Ke!615 – Aprender en un entorno intensivo en información

Ke!615 – Aprender en un entorno intensivo en información

En esta economía de la innovación en la que entramos, aprender será esencial para la supervivencia, como persona y como organización. Por eso, el e-learning quizás acabará siendo la nueva «killer application». Pero quizás estamos lejos de descubrir cómo desarrollar el «potencial» de la Red para el aprendizaje. Mucho de lo que se ha hecho en e-learning es, simplemente, ridículo. Algunos expertos nos dicen que este pobre panorama no cambiará hasta que entendamos cómo aprendemos. Cuando nos demos cuenta de que aprendemos equivocándonos, veremos las enormes posibilidades de Internet en la simulación, la interacción, la participación.

 

Tenemos hoy más información que nunca, así como mejores instrumentos para navegar por esa información. Pero el problema final va a ser, obviamente, el del «criterio» y la «motivación». O sea, «qué» debemos aprender (utilidad) y «por qué» (emoción). Contará más la «historia» detrás de cada elemento de aprendizaje (quién lo hizo, en qué contexto, qué le motivaba, etc) que el contenido. Frente a este nuevo escenario, educar se convertirá en dar una «cultura informacional» correcta y útil.

(Tiempo estimado de lectura: 8 minutos)

PARA PENSAR

Cada día que pasa estoy más convencido de que no hemos andado aún nada. En especial, pienso que Internet es hoy «una respuesta en busca de pregunta». Una tecnología tremendamente potente cuya energía sólo se desarrollará si aceptamos cambiar nuestras formas de trabajo. Dicho en otras palabras, mediante una metáfora física: está por descubrir cómo transformar la «energía potencial» de Internet en «energía cinética».

Como los lectores expertos de Infonomia!com ya saben, mi opinión es que la clave del aprovechamiento de Internet no está en su aplicación al comercio electrónico (ni en su versión B2C, que llegará dentro de unos años, ni en la B2B). Es cierto que estamos haciendo progresos muy considerables: por ejemplo, en el momento de escribir esta nota, se anuncia que Amazon, por fin, ha dado beneficios ( http://news.com.com/2100-1017-819688.html). Una noticia sin duda histórica.

Pero donde más cambios vamos a ver gracias a Internet es en la «gestión inteligente de la información». Lo vemos nosotros cada día en nuestro trabajo con empresas (a través de 0y1Factoria, http://www.0y1.com), ya sea diseñando un sistema de observación sistemática del entorno (inteligencia empresarial), el portal del empleado, el espacio de conocimiento, o la estrategia de aprendizaje vía Red.

Justamente es en este último punto donde veo cada vez más posibilidades. En eso que se ha venido a llamar e-learning, y que no es más que utilizar las tecnologías (y métodos) de red para facilitar el aprendizaje, ya sea para el beneficio personal u organizacional.

En este mensaje trataremos del contexto de cambio en el que se está moviendo el mundo de la enseñanza, la educación y el aprendizaje. En el próximo trataremos de una visión particular del e-learning, la del aprendizaje basado en simulaciones, que postula con fuerza Roger Schank en su último y brillante libro Designing World-Class e-learning ( http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/0071377727/infonomia).

Información ubicua y certificación de la información

Vamos a un mundo en el que habrá más datos e información «por centímetro cuadrado» de lo que podemos imaginar. Este contexto es radicalmente diferente de uno en el que el conocimiento estaba en manos de quienes, literalmente, poseían los libros.

La dimensión del Web no cesa de aumentar (en especial las del «Web profundo»: véanse las últimas cifras de BrightPlanet en http://www.brightplanet.com/deepcontent/deep_web_faq.asp). Parte de su crecimiento se debe a un fenómeno relativamente nuevo: las empresas consideran ahora que una forma de aportar valor a sus clientes consiste en darles información de calidad. Un claro ejemplo de ello lo constituye el importante esfuerzo que están haciendo las empresas farmacéuticas construyendo espacios de conocimiento de calidad para toda la profesión médica (o para los ciudadanos en general, como hace Genentech para los profesores de secundaria norteamericanos, en AccessExcellence, http://www.accessexcellence.org/).

