03 Dic Reinventar las escuelas de negocios: tres razones
Con frecuencia me encuentro con gente que comenta que algo debería hacerse para reinventar las escuelas de negocios. Aparte de la sensación, me dicen, de que muchos de los profesores no han pisado en su vida una empresa (opinión que creo exagerada), hay tres razones de peso que permiten pensar que algo de razón sí tienen.
Una, que ya no es posible hablar de negocios sin hablar de tecnologías. ¿Es posible el marketing sin tecnología, cuando la clave consiste cada vez más en poderse avanzar a las necesidades del cliente, teniendo en cuenta su perfil de comportamiento, algo que sólo puede hacerse con herramientas tecnológicas avanzadas? ¿Es posible gestionar una empresa medianamente complicada sin un ERP? ¿Es posible innovar sin alguna especie de herramienta que ayude a ordenar y pesar las ideas, de acuerdo con sus opciones en el mercado (o sea, que sea capaz de generar un business case casi automáticamente?). Seguro que la respuesta es «no» en todos los casos. Pues bien, a pesar de ello, la tecnología sigue estando bastante ausente del discurso de muchas escuelas de negocios. Su distancia a las escuelas de informática o de ingeniería es enorme. Hoy ya no es posible hablar de negocios sin tecnología.
Dos, ya no tiene sentido tratar los problemas de negocio de forma unidimensional. Sea cual sea la situación, lo más normal hoy es que haya que montar una task-force con profesionales con distintos conocimientos y habilidades para intentar resolver los problemas. IBM ha dicho, por ejemplo, que para llevar a cabo proyectos radicalmente innovadores precisan de una decena de doctorados distintos. Y en la escuela de negocios de la Universidad de Toronto, la Rotman School (http://www.rotman.utoronto.ca), proponen una nueva forma de tratar el management, desde lo que denominan «integrative thinking»: «Integrative Thinking is the ability to constructively face the tensions of opposing models, and instead of choosing one at the expense of the other, generating a creative resolution of the tension in the form of a new model that contains elements of the individual models, but is superior to each» (más sobre este concepto aquí).
O sea, una forma integral de ver los problemas de la gestión, en la que las diferentes dimensiones son analizadas con el mismo interés. Porque el mundo es más complejo, hay que analizar más variables, hay que darse cuenta de las múltiples relaciones entre ellas, hay que crear una arquitectura de posibles acciones resultado de esas relaciones, y hay que tomar decisiones que tengan en cuenta lo diverso del escenario. Como sugiere Roger Martin, decano de Rotman, y principal ideólogo de esta «revolución» en las escuelas de negocios: «Find miscellaneous solutions to messy problems» (encontrar soluciones misceláneas a problemas confusos).
Y tres, mi opinión es que la gestión se ha vuelto tan «en tiempo real», por lo que respecta a la velocidad de los mercados, que todo el management se convierte en innovation management (dediqué el artículo de nuestra revista if57 a esta cuestión). Creo que la función del management quizás es ya hurgar en el mundo (interior y exterior a la empresa) en busca de ideas susceptibles de ser convertidas en un producto (o servicio), que sea percibido como valor por un mercado, y que todo ello permita convertir los recursos en resultados. Dicho de otra forma, el management convencional ya no tiene sentido en solitario en un mundo tan complejo que obliga a invertir esfuerzos mayores, constantemente, en la ideación (nuevas ideas que nos den una diferenciación) y en el análisis del valor (qué es de interés para quién; quién está dispuesto a pagar por qué). No hay management posible que no sea un management de lo nuevo, del cambio permanente.
Es este un fantástico momento para reinventar las escuelas de negocios, porque los negocios que se reinventan deberían crear escuela.
Mensaje 956. Serie iniciada en 1995
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