Ke!898 El futuro es híbrido

Ke!898 El futuro es híbrido

En el primer capítulo de nuestro libro La Alquimia de la innovación, Toni Flores y yo comentábamos que es más fácil crear nuevos productos o servicios a partir de la hibridación de aquellos ya existentes, que ponerse a imaginar disrupciones totales. La idea no es en absoluto nueva. De hecho, recuerdo que Paul Romer, profesor de la Universidad de Stanford, ya lo comentó en su momento: el futuro resulta de la “combinatoria” de ideas, de mezclar componentes para generar nuevas cosas. La hibridación es eso, generar algo a partir de la mezcla de unos componentes “contrayentes”, en una especie de maridaje fértil.

La hibridación de productos, tecnologías y modelos de negocio, será probablemente fundamental para Occidente, si quiere sobrevivir a la “ola asiática”. En especial, nuestra supervivencia económica dependerá de si somos capaces de inventar nuevas categorías de productos o servicios directamente a partir de las ciencias básicas; sólo ello nos permitirá, quizás, crear una economía que sobreviva a la deslocalización de industrias tradicionales hacia países de estructuras productivas más baratas.

De la conexión de disciplinas aparentemente distantes surgen nuevas ideas con gran potencial. Una de las evidencias de que este fenómeno de hibridación de campos y disciplinas ya es una realidad la encontramos en la selección que anualmente hace la Technology Review del MIT de los jóvenes menores de 30 años que más “prometen” en el mundo de la tecnología: uno lee a qué se dedican y no entiende absolutamente nada, porque la mayoría está “inventándose” nuevos campos del saber a partir de la fusión de áreas ya existentes. Un simple ejemplo, la conexión de biólogos e ingenieros, en la que los primeros enseñan a los segundos las soluciones de diseño que la naturaleza ha adoptado (por evolución) a la largo de millones de años, puede ser una importante fuente de soluciones que funcionan de forma contrastada en el tiempo. Y esta conexión genera toda una nueva industria, la biomimética.

Pero inventar nuevos espacios no es tarea fácil, porque los investigadores tienen hoy más incentivos en “quedarse” (yo diría “estacionarse”) en campos ya maduros, estables, conocidos, que en aventurarse en nuevas áreas, incógnitas. La ciencia fracasará, traicionará uno de sus principios básicos, “ir más allá”, si no consigue sacar a sus miembros del acomodo. Hoy, la señal que reciben muchos científicos jóvenes en nuestro país (que no en otros) es que para progresar en su carrera es mejor que se dediquen a un área bien establecida, y no se aventuren a inventar “nuevas ciencias”.

Si uno se fija un poco, verá que estamos “rodeados” de ejemplos de productos y servicios hibridados. Algunos ejemplos servirán aquí para ilustrarlo:

El nuevo vehículo Tramontana (http://www.tramontanagroup.com), ideado y fabricado en Girona, es un híbrido entre un vehículo deportivo y un coche de carreras. Un producto exclusivo, del que se fabrican sólo 12 unidades al año, y que literalmente “crea” una nueva categoría de automóvil, justo en un mercado que creíamos saturado. (por cierto, tendremos a la gente de Tramontana en nuestro reNacer’06, http://www.instituteofnext.com/renacer06/).

La compañía aérea japonesa StarFlyer (http://www.starflyer.jp), está combinando la “vieja” idea de una línea de bajo coste con una línea de gran estilo. Esta hibridación de “low cost” y “high style” no es nueva como idea (no son acaso Muji e IKEA ejemplos de ello?), pero si que parece que es la primera vez que se aplica al mundo del “empaquetamiento” de viajeros también llamado “bajo coste”. Es la “multiplicación” de “sustancia” y “estilo” que ya anunciaba acertadamente Virginia Postrel en su texto “The substance of style”.

