Innovación en el mundo del software en la era Internet; por Jordi Mas

Innovación en el mundo del software en la era Internet; por Jordi Mas

Artícle en català

Me gustaría empezar definiendo la innovación como una mejora substancial y novedosa que es adoptada por un conjunto amplio de usuarios. Si esta adopción no se produce a gran escala no podemos hablar de innovación. En el mundo del software la innovación hasta hace poco tiempo fue liderada por dos grandes grupos: por una parte los laboratorios de grandes de empresas y centros de investigación académica y por otra entusiastas informáticos. De las grandes instituciones tenemos ejemplos como IBM que introdujo las bases de datos relacionales, o Xerox, que inventó la primera interficie gráfica (llamada WIMP). Por parte de los entusiastas, con recursos más modestos, también vinieron innovaciones destacadas como la hoja de cálculo, de la mano de Dan Bricklin; la Web, por parte de Tim Berners-Lee (adscrito al CERN en aquel momento), o toda la cultura en Estados Unidos de los pioneros de la microinformática en los garajes. En  los últimos años, hemos seguido una tendencia similar con empresas como Netscape durante los 90 o Google recientemente, y con la creación de Linux por parte de Linus Torvalds y otros entusiastas.

 

Aún hoy en día sigue generalmente extendida la teoría que la innovación en software debe realizarse en las empresas y centros de investigación, que ejercen un fuerte control sobre la propiedad intelectual de los resultados obtenidos para continuar creando incentivos a los innovadores. Sin embargo, esta teoría clásica, está siendo puesta en tela de juicio y puede ser clasificada como claramente pre-Internet, ya que no tiene en cuenta la Red ni sus efectos.

 

La popularización de Internet ha permitido la creación de comunidades virtuales de usuarios geográficamente dispersos que se agrupan con objetivos comunes. Desde usuarios que se reunen para poner en común diseños realizados con el producto Lego MindStorms o que crean enciclopedias en colaboración como Wikipedia, hasta usuarios que desarrollan complejas piezas de software como en el caso del software libre. Los usuarios han tomado un papel decisivo en los procesos de innovación. Ejemplos de grupos que convierten una consola XBox en un sistema Linux, reprograman los robots Aibo de Sony para funciones alejadas de las originales, o usan los reproductores digitales personales para crear y distribuir programas de radio. Muchas empresas alientan las innovaciones de los usuarios y algunas incluso las incorporan más tarde en sus propios productos.

Este crecimiento del usuario como innovador se debe al abaratamiento de las nuevas tecnologías que permiten que cualquiera tenga acceso a herramientas altamente sofisticadas de las que hace pocos años no podían disponer, y por su puesto, al acceso generalizado a Internet y sus posibilidades para vertebrar comunidades. En el mundo del software el cambio ha sido aún más profundo debido a los efectos que el software libre ha introducido en la creación, distribución del software y en la gestión de los derechos de autor.

 

Mientras que en el software no libre el autor monopoliza los derechos de distribución y desarrollo de los programas, en el software libre se colectivizan, permitiendo que cualquier persona pueda desarrollar y distribuir programas. Consecuentemente el acceso al conocimiento está pasando de las manos de unos pocos, y hasta ahora principalmente ubicados a los EEUU, a una descentralización del mismo y un reparto más ecuánime del mismo. Tiene las mismas posibilidades de innovar un usuario con los conocimientos adecuados en una zona remota del planeta que un empleado de cualquier gran empresa o universidad.

 

La flexibilidad sobre los derechos que imprime el software libre es la piedra angular que consigue crear un ecosistema de colaboración donde conviven y colaboran empresas y usuarios en un mismo proyecto. A menudo estas empresas son competidoras (e.j caso Red Hat, Novell o Mandriva en el proyecto GNOME) pero gracias a que nadie tiene derechos exclusivos colaboran y a la vez compiten en el mercado pero no por el mercado, es decir, generalmente competirán por un fragmento del mercado y si alguno llega a tener un control total del mercado será porque un producto es claramente superior.

 

En este proceso, los usuarios no son sólo espectadores sino que también pueden participar en los procesos de creación. Además, muchos proyectos libres, por ejemplo todos los que están liberados bajo licencia GPL, obligan a que las innovaciones que los usuarios introduzcan sean puestas a disposición de todo el mundo bajo las mismas condiciones evitando así la apropiación de mejoras y asegurando la retroalimentación el ecosistema.

