HomoWatt

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© Ruca

 

Muchos de los objetos de nuestra vida cotidiana requieren alimentación energética. Nuestro móvil, nuestra radio, nuestra PDA, etc. Nuestra dependencia de las pilas es cara, económica y ambientalmente.

 

Diversos desarrollos permiten pensar en sistemas de autosuficiencia energética personal (self-energy). Así, por ejemplo, pude adquirir hace poco una radio de cuerda, que adquiere una autonomía de una hora con sólo dar vueltas a una manivela (una dinamo manual), y una linterna para el automóvil que se carga con sólo sacudirla (un núcleo metálico oscila dentro de una bobina, generando corriente: ¡gracias Faraday!). También hablamos en su día de los teléfonos de cuerda de FreePlay (http://www.freeplayenergy.com//).Todo gracias a un remarcable invento del inglés Trevor Baylis, de principios de los 90 (http://windupradio.com/trevor.htm).

 

¿Para cuando un PC portátil de cuerda?

 

También he tenido ocasión de ver en el Stanford Research Institute, en San Francisco, una demostración por el científico Roy Kornbluh (http://www.sri.com/about/people/kornbluh.html) de un prototipo de músculo artificial que puede servir para cargar otros aparatos de pequeño consumo (ver Scientific American, Octubre 2003). Se trata de una especie de polímero que cambia de forma de acuerdo con el paso de corriente eléctrica: se expande y contrae como un músculo. Puesto en el tacón de un zapato es capaz de generar corriente conforme caminas, la suficiente para alimentar un teléfono móvil o, quizás, un GPS.

 

Más aún: alguien (Wired 07.04, p168) propone que los gimnasios del mundo estén conectados a la red eléctrica, de manera que el esfuerzo de los humanos no se evapore sólo en sudor. De hecho, el aliciente de poderte convertir en el ?mayor generador? del mes (el que más Watts ha generado) puede resultar interesante (incluso económico: te lo podrían descontar de su recibo mensual).

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