La hibridación de una universidad y un crucero que vemos en el proyecto ScholarShip (http://www.thescholarship.com), el resultado del acuerdo entre diversas universidades de todo el mundo, y que consiste en un programa universitario que tiene lugar a bordo de un crucero que va recorriendo los mares del planeta. Un ejemplo fantástico de “educación transnacional”:

El concepto de información ambiental que ha desarrollado la empresa AmbientDevices (http://www.ambientdevices.com). La idea es que recibas información de forma no intrusiva, o sea, que la recibas sin tener que dejar de hacer lo que ya estabas haciendo. Mientras que en el modelo pull tu tienes que ir a buscar la información de manera voluntaria (por ejemplo, a tu ordenador), y en el modelo push recibes la información cuando esta te es enviada (por ejemplo, a través del teléfono móvil), en el modelo “ambiental”, la información recibida transforma el estado de un dispositivo, por ejemplo, un globo de luz, de manera que tu percibes ese cambio de estado, y, por tanto, te apercibes de la información enviada, sin tener que dejar de hacer lo que estabas haciendo. Un híbrido, por tanto, entre el modelo pull y el push. Algo brillante, a medio camino entre “ir a buscar” y “recibir”.

Muchas de las innovaciones que veremos en los próximos años vendrán de la hibridación de productos y servicios actuales. O sea, consistirían en encontrar un producto intermedio entre el dipolo de extremos ya establecidos en el segmento de productos en cuestión Y este producto híbrido acogerá “lo mejor” de cada extremo. Algunos ejemplos más:

Entre el hotel y mi propia casa: el turismo rural o los hoteles de diseño, en los que te sientes “como en casa”, aunque no lo son. Estas son ofertas hacia el “extremo de la casa” (“sentirse como en casa”), pero también aparecen ofertas en el “extremo del hotel”, estás en tu casa, pero alguien te la mantiene, limpia y cuida (“estar como en un hotel”).

Entre un automóvil y una moto, un coche casi-moto (el Smart) o una moto casi-coche (la C1 de BMW). Entre un utilitario y una furgoneta, el monovolumen. Entre una moto y un todoterreneo, el quad. Entre un todoterreno y un tanque, el Hummer, el coche para los testorerónicos. Y etc.

Entre el ordenador y la libreta: el TabletPC. De hecho, este es uno de los campos en el que podemos esperar más, porque es obvio que quién desarrolle un intermedio entre escribir a mano y escribir a máquina puede capitalizar la escritura futura.

Entre una antena de telefonía y un satélite, el estratélite, una antena en un globo o zeppelín, a una altura superior a una antena terrestre, pero menor que un satélite, con las ventajas de uno y sin los inconvenientes de los dos.

Entre una persona que te atiende y una máquina que te atiende: el verbot, el asistente virtual, un software “inteligente” que recibe tus preguntas y te responde casi como un humano.

Entre el transporte privado y el transporte público: el car sharing (las personas utilizan automóviles que están disponibles en distintas partes de la ciudad). Ver, por ejemplo, la red de Zipcar es Estados Unidos (zipcar.com).

Finalmente, la imaginación es aquí la única frontera. ¿No podemos, acaso, pensar creativamente sobre un futuro de máquinas hibridadas con animales? ¿No es algo así lo que observamos en esta imagen: el cruce de un tractor y una araña, un invento de John Deere?

Para conseguir la hibridación, hay una clave crítica: personas que se interesen por diversos campos simultáneamente. Personas que tengan un pie en cada disciplina, que conozcan ambas, que sean respetados por los dos lados, y que mariden ideas de una forma que sólo el que bebe de ambas puede intuir. Porque de nuestra voluntad y capacidad de conectar comunidades de científicos generalmente aisladas en sus ideas y desarrollos (en la “cómoda” endogamia del conocimiento reduccionista) puede depender el futuro de nuestra economía, nuestra capacidad de generar riqueza.

Son personas pegamento, cuya habilidad consiste en saber tender puentes entre disciplinas aisladas por el intenso reduccionismo científico al que hemos llegado (analizar pequeñas partes de la realidad con toda intensidad, olvidando frecuentemente que esas partes no pueden entenderse sin verlas como parte de un todo). Así, los “enlaces” entre pequeñas redes de inquietudes no deberían ser instituciones, sino personas. Porque son las personas las que mejor pegan las diversas partes, cuando esas implican humanos.

El futuro es combinatorio. El futuro es híbrido.

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