 

El software libre ha introducido también métodos de producción y distribución que permiten que programas de una complejidad tan alta como el navegador web Firefox o el núcleo del sistema Linux sean desarrollados de forma colaborativa por miles de programadores alrededor del mundo sin estar limitados por su situación geográfica. Podemos comparar este modelo de uso de inteligencia colectiva distribuida con el del software no libre que se escribe en  uno o pocos centros de desarrollo limitados geográficamente y capaces de atraer sólo el talento de las zonas donde se encuentran ubicados.

 

En el caso del software libre no sólo es que el usuario puede innovar alrededor de los productos, como sucede en otras disciplinas, sino que se ha integrado el usuario en el proceso de  creación y innovación. Diariamente cientos de usuarios reportan errores en programas libres, crean soluciones o proponen nuevas funcionalidades. Sólo hemos de ver la agilidad con la que se responden a las incidencias de seguridad en el mundo del software libre. Estas dinámicas son muy difícilmente imaginables en cualquier programa no libre.

En el mundo del software se crean productos estándar para segmentos específicos del mercado con el objetivo de satisfacer las necesidades de un grupo de usuarios. Sin embargo, en muchas de estas soluciones satisfacen sólo al usuario estándar de ese segmento. El resto de usuarios se quedan con un producto que hace a grandes trazos lo que buscaba pero no se adapta completamente a su necesidad. Los ordenadores, que pueden realizar cualquier tarea que pueda ser expresada en forma de programa, son una herramienta creativa con unas posibilidades que se ven mermadas y encasilladas por las posibilidades que ofrecen los productos estándar. Con el software libre el usuario, que a menudo es una empresa, puede personalizar un programa todo lo que sea necesario respondiendo así a sus necesidades de una forma más precisa y dejando espacio para la creación por parte de estos usuarios de nuevas soluciones innovadoras. Podemos ver cómo las diferentes distribuciones de Linux se han personalizado para usuarios neófitos, para el sector educación, para niños de corta edad o la introducción de las distribuciones tipo LiveCD, versiones de Linux capaces de funcionar sin necesidad de ser instaladas en el disco duro.

 

Un aspecto importante en desarrollo de nuevos servicios o software es el control del fabricante de la plataforma sobre la que creamos nuestras soluciones. En el campo de los sistemas operativos,  Microsoft con Windows y Apple con Mac OS han elegido tener un control total de la plataforma en el primer caso y parcial en el segundo. En el caso de Microsoft, además este control ha sido abusivo en numeras ocasiones. Por mencionar sólo algunas: la presión que ejerció sobre  empresas licenciatarias de Windows para que no distribuyeran el navegador Netscape que se materializó en un juicio que perdió contra Netscape en el año 2002, el juicio que interpuso RealNetworks, la empresa creadora del lector multimedia RealPlayer, porque Microsoft obstaculizó su distribución en favor del Windows Media Player. También podemos ver cómo la estrecha integración de los servicios Internet de Microsoft (MSN, MSN Messenger, Hotmail, etc) en el sistema operativo en detrimento de otros proveedores de servicios Internet como AOL o Google están creando importantes fricciones por el control de Microsoft sobre su plataforma. En menor medida, Apple también ha tenido actitudes de claro control como evitar la publicación de la traducción realizada por unos voluntarios de su sistema al euskera.

 

En el mundo del software libre, los sistemas operativos como FreeBSD o Linux son totalmente abiertos y libres. Recientemente, Sun Microsystems decidía abrir su sistema Solaris a través del proyecto OpenSolaris compartiendo así con sus usuarios el control de su plataforma. Hoy en día Linux se encuentra disponible para prácticamente cualquier tipo de hardware, incluyendo sistemas empotrados, gracias a que los usuarios lo han podido adaptar,  pero más importante y fundamental, es mucho más fácil innovar sobre una plataforma que es totalmente libre porque no estamos limitados en el conocimiento sobre ella ni sobre las posibles limitaciones legales que el fabricante quiera establecer. Así lo han entendido el Grupo Prisa con El País, Amazon, la NASA, o Google que han escogido Linux como plataforma para sus innovadores servicios.

