Ke!873 $ × ħ : El negocio de la cienciai

Ke!873 $ × ħ : El negocio de la cienciai

Hemos dejado para el final, e incluso fuera de la lista mágica de “100” ideas fuerza, la que creemos que es la más crítica para nuestro futuro presente: apostar por la ciencia como forma de desarrollo económico competitivo y sostenible. Creemos que es fundamental que “nuestras” empresas beban de la ciencia para inventar nuevas propuestas de productos y servicios, como forma de superar una indiferenciación y falta de competitividad que nos lleva al desastre.

Creemos que es preciso “regar la sociedad” para que emerjan empresarios que crean en la ciencia como motor de negocio. En la ciencia como única forma de encontrar disrupciones en los materiales y las energías, como “alimento de la tecnología” que nos permita hacer nuevas cosas (innovación) de maneras más eficientes (productividad). Empresarios que traduzcan las ideas (know-how) en resultados (cash-flow), entendiendo que el mercado es el mundo. Empresarios que exploten un conocimiento único, no trivialmente copiable, para definir nuevas fronteras, en las que surjan los nuevos productos (objetos) y servicios (experiencias) en los que la gente encuentre motivos para gastar (invertir?) sus recursos. Algo así lo estamos viendo ya.

En este sentido, es interesante ver como algunas de las figuras de la industria de las tecnologías de la información, que han hecho fortunas con el mundo digital, apuestan ahora por la ciencia pura. Un ejemplo lo encontramos en Nathan Myhrvold, una verdadera “leyenda” en el mundo de la informática.i Tras retirarse en el 2000 de Microsoft, fundó la empresa Intellectual Ventures,ii para, básicamente, invertir en invención disruptiva. Más exactamente, invierte en inventores (en los mejores), o sea, en personas con ideas que pueden cambiar el mundo. Su idea fundacional es que en las empresas “normales”, las personas que trabajan en I+D tienen, en realidad, el encargo de desarrollar productos, no de inventar cosas nuevas. De hecho, esta cuestión empeora progresivamente, por la presión de los mercados (competencia por sacar nuevas cosas en un mercado dominado por la oferta) y la obsesión cortoplacista de las finanzas de las organizaciones. Frente a esto, IntellectualVentures quiere dar un paso más arriesgado que el propio capital riesgo: invertir en mentes brillantes (en personas, no empresas), los “nuevos Edison”, cuyo motor es la pura invención, no el desarrollo de productos. Y no una invención cualquiera, sino en invención disruptiva (breakthroughs).

Otro ejemplo es el de Mike Lazaridis, el fundador de Research in Motion,iii la empresa que desarrolló el exitoso “aparato comunicador”, el BlackBerry. Ha invertido parte de la fortuna ganada con él en el Perimeter Institute,iv un instituto de Física Teórica, en Ontario, fundado desde el sector privado, donde se da a sus miembros una libertad absoluta para pensar, sin la presión de publicar y enseñar que encontrarían en una universidad “tradicional”.v Algo parecido está haciendo el fundador de otro comunicador de éxito, la PalmPilot, y después del Handspring, Jeff Hawkins.vi Primero, ha escrito un interesante libro, On Intelligence,vii en el que trata de cómo funciona el cerebro humano, visto desde la perspectiva de un sistema informático (gestión de la memoria), en lugar de desde el paradigma neurológico tradicional. Es un ejemplo de cómo “gente de empresa” se sumerge “en la teoría” para encontrar, seguramente, nuevas categorías de productos disruptivos, como única forma de competir en un mundo global en el que el diseño, la fabricación y la distribución de productos “normales” (no disruptivos) se han convertido en meras commodities, productos indiferenciados en las que el precio es el único discriminante. En esta línea, Hawkins también ha fundado su propio instituto científico, The Redwood Center for Theoretical Neuroscience.viii

Empresarios fundando institutos de ciencia teórica. Porque si queremos tener algo que vender en las próximas décadas, la ciencia es el único camino para conseguirlo.ix

i Fue Chief Technology Officer y fundador de Microsoft Research en Microsoft, empresa en la que trabajó 14 años.

ii Ver http://www.intellectualventures.com

iiiVer http://www.rim.net

iv Ver http://www.perimeterinstitute.ca

v Según vemos en su página, “The Institute established itself as an international focal point of cutting-edge research in foundational theoretical physics”.

vi Ver su biografía en http://www.pencomputing.com/palm/Pen33/hawkins1.html

vii Ver http://www.onintelligence.org/

viii Ver http://redwood.berkeley.edu/

ix Una simple nota de lo lejos que estamos de este deseo. Cójase hoy un periódico español cualquiera por sus páginas económicas. Y se verá que el éxito de las empresas que allí se reflejan se mide en términos puramente económicos: ventas, beneficios, número de empleados, etc. Me gustaría ver cada vez más que de las empresas se subrayan sus resultados, claro está, pero sobre todo su capacidad para convertir conocimiento en nuevas categorías que fascinen a todo el planeta. Cójase una revista económica o empresarial norteamericana o japonesa (quizás ya incluso una china), y se verá qué se valora de las empresas: ¿su negocio actual o su capacidad para inventar su negocio de mañana? Hay que mostrar nuevos referentes sociales. Y estos son empresarios que, multiplicando su energía humana por su voluntad de riesgo, beben de la ciencia y la tecnología para crear nuevos empleos, para crear riqueza

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