18 Ene Ke!887 Innovación abierta
De forma periódica aparece en algún medio de referencia algún artículo que inicia una nueva línea de discusión, como un nuevo afluente que surge como consecuencia de una lluvia inesperada. De hecho, medios como la Harvard Business Review se proponen justamente eso, “cambiar las conversaciones en los negocios. Y en número de marzo (2006) lo han conseguido de nuevo con el artículo “Connect and Develop” de Huston y Sakkab, en el que se explica el “nuevo” modelo de I+D de Procter & Gamble (P&G).
La idea principal es simple: en lugar de seguir empeñándose en la fantasía del Not-invented-here (según la cual, lo inventado fuera de “nuestros” laboratorios no es bueno), a P&G le sale más a cuenta (más barato y más eficaz) ir a buscar las soluciones a sus problemas a “mercados” de talento externos. Esto es hoy posible porque hay miles de personas cualificadas, profesionales especializados, esparcidos por el mundo, con, posiblemente, una forma más rápida-barata de resolver un “reto” que el método tradicional, consistente en un laboratorio interno de I+D. El “nuevo” método de P&G recibe el nombre (el lenguaje estructura el pensamiento, recordemos) de C&D, connect and develop.
En breve, la clave del método es doble. Primero, hay que saber sintetizar cuál es el problema o la oportunidad que se quiere atacar (briefing). Segundo, hay que saber aprovechar la empresa extendida (partners, proveedores, pequeñas empresas, universidades, individuos brillantes, etc. Esparcidas por rodo el mundo) para localizar quién tiene el conocimiento para resolverlos. Tercero, digerir internamente las aportaciones de los partners, escogiendo entre ellas lo mejor, aquello que más se adecua al momento de la organización (de hecho, de cada 100 ideas generadas por este procedimiento, dicen que sólo 1 acaba en el mercado), y “promocionándolo” a los “propietarios” de líneas de producto en la organización (paso, este tercero, que me parece que debe ser el más complicado, sin duda).
Todo esto va en la línea de lo que ya comentamos en su día. A saber, que ya que a innovación deja de ser un capricho para convertirse en un elemento esencial de competitividad, y que para responder a los retos crecientes lo importante es la “aceleración” de la innovación (que garantice altos niveles de crecimiento del negocio), hay que buscar formas complementarias de innovar que se sumen a simplemente motivar a tu gente para que lo haga (cosa muy difícil por la general, visto cómo la “política de pasillos” acaba comiéndose las ganas de cambiar en las organizaciones grandes).
Así, frente al modelo de “innovación cerrada”, en el que todo se “inventa” sólo en la organización, el modelo de “innovación abierta” propone que se innove a través de una relación con el exterior de la organización.
De esta transformación de una innovación “cerrada”, controlada por la empresa, hacia una innovación “abierta”, trata el libro Open Innovation de Henry Chesbrough (ver http://www.quickmba.com/entre/open-innovation/). El reto estará, por tanto, en explotar la “exteligencia” de la empresa (la inteligencia distribuida por su entorno, en los agentes con los que coevoluciona en red), transformando el know-how en cash-flow.
Para encontrar las “soluciones” en el exterior, P&G acude a sus propios proveedores, a una red de emprendedores tecnológicos (“cazadores” de ideas, freelance o pequeñas empresas, establecidos por todas las parte sdle globo), así como a “mercados de innovación”, lugares en los que miles de profesionales capacitados están dispuestos como “resolvedores” (solvers) a presentar respuestas a los retos de los “buscadores” de soluciones (seekers). Ejemplos de estos mercados son Innocentive, del que hemos hablado varias veces aquí, o NineSigma, YourEncore o yet2.com (un espacio para la explotación comercial de licencias no explotadas pero disponibles, muchas de ellas procedentes de las universidades).
Finalmente, P&G ha desarrollado formas de estimular la cultura de innovación abierta, así como una atmosfera de búsqueda y explotación de “lo nuevo”, con un mecanismo adecuado de reconocimiento y retribución.
Los autores del artículo citado terminan afirmando que esta nueva forma de innovar, C&D, connect and develop, “se convertirá en el modelo de innovación dominante en el siglo XXI”.
Puede parecer raro todo esto, pero en las próximas semanas explicaremos, en uno de nuestros casos, cómo este tipo de maneras de innovar está ya siendo utilizado diariamente por algunas de nuestras empresas más prometedoras, como una empresa farmacéutica virtual, con “sede” en Internet, que “piensa, desarrolla y documenta” fármacos genéricos, que se fabrican en algún lugar del mundo, y se venden también, en cualquier lugar. Su cuadro ejecutivo, dos personas con años de experiencia en la industria biomédica, que no tienen más activos que un enorme know-how de cómo desarrollar un medicamento, así como una agenda de contactos, en todo el mundo, en las tres líneas básicas de la cadena de valor (diseño del producto, operaciones y manufactura, y pruebas médicas). Y todo ello sin más oficina que el teléfono móvil.
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