30 Mar Mobipay: la cartera móvil
En un futuro muy cercano, no nos miraremos el teléfono móvil con los mismos ojos con que lo hacemos hoy. El móvil es el aparato que más ha influido en nuestras relaciones sociales durante la última década y, por repetitivo que pueda parecer, en los próximos años se va a convertir en un instrumento que, además de todo, nos permitirá realizar llamadas. Por ahora, la visión es inversa: con el móvil podemos realizar muchas más operaciones además de llamar. Más allá de hablar desde donde queramos –si santa cobertura nos lo permite–, sirve para conectarnos a Internet, hacer fotos cada día más buenas, jugar, mandar SMS y… ¡Atención! Incluso podemos pagar.
Mobipay es la empresa líder en el emergente mercado del pago por móvil, y está llamada a convertirse en uno de los grandes referentes en la esfera europea. Por medio de su sistema de desarrollo propio, podemos comprar viajes de tren, jugar a la lotería, pagar a un taxista, abonar el IRPF o hacer donaciones a ONG, por poner algunos ejemplos. La idea fue tan sencilla como detectar la proliferación del móvil en la vida cotidiana y sacar partido al potencial de ese fenómeno en pagos cuyo importe no llegaba a los mínimos exigidos con la tarjeta. Siendo prácticos: nadie nos pondrá ningún problema a que paguemos una cena, pero igual nos ponen mala cara si intentamos pagar con el plástico un periódico, un refresco o un paquete de chicles.
El director general de esta compañía madrileña, Javier Díaz, recuerda que, antes del nacimiento de Mobipay, “había espacios, entornos de comercio, donde el pago con tarjeta no quedaba cubierto. Y por otro lado contábamos con un fenómeno inédito, que era la altísima penetración de los teléfonos móviles en la sociedad. Es muy difícil encontrar alguien que no tenga un teléfono móvil y que no esté habituado a usar, no sólo para comunicarse por voz, para hablar con su teléfono móvil, sino para manejar, transferir y recibir datos. Todo el mundo sabe enviar un mensaje con el móvil. Entonces, veíamos que el pago era un concepto que se acoplaba de forma muy natural. Se trataba, simplemente, de unir el teléfono móvil a la tarjeta, y de ahí realizar pagos.”
Precisamente con una mecánica similar a la del pago con tarjeta de crédito o de débito, con cargo directamente en la cuenta bancaria vinculada al móvil o bien por consumo de un saldo de prepago, el usuario del servicio de Mobipay puede comprar así de fácil, así de sencillo: basta con darse de alta al servicio de Mobipay, entrar a una web de comercio electrónico suscrita y, en el momento de pagar, escoger la opción de pago por móvil. Automáticamente, la web en cuestión facilita un código que el usuario debe introducir en su terminal, enviar y ¡listo! Se nos cargará el importe en la cuenta bancaria vinculada con nuestro móvil, que puede ser o no la misma a través de la cual pagamos el recibo telefónico.
Pero, insistimos: para poder realizar esta operación, emisor y receptor tienen que estar dados de alta en Mobipay. Si ambas partes no han expresado explícitamente su voluntad de participar en este nuevo sistema de pago, no es posible realizar la operación. Y, ante todo, para que el uso se generalice todavía falta salvar el recelo del usuario, una tarea nada sencilla para el equipo de ventas de esta empresa instalada en la localidad madrileña de Alcobendas.
Los españoles tienen preparada la pregunta del millón cuando se trata de rascarse el bolsillo: ¿es seguro pagar con el móvil? Javier Díaz, como no podía ser de otra forma, no sólo está acostumbrado a responder a esta cuestión, sino que la tiene preparada al instante: “Es seguro desde el momento en que no se están manejando los datos, no están viajando datos sensibles en la transmisión. Es seguro desde el punto en que las comunicaciones del teléfono móvil salen cifradas, y por tanto los datos para autorizar la operación no son capturados. Es seguro desde el punto en que el comercio que cobra le aporta la garantía que la persona que está pagando con su móvil está pagando con su PIN, y está utilizando un concepto equivalente al que se utiliza en el cajero automático a la hora de sacar dinero.” Está claro, ¿no?
Otro largo camino por recorrer es la captación de nuevas empresas que confíen en los servicios de Mobipay y, en consecuencia, decidan aceptar el pago por móvil en su web de comercio electrónico. Ya cuentan con esta vía de ingresos empresas de apuestas on line, diferentes departamentos gubernamentales, compañías de transporte ferroviario y aéreo, taxistas y diferentes comercios físicos y restaurantes. Aunque, como la necesidad hace la ocasión, muchas empresas se conforman todavía en sus pasarelas de pago virtual convencionales e incluso en el cobro contra reembolso.
Cosas que tiene ser el primero en lo que sea. Cuando se hace algo completamente nuevo, primero es necesario que la sociedad compruebe que funciona, y por eso Mobipay ha tenido que realizar un piloto para cada nueva posibilidad en el pago. Tras la primera prueba genérica en Valladolid, en este momento una localidad de la costa catalana ya ha puesto en marcha el primer sistema de parquímetro que se puede pagar con el móvil. Los conductores pueden irse tranquilos tras pasar por el dispositivo de cobro e insertar el código de pago en el móvil, acompañado del número de su matrícula, sin tiquete detrás de la luna delantera de su vehículo. Cuando sea el momento, el vigilante de parquímetro llegará delante del coche, tecleará en su PDA el número de matrícula y comprobará si está estacionado correctamente en la zona azul o verde.
Pero el sistema más revolucionario ha nacido en Málaga, gracias a la colaboración de la empresa municipal de transporte y Mobipay, con el Ayuntamiento como partner. La incorporación de un mecanismo de tecnología sin contacto permite a los viajeros fichar pasando el móvil por delante de un detector. Automáticamente, se les descuenta un viaje del bono que ya han comprado con el móvil… Quién sabe si unos segundos antes de subir. El teléfono móvil, por lo tanto, integra las funciones de una tarjeta con banda magnética, de uso personal e intransferible, que sólo podemos utilizar nosotros porque el teléfono móvil no se lo podemos dejar a nadie. También es cierto que no todos los dispositivos pueden funcionar con este sistema, únicamente los más avanzados, pero en un futuro muy cercano será posible con todos los teléfonos. Puestos a buscar la metáfora en este campo, el futuro está en subirse al tren del progreso, al bus del pago por móvil.
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