Ke!726 El placer de la enciclopedia

Ke!726 El placer de la enciclopedia

Hace unos años tuve la suerte de trabajar en una enciclopedia. Lo que ha venido después ha sido una mera consecuencia de aquella preparación intensiva en aprendizaje y síntesis… 

(Tiempo estimado de lectura: 4 minutos)

Hace unos años tuve la suerte de trabajar en una enciclopedia. Si, digo bien, tuve la suerte, porque ese trabajo (por cierto, mi primer trabajo era) me dio la oportunidad de leer de todo y, en especial, me obligó a aprender a sintetizar los más de 900 artículos que escribí. Lo que ha venido después ha sido una mera consecuencia de aquella preparación intensiva en aprendizaje y síntesis.

Una de las cosas que recuerdo con más nostalgia de esa época es los ratos que pasé leyendo dos de los recursos que allí teníamos.

Uno, el fantástico Dictonary of Scientific Biography, editado por Charles Scribner’s Sons, en 1981 ( http://www.gale.com/servlet/ItemDetailServlet?region=9&imprint=144&titleCode=S34&type=4&id=167806), una obra en unos cuantos volúmenes (creo que 10), en los que encontrabas la vida, obra y miserias, de centenares de científicos, muchos de ellos absolutamente desconocidos para el “mainstream” del discurso intelectual estándar. 

Por cierto, había pocos, muy pocos, científicos hispanos, pero los que incluía tenían vidas fascinantes. Todos deberíamos conocerlos mejor, porque hoy serían un buen faro para esa “sociedad de la innovación” en la que debemos convertir el país.

El otro recurso fundamental era, obviamente, la Encyclopaedia Britannica (“la británica”). No puedo presumir, en absoluto, de haberla leído entera, como aseveraba Borges. Pero sí que puedo confirmar que leí muchos de sus artículos.

La británica “es” la sabiduría (o, al menos, lo era cuando yo la usaba). Era un placer de lectura. Tenías la impresión de ser un privilegiado: tanto conocimiento, desarrollado durante tantos siglos, por tantas personas diferentes, allí, a tu disposición.

Me hice la promesa de que, si llegaba a mayor (cosa que cada día dudo más, visto el estrés en el que vivo) me dedicaría a leer la británica como una novela. No toda, sino aquellos artículos de historia, ciencia, cultura, geografía, que dan al ser humano el orgullo de no ser un mero mono reciclado.

Pero, hete aquí, que me he tropezado con un texto tan brillante si cabe. Se trata de la novísima Gran Enciclopedia Planeta Multimedia ( http://www.planetasaber.com/novelty/tecnic/default.asp?pk=43). 

Sabéis de sobra que nunca recomiendo algo por interés económico. Nadie paga por salir aquí. A nadie le aceptaría dinero. Por tanto, lo que diré de este extraordinario producto es resultado de la seducción que ha ejercido sobre mí.

He tenido la ocasión de probarla durante unas semanas. Más aún, lo he hecho con mis hijos. Y el resultado es excepcional.

Se trata de algún centenar de miles de artículos, más miles de mapas, etc., organizados de manera útil y coherente en un solo DVD.

Primera nota. Hemos tenido que llegar al formato DVD para poder hacer algo así. Miles de millones de caracteres organizados en un solo disco digital. Esto es un verdadero avance.

Segunda cosa notable. Disponemos hoy de mecanismos de búsqueda que hacen tremendamente simple la localización de una palabra entre millones de ellas.

Tercera cosa. La navegación utiliza el modelo mental de Internet: hiperenlaces, pantallas adelante y atrás. Es un modelo ya intuitivo para millones de personas en todo el mundo. NO es preciso aprender cómo está organizada la información, porque localizarla es muy intuitivo.

Cuarta. Resultan de mucha utilidad las diferentes facetas de organización. En este caso, yo destacaría cuatro facetas principales: alfabética (una organización “exacta” que todo el mundo reconoce, y de especial utilidad cuando se trata de texto), cronológica (otra ordenación exacta), geográfica (una organización algo más ambigua, pero muy bien resuelta con un globo navegable en 3D), y educativa (quizás la más original de este disco: hay una selección de materiales que están organizados de acuerdo con las diferentes áreas curriculares de los estudios de primaria y secundaria).

He encontrado especialmente útil esta preselección educativa. Así como distintas herramientas que ayudan al estudiante a ir escogiendo el material que le puede ser de utilidad para realizar un trabajo para la escuela (un “recortador” de contenidos, para ir construyendo un dossier).

Me han fascinado las animaciones, a pantalla completa. Es para estarse viéndolas rato tras rato. Porque, ¿cómo puedes entender de verdad cómo funciona una marea, o una placa solar, o un acelerador de partículas, sin una animación bien hecha?

Y un placer escuchar trozos de algunas de las mejores obras de nuestra literatura.

También hay la posibilidad de actualizar los contenidos online.

En fin, un milagro para los que hemos conocido las enciclopedias que se actualizaban haciendo fichas en papel (conclusión; ya tengo una edad).

Sólo una consideración para Planeta. Un producto excelente esta enciclopedia, que lamentablemente no puede comprarse sólo en el formato digital, por lo que tengo entendido. Hay que comprarla en papel para poder disfrutar del DVD buscable-navegable-interactivo. Entiendo que sea así por los elevados costes de desarrollo y por lo poco preparados que estamos para pagar lo que valen los contenidos digitales que cuestan tanto de producir. Es una paradoja que no protestemos por comprar 20 volúmenes de papel a un cierto precio (unos 1500 euros), pero que lo hagamos cuando nos proponen un precio similar para “un simple disco” que pesa unos gramos.

Eso habrá que arreglarlo. Por parte de los editores, y por nuestra propia parte, como lectores…

Quizás deba cambiar mi escenario de futuro: en lugar de hojear la británica, navegaré la Planeta…

En fin, que da gusto ver en qué podemos utilizar inteligentemente las tecnologías de la información.

Y qué gran fracaso no tener tiempo para leer…

Alfons Cornella
Infonomia.com

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