20 Jun Ke!967 Sólo hay un antídoto: optimismo
La crisis, esta crisis, todas las crisis, son como una estampida. Son como las ovaciones que se autosintonizan en un concierto, hasta generar un único sonido. De golpe, los aplausos dominan, incluso asustan. Las crisis no existen, hasta que de pronto lo dominan todo. Son un fenómeno en cadena que emerge de golpe, imparable, que nadie puede avistar a tiempo. Y, sin embargo, toda crisis es un fenómeno causado por algo. Es, posiblemente, un fenómeno en red del que algún día conoceremos la algorítmica y podremos controlar. Son las conexiones, desbocadas, las que de pronto parecen estar clamando una solución.
Mientras llega esa solución, o sea hasta que aprendamos que alguna pequeña pero sutil modificación en la economía, llevada a cabo en el momento adecuado, puede evitar una cascada imparable de desastres, parece que estamos condenados a los ciclos.
Y me atrevo aquí a sugerir que esa pequeña, pero poderosa, modificación de la economía tiene que ver con qué estado mental del conjunto de la sociedad favorecemos. No quisiera pasarme de listo, en serio, pero ya lo dije hace unos cuatro años en un seminario de verano en El Escorial, en el que tenía como colegas en la mesa a algunos de los mejores economistas del país (recuerdo, una vez más, que yo no soy economista).
Todas estas industrias de futuro, creadoras hoy de soluciones para mañana, quizás no sean las que nos van a sacar de la actual crisis, pero seguro que son las que fundamentarán la industria y los servicios de las próximas décadas
Dije allí que, en mi opinión, una economía del ladrillo era «una economía de presente que hipotecaba el futuro» (en este caso, incluso literalmente), y que yo creía más en «una economía de futuro que animara el presente». Una economía totalmente orientada a lo que podríamos denominar futuro presente (al que dediqué incluso un libro): centrar nuestros esfuerzos en intentar resolver ahora los problemas que, de no hacerlo, iban a ser irresolubles en el futuro, como el medioambiental, el energético, el educativo.
Dicho de otra manera, yo apuesto por olvidar un poco el espejismo delconsumismo del hoy para centrarnos en acelerar el futuro. Por ejemplo, pensando y construyendo discotecas sostenibles, en las que la energía se genera a partir del movimiento de los que bailan en ellas. Por ejemplo, desarrollando soluciones a las afecciones del cerebro, que crecerán más y más cada día. Por ejemplo, diseñando nuevos conceptos de juguetes que no idioticen a los niños. Por ejemplo, ideando mecanismos de gestión del empleo que faciliten a las empresas despedir cuando lo precisen, sin dejar en situación precaria a sus empleados. Por ejemplo, dibujando ciudades en los que sea posible vivir de forma sostenible, sin renunciar a nada de lo que hoy tenemos en las nuestras.
Todas estas industrias de futuro, creadoras hoy de soluciones para mañana, quizás no sean las que nos van a sacar de la actual crisis, pero seguro que son las que fundamentarán la industria y los servicios de las próximas décadas. Me parece obvio pensar que el automóvil eléctrico (o de hidrógeno) vendrá a reemplazar el contaminante automóvil de hoy. Y que su sustitución masiva (¡todos a cambiarnos el automóvil!) será responsable de un extraordinario crecimiento del PIB mundial en poco tiempo. Como lo harán las fuentes de energía limpia, como la fusión o la solar. O la arquitectura ecológica, que, entre otras cosas, llevará a que todos los edificios de las ciudades tengan, quizás, techos de hierba (para capturar CO2), y aljibes en los que guardar agua (el bien crecientemente escaso).
300 personas en un entorno de inspiración como el iFest’08, mezcladas, interactuantes, se darán cuenta de que las crisis las inventan, y las alimentan, los pesimistas
Pues bien, de generar optimismo, de acelerar el futuro, de conectar mentes inquietas, va, de nuevo, nuestra fiesta de verano, que hemos rebautizado como iFest (antes conocida como reNacer). Un extraordinario esfuerzo de todo el equipo de Infonomia para atraer a algunas de las mejores ideas, personas y experiencias del mundo. Y un objetivo fundamental: conectar a inquietos para que, de su contacto, salgan nuevos proyectos que permitan superar cualquier crisis. Y la manera de hacerlo: ver, tocar, experimentar, comunicar, encontrarse y mostrarse.
El iFest’08 será un espacio en el que conoceremos cambios que vienen con fuerza y anticiparemos cómo éstos moldearán a nuestras empresas y a nuestra sociedad.
Por ejemplo, éstas son algunas de las ideas y experiencias que podremos descubrir en iFEST’08:
> Nadja Schnetzler nos explicará como la empresa suiza Brainstore desarrolla ideas extraordinarias a partir de gente normal.
> Nick Leon, de DesignLondon, nos hablará del impacto de los expatriados en la redefinición de la identidad de las ciudades de Europa.
> Sabremos cómo la empresa italiana Alessi rediseñó el diseño, convirtiéndose en referente en innovación en un sector donde parecía que todo estaba inventado.
> Conoceremos a un inventor británico que puede cambiar el problema del acceso a agua potable en el mundo aún no desarrollado.
> Leif Christian Hansen expondrá cómo el modelo de trabajo danés denominado Flexsecurity ha cambiado el panorama laboral del país.
> Veremos cómo vive el primer ciborg real, el investigador inglés KevinWarwick, con implantes electrónicos conectados a su sistema nervioso.
> Conoceremos la experiencia de innovación dual industria-marketing, aplicada con éxito por una marca legendaria, la firma inglesaBrompton.
> El sistema de innovación financiera entre inmigrantes desarrollado por Jean-Claude Rodríguez Ferrara.
> Por qué los emprendedores sociales son tan importantes en la economía actual, según el pensador japonés Hiroshi Tasaka.
> Cómo debemos luchar contra el peligro de la crisis alimentaria, y concretamente contra la pérdida de diversidad de las semillas, según el equipo de Grain.
> Lo último en imagen digital: Machinima y Realidad Aumentada.
> Por qué Europa no tiene un Silicon Valley, según la investigación realizada por Hervé Lebret, del Politécnico de Lausana.
> Cómo las ciudades del mundo se están reinventando, y qué implican estos cambios, por Antonella Broglia.
> Los cambios en lo que consideramos ser normal, desde las prótesis que convierten a minusválidos en ultra atletas, las retinas artificialesque ayudarán a ver, o el conocimiento del Alzheimer que deberemos tener para afrontar ese enorme problema en el futuro.
Y mucho más en un programa que creo, sinceramente, excepcional. Un programa para cambiar personal y profesionalmente, y para demostrar que la riqueza sostenible sólo puede surgir del riesgo.
La simple aritmética nos dice que 1+1=2. Pero creo que para superar las crisis se precisa algo de magia. Y es que 1+1 puede dar 3, ó 100, ó 1000, según cómo se sume. Así, 300 personas en un entorno de inspiración como el iFest’08, mezcladas, interactuantes, se darán cuenta de que las crisis las inventan, y las alimentan, los pesimistas.
Nos vemos en Barcelona, del 10 al 12 de julio.
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