Ke!676 Dos programas de productividad personal: para eliminar el spam y para gestionar tarjetas

Ke!676 Dos programas de productividad personal: para eliminar el spam y para gestionar tarjetas

Detergente anti spam

Es el momento de la productividad personal. La «energía potencial» de la tecnología no emerge hasta que se desarrolla en aplicaciones concretas que hacen tu vida más fácil. Más concretamente: ¿de qué me sirve ya el correo electrónico si un 90% de lo que recibo es spam(lo prometo)? O, ¿de qué me sirve un software de base de datos para entrar las tarjetas que recolecto al cabo del mes, si no encuentro el momento de introducirlas en la base?…

PARA PENSAR:

(Tiempo estimado de lectura: 7 minutos)

Al final de este mensaje habrás conocido (y habrás decidido instalarte) dos herramientas prácticas que van a mejorar tu productividad personal, en la gestión de las tarjetas que vas acumulando a lo largo del mes, y en la lucha contra el spam.

Es el momento de la productividad personal. Tenemos que encontrar usos de las tecnologías que nos hagan más fácil las rutinas diarias. Es una conclusión bastante obvia. Pero la parte racional de la cuestión ha quedado tremendamente aumentada por la parte más emocional: si no lo hacemos, las rutinas se nos tragarán.

http://spam.abuse.net

He llegado a esta conclusión después de experimentar en mi mismo que el valor de las tecnologías es cuántico: si no consigues un cierto salto hacia delante, significativo, no percibes ni una mínima parte del valor de la tecnología. O sea, la «energía potencial» de la tecnología no emerge hasta que se desarrolla en aplicaciones concretas que hacen tu vida más fácil. Más concretamente: ¿de qué me sirve ya el correo electrónico si un 90% de lo que recibo es spam (lo prometo)? O, ¿de qué me sirve un software de base de datos para entrar las tarjetas que recolecto al cabo del mes, si no encuentro el momento de introducirlas en la base?

Este lunes ya fue el colmo. Estuve fuera de la oficina desde el jueves al mediodía. Al llegar el lunes por la mañana me encontré con 350 mensajes en mi buzón de correo electrónico. De estos, sólo unos 20 no eran spam

El spam (el correo electrónico no solicitado, casi siempre con propuestas comerciales: «ten un pene más grande», «consigue Viagra más barata», «hazte rico en África») es ya un gravísimo problema, que, según algunos, amenaza con matar la utilidad del correo electrónico en si. Sólo en los Estados Unidos, se estima que el 45% de todo el correo que un usuario recibe es spam mientras que era sólo del 16% hace sólo un año (véase el reciente estudio de Brightmail, http://www.brightmail.com). En otras palabras, por la Red se mueven cada día unos 2300 millones de mails de spam. El coste para las empresas es enorme. Una consultora, Ferris Research, estima que sólo en los Estados Unidos el coste para ellas es de 10000 millones de dólares (tanto en tiempo de los empleados, que deben discriminar el «buen» correo del «malo», como en espacio de almacenamiento (se estima que, por lo general, el 70% de la capacidad de almacenamiento de una típica red Windows está malgastada, según Computerworld, una parte significativa en spam, supongo). Más en http://www.ferris.com/offer/spam.html. No es extraño, pues, que la gente se organice a la defensiva.

Las razones de la expansión del spam son posiblemente económicas. Primero, conseguir millones de direcciones de correo electrónico es barato (se venden CDs por cuatro perras). Segundo, enviar millones de correos también es muy barato. Se dice que, mientras que en una campaña de comunicación tradicional se debe obtener un retorno positivo de 1 de cada 100 mensajes positivos, en una de spam basta con que conteste positivamente (por ejemplo, que compre el producto propuesto) 1 de cada 100000 mensajes.

No es extraño, pues, que se estén tomando medidas para luchar contra el spam. Las medidas son de varios tipos (véase una serie de entrevistas al respecto en el NYT, tras registro gratuito, http://www.nytimes.com/2003/05/25/business/yourmoney/25SPAM.html).

Las medidas que se están tomando son de tres tipos principales: legales, técnicas y económicas.

1) Medidas legales: son ya muchos los estados norteamericanos que castigan el spam (incluso con prisión, como Virginia). En Europa hay una Directiva al respecto, y en España la LSSI es muy clara. Pero, la paradoja es que, mientras que la LSSI nos protege del spam local, nuestro correo se inunda de spam sajón. Habrá que ver qué éxito tienen estas medidas. No soy muy optimista: por ahora, sólo se ha conseguido que iniciativas lícitas de distribución de información por la Red sean vistas como «potenciales violadores de la ley».