Veremos mucho más en otros sectores muy pronto. Porque las empresas van a aprovechar que se precisa urgentemente que alguien con credibilidad en un campo «certifique» la calidad de los contenidos. Los «sellos de garantía» se van a imponer en la información que circula por Internet. Se hace ya en medicina (véase el sello HON, http://www.hon.ch/) y pronto esta idea se va a ver en todas partes. Concretamente, esta será una de las funciones que Infonomia!com os propondrá muy pronto…

La escuela, en el sentido más amplio del término, puede que se constituya en una de las más fiables instituciones certificadoras de calidad de la información. Eso si entiende el contexto en el que entramos, y si entrena a su gente para identificar la buena información. Por tanto, curiosamente, puede que la escuela pase a ser un lugar cuya función sea «generar información limpia», a partir de inmensos caudales de información de todo tipo procedente del Web.

Herramientas informacionales

Estaremos rodeados de tecnologías que nos permitirán acceder a la información desde cualquier lugar. El problema no será pues, acceder a información, sino «urbanizar» nuestro tiempo y decidir cuándo es el mejor momento para obtener qué información (tendremos que rediseñar algunas de nuestras rutinas diarias).

La tecnología avanza para permitirnos conectarnos a esa información «donde estemos y a la hora que estemos». Véase, por ejemplo, las propuestas de redes WiFi (como una de las de San Francisco de http://www.wifimetro.com), que permiten tener un ancho de banda notable estando «en la calle». Por no hablar de dispositivos PDA inalámbricos, por los que industria parece que va a apostar muy fuertemente durante el 2002 ( http://investor.cnet.com/investor/news/newsitem/0-9900-1028-8560839-0.html).

En nuestro espacio NetTools That Matter ( http://www.instituteofnext.com/nettools/) se van comentando algunos de estos gadgets, como el DangerHipTop ( http://www.danger.com/products.html), el HandSpring Treo ( http://www.handspring.com/products/treo), o el TabletPC de Microsoft ( http://www.microsoft.com/windowsxp/tabletpc/default.asp). Unos instrumentos que van a cambiar nuestra forma de trabajar, esta vez de verdad. Eso sí, si nos dejamos…

Por no hablar de las posibilidades de la videoconferencia. Desde los sistemas que proyectan tu imagen recortada digitalmente sobre una pantalla, hasta los robots antropomórficos que algunos teóricos están pensando ( http://www.tnt.uni-hannover.de/project/3dmod/evita/papers/mmsp97/paper37.html), o las proyecciones virtuales sobre objetos reales ( http://www.hitl.washington.edu/publications/r-99-11/).

Pero, aparte de las «herramientas» para acceder a información, dispondremos crecientemente de nuevos programas para buscar y organizar mejor la información. Así, por ejemplo, disponemos ya de sistemas de búsqueda en el «interior» de libros, como eBrary ( http://www.ebrary.com/), lo que extiende de manera considerable las posibilidades de localizar información estructurada. Ya no buscaremos en la selva de la Web, sino en el interior de libros «editados» con criterio.

O tenemos nuevas propuestas para organizar la información que aparece en nuestra pantalla, superando las limitaciones del «paradigma Desktop», como la que nos hace ScopeWare ( http://www.scopeware.com), en la que los ficheros están organizados de acuerdo con un criterio que nuestro cerebro parece entender mejor que el de «carpetas y subcarpetas»: el momento en el que fueron creados (los documentos son ordenados y presentados cronológicamente).

Por no hablar, finalmente, de la promesa de la «tinta digital» ( http://www.eink.com), que llegará más pronto de lo que nos imaginamos ( http://www.techreview.com/articles/cameron012202.asp), cambiando radicalmente nuestra experiencia de lo que es un libro. O del «papel con energía» ( http://www.powerpaper.com/), que permitirá «imprimir» en papel una acción que se desarrollará dinámicamente (por ejemplo, una etiqueta de un medicamento que se leerá a sí misma al ser presionada con el dedo).

Economía de la atención

Ante tanta información, y ante tal cantidad de instrumentos para acceder a ella, el problema estará en conseguir que la gente te preste atención. Esto ya es de especial importancia en el mundo educativo, donde los profesores deben competir por la atención de sus alumnos con inputs más divertidos y seductores, como, por qué no, la PlayStation.

