la prensa unas declaraciones tuyas en las que afirmabas: ?España gasta más en importar tecnología que en I+D?. Con esta cultura, ¿ hacia dónde vamos?


Rolf Tarrach> Has tocado un problema muy importante. Es un problema doble. Poco interés, en general, de la sociedad en temas de Investigación. Como la sociedad no lo entiende, los políticos tampoco lo entienden.

Hablando con una persona muy importante en el mundo de la ciencia española, me comentaba: ?He llegado a la conclusión que ninguno de los ministros, ni actuales ni anteriores, entiende de qué va la investigación?. Esta es la realidad, los políticos reflejan la sociedad.

Por parte de las empresas, existe la cultura de que cuando necesitas alguna cosa, la compras. Que esto haga que el balance de alta tecnología en España sea de menos 15.000 M ? al año, pues mira …

Soy relativamente pesimista en las posibilidades de hacer un salto adelante.

El señor Zapatero ha dicho que pasará del 1 al 2%. Si hubiera un gobierno que aumentara no un 25% anual, que es mucho y que es difícilmente sostenible, sino un 10% real anual el gasto público no financiero, durante muchos años, sería algo extraordinario y permitiría hacer muchas cosas.

Ramon Bori> ¿Y por la parte empresarial?

Desde el lado de los empresarios esto no funcionará y puede poner en peligro el aumento público, porque los políticos muy rápidamente dirán: ?lo que pasa es que son los empresarios los que han de aumentar para llegar a los famosos dos tercios? –que es el programa que se discutió aquí, en la cumbre de Barcelona, para que Europa llegara al 3%. Dos terceras partes privadas y una tercera parte pública.

Los empresarios, podrán o no pondrán estos recursos, pero no porque lo digan los políticos. Y estamos en una situación un poco desesperante.

Alfons Cornella> Quizás no es un problema de más I+D, la empresa empieza a estar dispuesta a hacer innovación, pero no necesariamente a desarrollar nuevas ideas, sino mejorar cosas que ya existen. Por ejemplo, se empiezan a invertir cantidades destacables en diseño, que es una parte importante de la innovación. Por lo tanto cuando hablamos de I+D, ¿A qué nos referimos exactamente?

Rolf Tarrach> La innovación engloba la I+D; si miras como Hacienda –que son los que tienen las categorías claras por el tema de desgravaciones –compartimenta la innovación en 4 o 5 partes, verás que una de ellas es I+D. Hay otra parte de formación, otra de diseño, otra parte que es innovación tecnológica, procesos …

La pregunta sería, ¿hasta qué punto se puede hacer innovación sin hacer I+D? El I+D alimenta la innovación desde abajo. Los japoneses tuvieron una etapa en la que hacían muy poca I+D y mucha innovación, pero esta etapa se acabó, porque llegó un momento en que no entendían las bases suficientemente. Incluso copiar requiere entender.


Alfons Cornella> Por lo tanto, ¿Qué debemos hacer? Creo que hay dos alternativas. Una planificar, buscar y asignar recursos para tirar hacia delante. La otra alternativa es crear un estado mental.

Rolf Tarrach> Creo que es un estado mental. Mira, las desgravaciones fiscales en España son de las mejores del mundo y no han servido de nada.

Un empresario no pondrá dinero en una cosa que no ve claro por qué debe hacerla. Ya puedes decirle: ?usted podrá desgravar? . Y el contestará: ?no veo por qué debo hacer esto?.

Probablemente cuando sea relativamente normal que en las empresas haya doctores, personas que han trabajado como investigadores, entonces la empresa empiece a verle alguna gracia a la investigación.

Mientras la gran mayoría de los empresarios –y muy especialmente los que deciden– no hayan hecho nunca investigación será muy difícil que esto cambie.

Ramon Bori> Otra competencia importante es la capacidad de asumir riesgos. ¿Esto cómo se enseña?

Rolf Tarrach> Asumir riesgos es un gran problema, y curiosamente es un gran problema incluso en la investigación básica.

Para un investigador empresarial esto es evidente, pero incluso en la investigación básica las ideas más interesantes son ideas que muy probablemente no funcionen. Pasa que los jóvenes que se están formando no quieren hacer una investigación ariesgada porque quieren hacerse un curriculum, sus publicaciones… Porque la evaluación que hacemos de esta gente está basada prácticamente sólo en sus publicaciones.

Un joven prefiere seguir lo que los franceses llaman ?le sentier battu? [el camino trillado]. Seguir el camino que ha marcado el maestro, ir publicando y publicando, ir acumulando citas — en un entorno en el que quizás haya sólo trescientas personas en el mundo que trabajan en una determinada línea, y se van citando unos a los otros— y te haces un curriculum maravilloso.

En otra conferencia que estoy preparando para dar en noviembre en el Collège de France quiero hablar de esto, la diferencia entre excelencia y relevancia. Nosotros estamos diciendo siempre, la investigación ha de ser excelente –muy buena, muy buena– pero además debería servir para alguna cosa. Puede ser una cosa muy general, por ejemplo que simplemente sirviera para otra línea de investigación básica.

No es aceptable que tu hagas una cosa encapsulada, que treinta años más tarde continúes haciendo lo mismo, y que fuera de ese grupo no sirva para nada. Todos ellos tienen publicaciones y todos ellos tienen citas.

Alfons Cornella> Mundos pequeños…

Rolf Tarrach> Son mundos pequeños encapsulados. Una de las propuestas que he presentado en alguna parte es que en los contratos que se hace a los mejores investigadores jóvenes se debería decir que lo que se espera de ellos es que hagan cosas nuevas. No se espera que publiquen, pueden no publicar. Se les da dinero y lo único que se les pide es que en alguna parte –en una página web, por ejemplo — vayan vertiendo los resultados y fracasos que tienen. No pasa nada, se les evaluará sobre esto. Tener fracasos es algo muy normal cuando se entra en algo realmente innovador.

Todo lo que se tiene que ver es si de este colectivo –pongamos doscientas personas– salen finalmente 4 o 5 ideas realmente nuevas. Si es así, habrá valido realmente la pena. Y esto no se ha hecho.

En Estados Unidos lo hacen un poco en DARPA [Defense Advanced Research Projects Agency ], que hace investigación militar, y estos pasan olímpicamente de evaluaciones. Por ejemplo, si llegan a la conclusión que la investigación cuántica tiene interés, pues cogemos a cinco individuos y que trabajen el tema, sin importar si publican, o no.

En Europa esto no se ha hecho. Y fuera del contexto militar, muchos investigadores no lo ven claro argumentando, ¿ahora no hay que publicar? ¿Y como sabremos lo que están haciendo?

Por esto digo, deberían publicar en un archivo accesible a otra gente, pero una publicación de las dificultades y los fracasos. De vez en cuando, alguno de ellos encontrará alguna cosa realmente nueva. Es un gran reto.

Alfons Cornella>¿Es un tema de la medición del éxito de la investigación, no? ¿Cuál es el riesgo y cuál el retorno del riesgo que tu tomas? Si el retorno es negativo porque se te mide de una determinada forma no harás según que cosas.

Rolf Tarrach> Claro, un investigador lo que quiere es una plaza permanente, y para conseguirlo se necesita un buen curriculum, para tener un buen curriculum se necesita haber publicado en una serie de publicaciones y poder mostrar una serie de citas. Esto se adquiere más fácilmente entrando en una línea conocida y tradicional que metiéndote en un lío.

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