La gestión de la propiedad intelectual tiene un papel central en la innovación. En la industria del software aún se utiliza el número de patentes concedidas por millón de dólares invertido en I+D como medida aceptada para medir la innovación. Sin embargo, las patentes, que son la concesión de un monopolio durante 20 años, sólo hacen que poner obstáculos a la participación de usuarios y pequeñas empresas en los procesos de creación y innovación especialmente cuando ya existen los derechos de autor que pueden proteger las creaciones de los autores. Concebidas con el objetivo de incentivar la innovación hoy en día están produciendo el efecto contrario con empresas patentando invenciones triviales, empresas acumulando patentes con el simple objetivo de ir a juicio para obtener rédito económico, o simplemente de establecer una barrera de entrada muy alta a pequeñas empresas y innovadores. En el mundo del software no libre, las licencias de software, las patentes de software y otras herramientas legales y técnicas se utilizan para impedir que terceros participen el conocimiento y para que éste continúe siendo patrimonio exclusivo de la empresa que lo creó. La innovación pertenece a una empresa, mientras que en el mundo del software libre, de forma muy similar al dominio público, el conocimiento pertenece a la humanidad.

 

En el mundo del software, la mejora en los sistemas de comunicación, como Internet, el abaratamiento de las nuevas tecnologías están teniendo como efecto que nos alejemos progresivamente de un modelo de innovación impulsado únicamente por empresas, donde unos pocos tenían acceso al conocimiento,  y avancemos de forma creciente hacia un modelo donde el usuario tiene un papel protagonista en la innovación, se implica y se fideliza. Evidentemente, es mucho más sencillo y intuitivo innovar en comunidades descentralizadas como las de software libre, con un acceso completo a la información y con un alto grado de libertad para mezclar, distribuir o versionar trabajos,  que en centros de desarrollo de las empresas tradicionales de software limitados geográficamente a unos pocos sitios, altamente centralizados y jerarquizados y con un estricto control de sus creaciones a través de la licencias, patentes, marcas y otras herramientas jurídicas.

   

Agradecimientos: Quico Llach, Jordi Graells, Francesc Dorca, y Xènia Alonso

 
(c) 2005 Jordi Mas i Hernàndez. Esta obra es libre y está sometida a las condiciones de una licencia Creative Commons. Puede redistribuir, copiar, y reutilizar y mezclar este libro siempre que se haga con fines no comerciales y dando crédito a su autor. Para una copia completa de la licencia visitar la web the Creative Commons.

Innovació al món del programari a l’era d’Internet

 

M’agradaria començar definint la innovació com una millora nova i substancial adoptada per un conjunt ampli d’usuaris. Si aquesta adopció no es produeix a gran escala, no podem parlar d’innovació. En el món del programari, fins fa poc temps, la innovació estava liderada per dos grans grups: d’una banda, els laboratoris de grans empreses i centres d’investigació acadèmica, i, de l’altra, informàtics entusiastes. Com a exemples de grans institucions tenim IBM, que va introduir les bases de dades relacionals, o Xerox, que va inventar la interfície gràfica (coneguda per WIMP). Els entusiastes amb recursos més modestos també tenien innovacions destacables, com ara el full de càlcul, de Dan Bricklin, la web, de Tim Berners-Lee (adscrit al CERN en aquell moment), o la cultura, als Estats Units, dels pioners ?de garatge? de la microinformàtica. En els últims anys, hi ha hagut una tendència similar, amb empreses com ara Netscape, els anys 90, Google, més recentment, i també la creació de Linux per part de Linus Torvalds i altres entusiastes.
 

Avui dia encara està força estesa la teoria que afirma que la innovació en programari ha de realitzar-se en empreses i centres d’investigació, que exerceixen un fort control sobre la propietat intel·lectual dels resultats obtinguts, creant incentius per als innovadors. Tanmateix, aquesta teoria clàssica s’està qüestionant i es pot classificar clarament com pre-Internet, ja que no té en compte ni la Xarxa ni els seus efectes.

 
La popularització d’Internet ha permès la creació de comunitats virtuals d’usuaris, geogràficament dispersos, que s’agrupen en objectius comuns. Hi ha usuaris que es reuneixen per a posar en comú dissenys fets amb el producte Lego MindStorms, usuaris que creen enciclopèdies mitjançant col·laboracions, com ara la Wikipèdia, i fins i tot usuaris que desenvolupen peces complexes de programari, com és el cas del programari lliure. Els usuaris han pres un paper decisiu en els processos d’innovació; hi ha grups que converteixen una consola Xbox en un sistema Linux, que reprogramen els robots Aibo de Sony per a funcions ben allunyades de les originals o que utilitzen els reproductors digitals personals per a crear i distribuir programes de ràdio. Moltes empreses encoratgen les innovacions dels usuaris, i algunes fins i tot les incorporen després als seus propis productes.
 

