Ke!859 Reverse Brain Drain

Ke!859 Reverse Brain Drain

Richard Florida decía en The Rise of the Creative Class1 que las ciudades que hoy crecen económica y socialmente son las que, además de contar con modernas infraestructuras tecnológicas, son más diversas, tolerantes, y abiertas a la creatividad. En definitiva, las ciudades que atraen el capital creativo del mundo son las que combinan tecnología (tienen empresas hi-tech), talento (buenas universidades) y tolerancia (aceptación de la diversidad): “las tres T” de Florida, que atraen a los más creativos del planeta.

Su libro tuvo un impacto considerable, y Florida está actualmente considerado el experto mundial sobre clase creativa. Pero también recibió críticas. Se dijo que no había tenido suficientemente en cuenta que la razón por la que un profesional se instala en uno u otro lugar es de orden económico (cuánto me pagarán aquí), y no de orden psicológico (aquí me dejan ser creativo). Y en estos puntos, Estados Unidos había tenido siempre la última palabra: podía ofrecer las mejores condiciones económicas y un entorno de buenos profesionales creativos rodeados de las mejores infraestructuras para pensar. La clase creativa es, posiblemente, la principal responsable del crecimiento de Estados Unidos desde los años 80, como se evidencia en el incremento en I+D, en el número de patentes solicitadas, o en el de científicos y artistas experimentado en este período. Y una parte muy significativa de ese talento procedía del extranjero2. El país crecía gracias a la fuga de cerebros de otros países.

Pero las cosas están cambiando muy rápidamente. Para el mismo Florida, en su nuevo texto The Flight of the Creative Class, Estados Unidos se enfrenta por primera vez en su historia a la seria posibilidad de perder talento, porque ya hay otros países más atractivos en determinados campos, dispuestos a remunerar muy generosamente3. Muchos países han entendido que capturar talento es crear PIB de futuro, y que hay que conseguirlo cueste lo que cueste.

A causa de las crecientes desigualdades económicas, de la intolerancia política (consecuencia, probablemente, del 11-S y del aumento del fundamentalismo político de base religiosa), y de un sistema educativo que no funciona, según Florida, Estados Unidos resulta cada vez menos atractivo para la clase creativa, que puede sentirse mejor en Suecia, Suiza, Singapur, o Nueva Zelanda. Por todas estas razones, la fuga de cerebros (brain drain), que alimentó a Estados Unidos durante décadas, puede estar empezando a convertirse en una “vuelta a casa” (reverse brain drain). Y el país que no intente beneficiarse de ello es simplemente corto de vista.

1 Ver www.creativeclass.org.

2 Ver número de chinos e indios detrás de las empresas creadas en Silicon Valley, que se estima en un 30% (ver el estudio Innovate America, en www.compete.org).

3 No es casualidad que la primera clonación de un embrión humano se haya realizado en Corea del Sur, o que diversos países, como Suecia o Israel, ya superen a Estados Unidos en porcentaje del PIB dedicado a I+D.

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