Regala un presidente

Regala un presidente

 

Por suerte o por desgracia, los políticos (en especial los de mayor grado) han entrado en el espacio de lo (tragi)cómico. Los vemos en los muñecos del guiñol, en la televisión, caricaturizados, satirizados a partir de algunas de sus frases más, o menos, acertadas. Son justamente las frases, lo que dices, lo que permite una cierta probabilidad de mofa. No se ríen de cómo vas vestido, sino de lo qué dices: ?por la boca muere el pez?.

 

No es extraño, pues, que las ?muñequizaciones? de presidentes norteamericanos se hayan convertido en un éxito de mercado. La gente compra figuras ?à la Madelman?, con la cara de presidentes, que expelen algunas frases célebres, algunas para recordar por lo bueno y otras que merecerían ser olvidadas.

 

La cosa no queda en las figuras, sino que se amplía a los complementos. De hecho, parece que una figura del actual Bush vestido de piloto (como cuando apareció de repente en Iraq hace unos meses) ha hecho furor. Otra es del mismo Bush con el famoso pavo de acción de gracias (esta vez también de plástico).

 

Uno puede comprar los muñequitos para hacer un regalo divertido o, directamente, para hacerle voodoo. Veremos qué éxito tienen de cara a las próximas elecciones presidenciales.

 

Para terminar, este mercado ya tiene tres competidores, lo que demuestra una vez más la ley de la oferta y la demanda.

 

Véanse:

http://www.toypresidents.com/
http://www.talkingpresidents.com/
http://www.herobuilders.com/

 

En fin, que la realidad genera mercado.

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