Aquest creixement del nombre d’usuaris innovadors és el resultat de l’abaratiment de les noves tecnologies, que permet que qualsevol persona pugui accedir a estris altament sofisticats dels quals no podien disposar fa pocs anys i, evidentment, també es deu a l’accés generalitzat a Internet i les seves possibilitats per a vertebrar comunitats. En el món del programari, el canvi ha estat encara més profund a causa dels efectes que el programari lliure ha introduït en la creació i distribució del programari i en la gestió dels drets d’autor.
 

Mentre que, en el programari no lliure, l’autor monopolitza els drets de distribució i de desenvolupament dels programes, en el programari lliure es col·lectivitzen, i això permet que qualsevol persona pugui desenvolupar i distribuir programes. Com a conseqüència, l’accés al coneixement està passant d’unes poques mans, principalment als EUA, a una descentralització i a un repartiment més equitatiu. Un usuari, en una zona remota del planeta té, amb els coneixements adequats de tecnologia i processos, les mateixes possibilitats d’innovar que un treballador de qualsevol empresa o universitat.
 

La flexibilitat sobre els drets que suposa el programari lliure és la pedra angular que aconsegueix crear un ecosistema de col·laboració en què, en un mateix projecte, conviuen empreses i usuaris. Sovint, aquestes empreses són competidores (com és el cas de Red Hat, Novell o Mandriva en el projecte GNOME) però, atès que cap d’elles no té drets exclusius, col·laboren i, a la vegada, competeixen en el mercat però no pel mercat. És a dir, generalment es competirà per un fragment del mercat; si una de les empreses arriba a tenir un control total del mercat serà perquè el seu producte és clarament superior.
 

En aquest procés, els usuaris no solament són espectadors, sinó que també poden participar en els processos de creació. A més, molts projectes lliures, com ho són tots aquells que estan alliberats sota la llicencia GPL, obliguen a que les innovacions que els usuaris introdueixen es posin a l’abast de tothom sota les mateixes condicions, evitant així les apropiacions i assegurant la retroalimentació del sistema.

 
El programari lliure ha introduït també mètodes de producció i distribució que permeten que programes d’una complexitat tan elevada com el navegador web Firefox o el nucli del sistema Linux es desenvolupin amb la col·laboració de milers de programadors arreu del món evitant limitacions geogràfiques. Comparem aquest model d’ús d’intel·ligència col·lectiva distribuïda amb el del programari no lliure, que s’escriu en un o pocs centres de desenvolupament limitats geogràficament i que poden atraure només les habilitats de les persones de la zona on es troben.

 
En el cas del programari lliure, l’usuari no solament pot innovar al voltant dels productes, com és el cas d’altres disciplines, sinó que també s’ha integrat en el procés de creació i innovació. Cada dia, centenars d’usuaris informen d’errors en els programes lliures, en solucionen o proposen noves funcionalitats. Només hem de veure amb l’agilitat que es responen a les incidències de seguretat des del món del programari lliure. Aquestes dinàmiques són difícilment imaginables en el cas de programes no lliures.

 
En el món del programari es creen productes estàndard per a segments específics del mercat amb l’objectiu de satisfer les necessitats d’un grup d’usuaris. Tanmateix, en molts d’aquests casos se satisfà només a l’usuari estàndard d’aquell segment; la resta d’usuaris es queda amb un producte que fa alguna cosa semblant a allò que buscaven, però que no s’adapta completament a la seva necessitat. Els ordinadors, que poden realitzar qualsevol tasca que es pugui expressar en forma de programa, són una eina creativa amb unes possibilitats que es veuen reduïdes i encasellades a les possibilitats que ofereixen els productes estàndard. Mitjançant el programari lliure, l’usuari, que sovint és una empresa, pot personalitzar un programa per a respondre a les seves necessitats de manera més precisa i deixar que els usuaris creïn solucions innovadores. Podem veure com les diferents distribucions de Linux s’han personalitzat per a usuaris neòfits, per al sector de l’educació, per a nens i nenes de poca edat o per a la introducció de les distribucions com ara les LiveCD, versions de Linux que poden funcionar sense que calgui instal·lar-les en el disc dur.

