Insourcing

Insourcing

Que las empresas lleven sus fábricas a otros países con menores costes ya no sorprende a nadie. Que se empiece a hacer también algo parecido con los servicios, las oficinas, tampoco (empresas españolas ya utilizan servicios de telemarketing y atención al cliente en Tánger o en Argentina, y bancos ingleses llevan a cabo sus transacciones desde la India). Pero Robert Buderi, nos recordaba que para la competitividad de las empresas en el próximo futuro, mucho más importante que esta deslocalización del trabajo intensivo será el insourcing: su capacidad para abrir y dinamizar centros de investigación, de estudio de nuevos productos, laboratorios de servicios, en otros países, en los que se desarrollen nuevas ideas que generen nuevas oportunidades de mercado para las empresas, en todo el mundo. El insourcing hace salir fuera a la empresa, para buscar el mejor talento, no sólo los costes más bajos. Porque la competencia no es ya entre países, sino entre corporaciones globales: no importa dónde esté localizado un equipo de una empresa, sino que importa que este esté constituido por los mejores profesionales del mundo en ese ámbito.

Pero para que las empresas vayan a buscar la innovación fuera, es primero imprescindible que abandonen su dependencia del síndrome NIH (de “not invented here”), o sea, la obsesión de sus miembros en ignorar que fuera de ella existen mejores soluciones a sus problemas de las que ellos pueden encontrar, por el simple hecho de que, justamente, esas soluciones no las han creado "en su propia casa". En otras palabras, "lo que no hemos hecho nosotros mismos, no vale".

El insourcing de talento empieza a ser una realidad en Asia, en especial en China, por cuanto el país dispone no sólo de mano de obra barata, sino también de mentes muy preparadas. Un caso citado frecuentemente es el centro de investigación de Microsoft en Pekín. Intel tiene también varios laboratorios de investigación en el mundo, uno de ellos en Barcelona, el Intel Labs at Barcelona. Aunque quizás el mejor ejemplo es la captación de cerebros que algunos países han conseguido, tradicionalmente, con políticas de visados que favorecen la entrada de profesionales preparados. Antes algo sólo llevado a cabo por los países grandes, pero hoy por todos los emergentes.

Finalmente, vemos acciones de conexión con el talento mundial, incluso sin presencia física, a través de Internet. Es el caso de “lugares” como Innocentive, en el que empresas de biotecnología occidentales “publican” sus necesidades de investigación como retos (challenges) con una recompensa, de manera que investigadores con talento en cualquier lugar del mundo propongan sus soluciones (y consigan así un dinero que su sueldo no les proporcionaría). Las empresas tienen resultados de investigación a menor coste, gracias a este sistema de innovación abierta, frente al modelo tradicional de innovación cerrada (el laboratorio como un bunker cerrado al mundo exterior). De la combinación (hibridación) de outsourcing (bajos costes fuera) e insourcing (alto valor fuera) puede que dependa el futuro de nuestra competitividad.

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