Nikola Tesla

Nikola Tesla

Por laBuenaNoticia.com

Este año se cumplen los 150 años del nacimiento de Nikola Tesla. Una figura marginal y controvertida, la del genio que desarrolló los principios de la corriente alterna, inventó la tecnología de la radio, el motor de corriente alterna, el control remoto sin cable, las bujías… y más de 700 inventos. Aún así, en 1943, murió solo y pobre en una habitación de un hotel en Nueva York, de un ataque al corazón. El Gobierno de los Estados Unidos intervino todos los documentos de su despacho y los clasificó de confidenciales. En la actualidad, ya han sido desclasificados, pero queda la duda sobre si fueron desclasificados todos los proyectos o sólo los ya obsoletos. En 1955, el sobrino de Tesla, Sava Kovanovich, recopiló lo que pudo y creó el museo Tesla de Belgrado. Tildado de loco y hasta de extraterrestre, finalmente la comunidad científica le rinde homenaje. Como decía él: ?El presente es suyo, el futuro es mío?.

 

Nikola Tesla nació el 9 de julio de 1856 en Smiljan (Imperio Austrohúngaro, actual croacia). Fue físico, matemático, inventor e ingeniero eléctrico. Trabajó en diversas compañías eléctricas en Estrasburgo y Paris. En 1884, con 28 años, se traslada a Nueva York, donde entra a trabajar en una de las compañías de Thomas Alva Edison, y desarrolla los principios de la corriente alterna. En 1886 crea su propia compañía: la Tesla Electric Light & Manufacturing , pero los inversores se quedaron con todo y él se vio obligado a cerrar. Consiguió trabajo como peón y estuvo un año cavando zanjas. La vida le regaló un golpe de suerte cuando su capataz le presentó a A. K. Brown, de la Western Union, que reflotó la Tesla Electric y financió sus estudios para desarrollar motores de corriente alterna.

En 1887, George Westinghouse, que fabricaba frenos para locomotoras, le compró la patente del motor eléctrico por sesenta mil dólares (cinco mil en efectivo y el resto en acciones). En esos años se desencadenó la ?guerra de las corrientes? entre Edison (continua) y Westinghouse (alterna), una batalla en la que todos jugaron sucio. Westinghouse plagió patentes de Edison. Y éste inventó la silla eléctrica y anduvo electrocutando a perros y gatos para demostrar que la corriente alterna era peligrosa. Entonces Tesla hizo una exhibición en la Feria Mundial de 1893 (Chicago), realizando trucos con electricidad, como hacer girar pequeños huevos de metal en una mesa o lanzar chispas por las puntas de sus dedos. Tesla y Westinghouse ganaron la batalla y la corriente alterna se impuso como la idónea para ser transportada por las redes eléctricas.

Un magnate financiero llamado J.P.Morgan, que hasta entonces había apostado por Edison, trató de apoderarse de las patentes de Tesla hundiendo a Westinghouse mediante maniobras bursátiles.

En ese momento, Tesla, para ayudar a Westinghouse,
le cedió voluntariamente los derechos sobre sus patentes.

En 1901 Tesla volvió a la carga con su idea fija: crear ?un sistema de comunicaciones que convirtiera a la Tierra en un inmenso cerebro?. Con el dinero de J. P. Morgan, creó otro laboratorio en Wardenclyffe, un lugar muy apartado de Long Island. Dice la leyenda urbana que allí era donde Tesla se comunicaba con los extraterrestres. En realidad, las informaciones sobre ovnis servían de tapadera para los experimentos militares – y sus efectos colaterales – de los gobiernos de las dos superpotencias mundiales del momento, EE.UU. y la URSS.

La historia de Tesla es triste. Aunque inventó la radio en 1895, Guglielmo Marconi presentó la patente en 1904 y gracias a ello ganó el Premio Nóbel. Años después, en 1899, mientras Tesla experimentaba con corrientes eléctricas de alta frecuencia y con grandes voltajes, creyó recibir señales de radio de los alienígenas. Esto le convirtió en el hazmerreír de sus colegas e inspiró el culto de los que creían que el propio Tesla era un extraterrestre de Venus. Hoy en día sabemos que muchas estrellas emiten señales de radio.

La figura de Tesla está envuelta por una gran leyenda negra, alimentada por su mezcla de científico, actor y visionario. Se dice que Comía poco y sólo alimentos hervidos, se lavaba las manos compulsivamente y dormía tres horas diarias. El tres era un número que le obsesionaba. Tesla tenía ?manía aritmética?, un desorden obsesivo-compulsivo por los números. Con frecuencia se sentía impedido a dar 3 vueltas alrededor de una manzana de casas y siempre contaba los pasos mientras paseaba. Eligió la habitación número 207 en el Hotel Alta Vista, pedía exactamente 18 toallas limpias cada día. Todos los números tenían que ser múltiplos de 3.

Tesla confiaba en que el desarrollo del transporte aéreo y de las comunicaciones lograría evitar la guerra. Según él, los combates del futuro iban a ser ?un mero espectáculo de máquinas que luchan entre sí?. Tesla afirmaba que con el «rayo de la muerte» podía destruir 10.000 aviones desde una distancia de 418 kilómetros y que eso permitiría acabar con todas las guerras. Pero años después, Marconi fue a ofrecer esta misma idea al dictador italiano Musolini, no para pacificar el mundo, precisamente.

Los problemas económicos impidieron que Tesla continuase experimentando en una de sus grandes ideas: la transmisión de electricidad sin cables. El sueño de Tesla consistía en suministrar energía gratuita a todo el mundo.

   

La industria que se creó con sus ideas e inventos le ignoró completamente y la comunidad científica no tomó en serio sus excéntricas ideas. Fue considerado un personaje lunático cuyas ideas sólo eran interesantes para las publicaciones sensacionalistas. Pocos años después de su muerte, en los cómics de ?Superman? (1940) de Max Fleischer, aparecia un personaje llamado Tesla, un maligno científico loco que lanzaba rayos de la muerte y ondas electromagnéticas.

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