 
Un aspecte important en el desenvolupament de nous serveis o programari és el control del fabricant de la plataforma sobre la qual creem les nostres solucions. En el camp dels sistemes operatius, Microsoft amb Windows i Apple amb Mac OS, han escollit tenir un control total de la plataforma en el primer cas i parcial en el segon. Microsoft però, ha estat abusiu en aquest control i en altres moltes ocasions, com per exemple en la pressió que va exercir sobre les empreses distribuïdores de Windows per tal que no distribuïssin el navegador Netscape; aquesta empresa va portar Microsoft a judici l’any 2002, i va guanyar-lo. Un altre exemple és el del judici que va interposar RealNetworks, empresa creadora del reproductor multimèdia RealPlayer, ja que Microsoft va obstaculitzar la seva distribució a favor del Windows Media Player. També podem veure com l’estreta integració dels serveis d’Internet de Microsoft (MSN, MSN Messenger, Hotmail, etc.) en el sistema operatiu, en detriment d’altres proveïdors de serveis d’Internet, com ara AOL o Google, estan creant importants friccions pel control de Microsoft a la seva plataforma. En menys mesura, Apple també ha tingut actituts de clar control com evitar la publicació de la traducció realitzada per uns voluntaris del seu sistema a l’euskera.

 
En el món del programari lliure, els sistemes operatius com ara FreeBSD o Linux són totalment oberts i lliures. Recentment, Sun Microsystems va decidir obrir un sistema Solaris a través del projecte OpenSolaris, compartint així el control de la seva plataforma amb els seus usuaris. Avui dia, Linux està disponible per a pràcticament qualsevol tipus de maquinari, incloent-hi sistemes encastats, ja que els usuaris l’han pogut adaptar. Però el que és més important i fonamental és que és molt més fàcil innovar sobre una plataforma totalment lliure, ja que no estem limitats en el seu coneixement ni per les possibles limitacions legals que el fabricant vulgui establir. Així ho han entès Amazon, la NASA i Google, i Vilaweb més a prop nostre, que han escollit Linux com a plataforma per als seus serveis innovadors.
 

La gestió de la propietat intel·lectual té un paper central en la innovació. A la indústria del programari encara s’usa, com a unitat d’innovació, el nombre de patents atorgades per milió de dòlars invertit en I+D. Tanmateix, les patents, que són la concessió d’un monopoli durant 20 anys, només fan que obstaculitzar la participació d’usuaris i petites empreses en els processos de creació i innovació, especialment quan poden protegir-se les creacions dels autors. Les patents, concebudes amb l’objectiu d’incentivar la innovació, avui dia estan produint l’efecte contrari: empreses que patenten invencions trivials, empreses que acumulen patents amb el simple objectiu d’anar a judici per tal d’obtenir un rèdit econòmic o, simplement, per a establir una barrera d’entrada molt alta a empreses petites però innovadores.

 
En el món del programari no lliure, les llicencies de programari, les patents de programari i altres eines legals i tècniques s’usen per a impedir que terceres persones participin en el coneixement, que seguirà sent, així, patrimoni exclusiu de l’empresa que l’ha creat. La innovació pertany a una empresa, mentre que, en el món del programari lliure, i de manera molt similar al domini públic, el coneixement pertany a tota la humanitat.

 
En el món del programari, la millora en els sistemes de comunicació, com ara Internet, i l’abaratiment de les noves tecnologies està tenint com a conseqüència que ens allunyem progressivament d’un model d’innovació impulsat únicament per empreses on només uns quants tenen accés al coneixement, i que avancem de manera creixent cap a un model en què l’usuari té un paper protagonista en la innovació, s’hi implica i es fidelitza. Evidentment, és molt més senzill i intuïtiu innovar en comunitats descentralitzades, com ho són les del programari lliure, amb un accés total a la informació i amb un alt grau de llibertat per a mesclar, distribuir o fer versions d’altres treballs, que innovar en els centres de desenvolupament de les empreses tradicionals de programari, limitades geogràficament a uns llocs determinats, altament centralitzats i jerarquitzats i amb un estricte control de les seves creacions a través de les llicències, patents, marques i altres eines jurídiques.
 

Aquesta obra és lliure i està sotmesa a les condicions d’una llicència Creative Commons. Aquest article es pot redistribuir, copiar, reutilitzar i mesclar, sempre i quan se n’esmenti l’autor i no es faci amb finalitats comercials. Es pot trobar una còpia completa de la llicència a Creative Commons.

Agraïments: Quico Llach, Jordi Graells, Francesc Dorca, i Xènia Alonso

No Comments

Sorry, the comment form is closed at this time.