En este punto la respuesta parece ser clara: la función del enseñante ya no es dar el conocimiento, sino dar las razones por las que conviene aprender. La información está ahí. El profesor sirve de guía para identificar qué vale la pena aprender, y, más aún, cuáles son las buenas fuentes. O sea, sirve de guía para construir tu «trayectoria de aprendizaje», que, tarde o temprano, acabará siendo totalmente personalizada.

En este sentido, cabe esperar de los profesores que dediquen una parte importante de su tiempo a «descubrir» fuentes de información útiles y, al mismo tiempo, emocionales, o sea, que capten nuestra atención y sean de utilidad para desarrollar algún conocimiento. Un buen ejemplo lo encontramos ya en grandes museos de mundo, como el Exploratorium de San Francisco ( http://www.exploratorium.com/), donde un profesor de física, por ejemplo, puede encontrar datos para construir un sistema solar a escala ( http://www.exploratorium.com/ronh/solar_system/index.html).

Y, en lo emocional, cabe esperar fuentes de información en formatos más dinámicos que los actuales, por ejemplo en Flash. Y, en algunos casos, será más importante el contexto de la información (cómo y por qué se ha creado) que la propia información (el qué). Así, por ejemplo, ¿qué mejor forma de explicar qué es un cáncer que en un cómic, en Flash, ideado por un niño que luchó contra un linfoma durante años? Un contenido controlado científicamente por médicos, pero que nos fascina por la historia que tiene detrás: véase el Captain Chemo de Ben De Garis ( http://www.royalmarsden.org/captchemo/index.asp).

http://www.royalmarsden.org/captchemo/index.asp

Cultura informacional

Como ya hemos dicho en otras ocasiones, en este contexto tan intensivo en información será fundamental que los ciudadanos tengan una cierta «cultura informacional». Alguien hizo una pregunta sobre esta cuestión hace unos días en InfonomiaXpertia ( http://infonomia.xpertia.com), y voy a recordar aquí mi opinión sobre el término.

Por «cultura informacional» ( http://www.instituteofnext.com/suma/index.asp?tema=13) podemos entender un conjunto de habilidades para: determinar cuál es el problema (cuál es la pregunta), dónde están las fuentes con posibles respuestas, cómo se debe buscar en ellas para encontrar información relevante, cómo determinar cuál es, en efecto, relevante, cuándo parar de buscar información, cómo la aplicamos al problema en cuestión y cómo explicamos el resultado a quien sea pertinente.

Por lo tanto, vamos a necesitar saber «poner criterio» a la información. Y creo que eso no va a venir, al menos a corto plazo, sólo gracias a mejores tecnologías de búsqueda, sino, fundamentalmente, gracias a que las personas ayudarán a discriminar el trigo de la paja.

Porque si algo va a tener importancia en la revolución educativa es la comprensión del fenómeno de la «inteligencia colectiva», o sea, del hecho de que nadie sabe más que el colectivo. Internet es un instrumento potencialmente revolucionario en el objetivo permanente de «conectar a quien tiene preguntas con quien tiene respuestas».

Y, al final, de lo que se va a tratar es de construir entre todos un mundo de mejor calidad, en todos los sentidos…

PARA TRABAJAR

1) En tu sector, ¿quién tiene suficiente credibilidad para erigirse como «entidad certificadora» de la calidad de la información con la que trabajas? ¿Existe algún ámbito concreto en el que tu organización pudiera jugar ese rol?

2) Si no sois aun de los «nuevos conversos», ¿por qué razones no estáis usando ya la videoconferencia de manera habitual?

3) Imagínate que tienes que ilustrar con una sola imagen lo impresionante que es un rascacielos (un desafío a la física y al vértigo). Ves al buscador de imágenes de Google ( http://www.google.com/imghp?hl=es) y busca una imagen de rascacielos. ¿Encuentras alguna suficientemente «potente»? Si lo es, envíamela (mailto:ac@infonomia.com). Si quieres saber lo que opino yo sobre una imagen realmente ilustrativa sobre lo que es un rascacielos, ves a http://www.nytimes.com/packages/html/photo/20011231YIP/pho_YIP_130.html. ¿Es la tuya comparable?

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