La edición desde la ansiedad (con un comentario de Gabriel Zaid); por Jordi Nadal

La edición desde la ansiedad (con un comentario de Gabriel Zaid); por Jordi Nadal

Una buena parte del sector del libro ha perdido, en su inmensa mayoría, el norte. Esto es: ha perdido credibilidad y rentabilidad.

La pérdida in crescendo de la segunda lo demuestra un reciente estudio que acaba de publicar ESADE y BearingPoint*.

Hoy se edita muchísimo desde la ansiedad, que es una manifestación del ritmo vital sin sentido. Cuando esto sucede se nota, porque se edita demasiado y mal. Con prisas, sin leer, con afán de llegar a lo inalcanzable, reproduciendo el modo en el que trabajamos.

Se edita tanto, que hoy la mayor parte de los libros han caído en la canibalización entre ellos, porque se ha llegado a la saturación, lo que provoca, como sabemos, pérdida de sentido, de credibilidad e indiferencia.

Los demasiados libros acabarán con el sector, con su sentido. Un sector sin sentido, y, sobre todo en el ámbito cultural, es un sector muerto. Será como la hiperinflación de la República de Weimar. Llegamos a que todo es tanto que nada significa nada.

Sólo hay una solución: volver a la edición con sentido: Elegir, cribar, leer, preparar cuidadosamente, sin ansiedad y con convicción.

Valle-Inclán dijo la genial frase «La democracia no excluye categorías técnicas, señora portera» (debo la cita a un profesor sabio y amigo, Basilio Losada).

Pues eso es para mí la edición: selección de lo valioso, darlo a conocer (para configurar democracia, esto es: pensamiento democrático), pero sin olvidar que existen categorías técnicas (y, por tanto, hay cosas que son, simplemente, mejores que otras).

Aunque, personalmente, creo que no hace falta apostillar la advertencia, atinada pero algo maliciosa, advirtiendo a la «señora portera»…

Jordi Nadal,                             
14.10.2005

*Ver sumario del mismo en: «La evolución de la rentabilidad del sector editorial en España«

Mando este artículo, antes de ser publicado, a algunos amigos, cuya opinión recabo. Recibo este finísimo comentario de Gabriel Zaid, cuya opinión reproduzco:

Querido amigo Nadal:

Está muy bien vista la conexión entre credibilidad y rentabilidad. Si el editor abdica de su propia función que es seleccionar, configurar, recomendar, advertir, avisar, el lector tiene que tomarla por su cuenta. Naturalmente, aunque los editores de libros y suplementos de libros fueran perfectos, el lector tendría que orientarse: ir definiendo su propia constelación. Pero hacerlo a partir de editores creíbles, de reseñas creíbles, de catálogos y librerías con sentido, se facilita mucho. Se me ocurre poner su punto así: cuando el editor no hace su trabajo con respeto al lector, pierde su derecho a cobrar.

Gabriel Zaid

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