2) Medidas técnicas: básicamente, se trata de establecer filtros que bloqueen los correos que lleguen de direcciones de las que se tenga constancia que son spammers. Más aún, los usuarios construyen una «lista blanca» de direcciones que aceptan como emisores. Los correos que llegan de esas direcciones entran directamente en su buzón. Los que vienen de una «lista negra», ya sea personal o colectiva (algo que hace, por ejemplo el software de cloudmark, SpamNet, http://www.cloudmark.com), no pasan al buzón. Y los demás son escrutinizados, a la busca de palabras o frases sospechosas de spam. esto es lo que hacen softwares como el SpamKiller de McAfee, http://www.spamkiller.com). Otra medida técnica consiste en no librar un correo hasta que el emisor confirma quien es. La idea es que el emisor recibe un correo del receptor en la que le pide que acuda a una página web y allí confirme que quiere enviar el correo (véase, por ejemplo, ChoiceMail, en http://www.digiportal.com/choicemail.html). Si el emisor es un robot, se supone que no estará preparado para responder al formulario que se encuentre en la página web (mucho suponer: hay emisores que ya han desarrollado sistemas de auto-respuesta).

3) Medidas económicas: en esta línea, se trata de hacer caro el envío de spam, y una de las maneras de conseguirlo es basarse en el tiempo de procesador. Cuando un ordenador recibe un correo electrónico cualquiera, no lo pone en el buzón del usuario hasta que la máquina emisora no completa un reto (challenge), consistente, por ejemplo, en la realización de una compleja operación matemática. Si se trata de un mail normal, a la máquina emisora no le costará mucho tiempo (o sea, dinero) en hacer la operación, pero la cosa cambia si está enviando millones de mails. Por tanto, la idea es luchar contra el spam basándose en el que el tiempo de procesador no es de coste cero.

Hasta aquí la teoría. Pero, ¿qué hacer concretamente?

Pues bien, yo sólo puedo explicar lo que estoy probando. Estos días me he bajado la versión demo de un producto antispam que me ha sorprendido mucho (ya había leído que ha sido uno de los más premiados por las revistas del sector hasta ahora). Se trata de iHateSpam (el nombre lo dice todo: http://www.sunbelt-software.com/product.cfm?id=930).

La verdad es que la caja, como se ve, también lo dice todo: es lo más parecido a un «detergente». Es, en realidad, un eliminador de las manchas del spam en tu máquina. Algún día tendremos que estudiar el merchadinsing de estos productos.

iHateSpam se basa en una idea muy sencilla. Primero defines qué direcciones de correo, de entre las que tienes en tu directorio del programa de correo, son direcciones amigas (la «lista blanca»). Esto te puede llevar un rato, pero la idea es que todo correo que te llegue de un «amigo/a» vaya directamente a tu buzón. Después, cuando abres tu correo, sólo te muestra directamente los correos que vienen de esta lista. Los demás los pone en una carpeta de «cuarentena». Luego pasas a mirar esta lista, y «salvas» sólo los que ves que no son spam. Si quieres, pones la dirección de correo de donde procede en tu lista de «amigos». Y si confirmas que, por el contrario, es una fuente de spam, la pones en la lista de «enemigos». De la lista de enemigos no recibirás nunca nada más.

En la carpeta de cuarentena de iHateSpam se acumulan los mensajes “sospechosos”

La verdad es que es más difícil explicarlo que hacerlo. La interfície de uso de este programa es sensacional. Se definen las listas de amigos y enemigos en tres simples pasos. Un muy buen ejemplo de herramienta de productividad personal. Y son 20 dólares bien invertidos. Aunque puedes bajarte una versión de prueba, íntegra, que dura treinta días en http://www.sunbelt-software.com/download.cfm?id=930.

Para terminar, otro ejemplo de software aplicado a las rutinas diarias. Se trata de CardScan ( http://www.cardscan.com/), un programa de gestión de tarjetas (su nombre lo dice: card-scan, para escanear tarjetas). Con este programa, escaneo periódicamente (digamos que una vez a la semana) las tarjetas de visita que he ido acumulando. es muy simple: se introduce la tarjeta en escáner (puedes comprar el que CardScan te ofrece, pero yo he usado uno normal, barato, y sólo he comprado el software). El sistema de reconocimiento de los campos de la tarjeta funciona muy bien (qué es el nombre de la persona, qué es el de la empresa, qué es el teléfono, etc). En algunas ocasiones (cuando la tarjeta es muy «de diseño») hay que retocar los datos que ha entrado automáticamente. Pero, por lo general, funciona muy bien.

Lo más interesante de todo es que, una vez escaneada la tarjeta, puedes transferirla directamente al Outlook (o a otro programa de gestión de contactos). Y, más aún, no cuesta mucho sincronizar este último con tu PDA.

En definitiva, de la tarjeta en papel a la PDA en unos segundos. Una forma sencilla, cómoda y práctica de ser más eficiente en tus funciones informacionales.

De este tipo de programas, como iHateSpam o CardScan, veremos muchos más.

Porque es la hora de la productividad personal.

Y si no, véase la historia de Mike Turley ( http://www.cardscan.com/testimonials/Mike_Turley.asp)…

Alfons Cornella
Infonomia

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