Ke 770! Fundir la función de las cosas con nuestra experiencia sensorial: la sustancia del estilo

25 Jun Ke 770! Fundir la función de las cosas con nuestra experiencia sensorial: la sustancia del estilo

NODE premiada por la Industrial Design Society of America

Acabo de leer un interesante librito que me permito recomendarte para el verano. Se trata de “The substance of style”, de la autora norteamericana Virginia Postrel (http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/0060186321/infonomia).

De Virginia me encantó su “The future and its enemies”, un brillante ensayo sobre la división entre “dinamistas” (los que aman el futuro) y los “estatistas” (“cualquier tiempo pasado fue mejor”). Justamente, su blog lleva el título de Dynamist (http://www.dynamist.com/).

Desde 1989 a 2000 fue editora de la revista Reason (http://www.reason.com/). Reason, que he podido seguir durante el último año, es una publicación sorprendente para los ojos europeos, por tratarse de un estandarte del movimiento “libertario” norteamericano (o tercera vía entre los conservadores-republicanos y los progresistas-liberales demócratas). NO tienen nada que ver con lo que en Europa denominamos libertario (anarco) sino que se trata, en realidad, de anarcocapitalismo, un movimiento a favor de la libertad máxima del ciudadano, y por tanto, en contra del Estado constrictor y a favor del libre mercado como máximo bien

Su lema es “free minds, free markets”.

Pues bien, Postrel nos sorprende ahora con un nuevo y fino libro (The substance of style).

Su principal tesis: la sustancia de las cosas (para qué son o sirven, o sea, su función) ha estado por lo general “distante” de su estilo (cómo las percibimos y sentimos, su forma, su estética). Pero la situación ha cambiado: hoy es difícil vender algo que no coordine forma y función, o sea, que debe funcionar y además sea bello. O sea, el valor estético de las cosas cuenta mucho a la hora de decidirse por un producto/servicio.

Es la fusión de los sentidos con el sentido. Para Postrel, esto hará del siglo XXI la “era de la estética”.

El libro está plagado de ejemplos de la fusión función-belleza. Y también de argumentos para desarticular a los nostálgicos de la ingeniería dura que ven en la estética una moda que altera la seriedad de la sustancia: a los que piensan que ¿si algo funciona bien porque hay que embellecerlo? Su respuesta: porque hoy hacer las cosas bien, que funcionen, no es un reto (muchos pueden hacerlo). El reto es conseguir que sea atractivo, que guste, que encante, que enamore.

Motorola Razr V3 Mobile Phone

Y, sobre todo, porque la gente lo desea. A la hora de comprar una cámara digital, partiendo del hecho de que todas hacen lo mismo y lo hacen extraordinariamente bien, escojo aquella que me atrae más “desde los sentidos”, empezando por su forma y acabando por su “tacto”. Un tema este, el de las “texturas”, al que Postrel dedica interesantes sentencias y avisa de que las enormes posibilidades que la tecnología nos brinda en este campo revolucionaran muchas “interfícies” entre los objetos y nosotros mismos.

Otro ejemplo: los automóviles. ¿Es que queda aún alguien que levante el capó del coche a la hora de comprarlo?

Lo apuntó ya Donald Norman (gran profeta del diseño) en su momento: “attractive things work better”.

Algunas ideas del libro de Postrel:

Va a ser cada vez más necesario que los “autores” industriales de productos jueguen con los colores y las formas (neveras aún blancas?).

La gente busca una identificación con las cosas que compra, de manera que así exprese mejor su personalidad. Se trata de crear reacciones sin palabras a tu grupo de relaciones a partir de los objetos que usas.

El rol del diseño es hacer la vida más disfrutable, y esto no es de una vez para siempre, sino que va cambiando de acuerdo con las circunstancias.

La importancia del “contenido sensorial” de los objetos no para de crecer.

VIOlight Toothbrush Sanitizer

Damos cada vez más importancia al diseño de “entornos inmersivos placenteros”, espacios en los que te sientas (muy) bien (escribo esto justo el día en que he podido visitar en nuevo hotel Hilton en el Forum en Barcelona, realmente espectacular).

Crecimiento del interés por el aspecto personal: piercing, tatooing, tinte de pelo, Corporación Dermoestetica, el político calvo no sale elegido, etc.

Lejos de la idea de que vamos a un futuro de despersonalización, la verdad es que parece que es justamente lo contrario: ser diferente, único, es lo que importa (tunning de uno mismo y de su entorno)

El placer de los productos “sensibles” (Vaio, iPod, Pixar, SteelCase, etc)

El peligro de la superficialidad, de quedarse sólo en la estética.

Y de la dictadura del estilo, que lleva a comunidades a cerrarse a gente diferente del estándar aceptado en la mismas (barrios en los que debes vestir de una determinada manera) o incluso a países a regular por ley su paisaje (Suiza)

El potencial a corto plazo de lo “auténtico”, aunque con la dificultades que lleva definir que es eso en una “era de la falsificación” como la nuestra (ver pagina 110 de su texto, y mí articulo “falso = más que real”, en http://www.instituteofnext.com/ideasfuerza/falso.asp).

En definitiva, ya estamos en un futuro en el que reina la combinación smart and pretty, lo inteligente “y” lo bonito (no lo inteligente “o” lo bonito). O sea, la síntesis de artefactos y emociones.

Una última nota en ese sentido: la empresa española de innovación aplicada NODE (http://www.thenodecompany.com) es la primera compañía española que obtiene el premio de la Asociación Americana de Diseñadores Industriales (IDSA, http://www.idsa.org/idea/idea2005/). El proyecto premiado es un cochecito para bebés  desarrollado para el Grupo Inditex. 

La Asociación Americana de Diseñadores Industriales otorga anualmente los premios I.D.E.A en colaboración con la revista Business Week. Este galardón internacional se concede a aquellos proyectos que marcan las tendencias futuras del mundo de los negocios.

Más en:

http://www.thenodecompany.com/results/about_news_detail.asp?id=1242

Una clara combinación de “sustancia” y “estilo”.