Ke!878 Vuelve ke!: Es el momento de la imaginación en los negocios

Ke!878 Vuelve ke!: Es el momento de la imaginación en los negocios

La anterior idea-fuerza (El negocio de la ciencia) fue la última de una primera serie de 101 que hemos ido publicando durante dos años. Y que, una vez ampliadas considerablemente, se han unido en forma de libro: Futuro Presente (http://www.instituteofnext.com/blog/perms.php?id=2936).

Con el presente mensaje empezamos una nueva serie, que recupera el espíritu de los Knowledge Energy (ke!), que algunos lectores más “decanos” nos pedían.

Si algo caracteriza sintéticamente qué está cambiando hoy en el mundo de la empresa es que, en la mayoría de industrias, sectores y mercados, la oferta está superando a la demanda. Dicho brevemente, hay de todo, y, además, en exceso.

Lo que sabíamos que funcionaba en una economía de “demanda absorbente” era que debíamos ser más productivos, más eficientes, para responder a una demanda siempre creciente. Durante unas décadas hemos desarrollado, consecuentemente, tecnologías capaces de multiplicar nuestras capacidades manuales; hemos automatizado nuestras rutinas, hasta el punto de construir robots mucho más eficientes que nosotros mismos (a veces, inimaginablemente más eficientes), para poder responder puntualmente a esa demanda.

Pero hoy, en un entorno en el que la oferta supera frecuentemente a la demanda (¿qué yogur escoger entre la enorme diversidad presente en el lineal de un supermercado?), ser eficiente, ser productivo, aunque sigue siendo una condición necesaria, no es en absoluto suficiente. Hay que ser sustancialmente diferente, para que tu propuesta tenga opciones de ser vista, comprendida y apreciada por un mercado sobreservido.

En breve: ser eficiente ya no es suficiente. Hay que ser diferente. Hay que ser único.

Ello implica que se acerca (de hecho, ya está aquí) una potente ola de nueva energía empresarial, basada en la multiplicación de la imaginación por la tecnología. De la eficiencia (productividad) por la diferencia (innovación). Una nueva generación de empresas que, ante el reto de la globalización, y de la saturación de los mercados, deberá apalancar el talento de su gente para definirse como una propuesta interesante o, mejor, imprescindible. Insustituible. Viene la era de la imaginación en los negocios.

Obviamente, esto siempre ha sido así. Pero la relevancia de la imaginación en los negocios no parará de crecer en los próximos años. Aplicaremos el diseño de objetos a la reenergización de propuestas que hayan quedado anticuadas (repensar formas, formatos, texturas, contenedores, aspectos, sentidos). Aplicaremos la imaginación a la transformación de experiencias (¿tiendas que estimulan con olores una percepción de su estilo?), que conviertan nuestra trayectoria diaria por las urbes en una secuencia de pequeños actos memorables. Aplicaremos nuestro atrevimiento mental a concebir nuevas industrias, a partir, eso sí, de la comprensión de las enormes oportunidades brindadas por el empuje de la tecnología (¿millonarios que pagan lo que sea por convertirse en astronautas por un día, básicamente para poderlo explicar a sus amigos, y generarles así algo de envidia?).

Descubrir nuevos clientes entre aquellos ciudadanos a los que las ofertas actuales sobresirven, subsirven o no consideran en absoluto, es otro ejemplo interesante de la multiplicación de imaginación por tecnología. Lo explicaremos con más detalle en la idea-fuerza de la próxima semana.

En otra línea, vamos a encontrar cada vez más ejemplos de imaginación aplicada por parte de empresas que observan las orillas de su negocio. Empresas que descubren que con el conocimiento que han acumulado en su práctica diaria pueden hacer mucho más de lo que hoy hacen. Empresas que NO se preguntan ¿qué hacemos bien?, SINO ¿qué sabemos hacer bien? Empresas que cruzan la frontera de lo que es su negocio “tradicional” para descubrir nuevas oportunidades a plantear a mercados emergentes.

Oportunidades como las que se derivan de que siempre hay nuevas maneras de hacer mejor las cosas (hay una infinidad de bolsas de ineficiencia en nuestras rutinas diarias, en el ocio y en el negocio, susceptibles de ser resueltas, generando con ello un negocio), o de hacerlas más fáciles, o más fáciles de entender.

Una economía en la que NO puedes hacer las cosas medianamente bien, sino que es imprescindible hacerlas extraordinariamente bien si lo que se persigue es construir un negocio sostenible, económica, social y medioambientalmente. No hacerlo así, te acaba expulsando del mercado.

Una economía en la que la excelencia en la producción se acabará dando por descontada (hacer bien las cosas es un requisito de las nuevas reglas del juego globales, pero ello no es suficiente para poder jugar). Pero en la que, además, habrá que seducir a un mercado que ya lo ha visto y oído (casi) todo. Habrá que combinar la excelencia ingenieril del MIT con la creatividad imaginativa de Hollywood, por decirlo de algún modo. Habrá que combinar la imaginación con la ingenieria. Lo que Disney denomina imagineering. “Los mercados son conversaciones”, nos proponía el ClueTrain Manifesto; así pues, tendremos que aprender a seducir con mejores argumentos en esa conversación permanente.

En la décima edición de nuestro acto anual, Next’06, comprobaremos que este es el momento de la imaginación en los negocios. Es el momento de la multiplicación de la imaginación por la ingeniería.

Una cita con las ideas que van a contar, para y con las personas que van a contar.

No te lo pierdas: http://www.instituteofnext.com/next06/

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