Holonomía (del libro Futuro Presente)

Holonomía (del libro Futuro Presente)


© Ruca

En un mundo en el que proliferan las redes, el futuro pasa por conectarlas entre sí. ¿Acaso no es Internet, históricamente, la primera gran red de redes (inter-net), y en esa transversalidad es justamente donde reside su grandeza? La ciencia de las redes nos muestra un futuro combinatorio, caleidoscópico: diferentes ideas (como en las formas de un calidoscopio), procedentes de diferentes campos, se combinan para dar una idea totalmente nueva, resultado de la fusión de las primeras. Más aún, podemos aventurar que lo importante no son las redes en sí, fenómenos aislados y generalmente especializados, sino la nueva riqueza que se genera de la conexión entre áreas aparentemente diferentes. Y saber combinar las redes es una nueva virtud que estará muy buscada. Una holonomía es precisamente eso, una red de redes.

Justamente algo así proclama Edward Wilson en su simplemente fascinante libro Consilience: the unity of knowledge, un prodigio de sabiduría elegantemente transmitida en forma escrita por este sabio verdadero, profesor de biología en Harvard, y con dos premios Pulitzer por sendos libros de divulgación científica. A sus 70 años, Wilson hace una profunda reflexión sobre lo que hoy sabemos, y llega a la conclusión de que el futuro del conocimiento pasa por la convergencia de las disciplinas, en eso que el llama "consilience", la unión del conocimiento.

Son otros muchos, desde el campo de la ciencia y del humanismo, que proponen una superación del reduccionismo científico, al que hay que reconocer que debemos tanto (reducir la realidad a pequeños trozos que podamos analizar con tremendo detalle), para seguir avanzando en nuestra comprensión del mundo: hoy es precisa una visión conectada de las cosas, una vista de helicóptero además de un mapa detallado del terreno. Pero el verdadero reto no es la mera conexión, sino la interpretación de las conexiones, de las relaciones entre las ideas generadas en campos aparentemente distantes. ¿Será pronto la interpretación de holonomías una nueva disciplina científica?

El término holonomía procede de las matemáticas (concretamente del fascinante campo de la "teoría de categorías", en donde se encuentran vínculos entre estructuras matemáticas muy diferentes, construidas en “campos” distintos, a menudo distantes, de la ciencia matemática: es el dominio de los fascinantes conceptos de las categorías y los funtores). Pero el término fue "rescatado" para las ciencias sociales por Arthur Koestler, y dada a conocer a los interesados en la emergente "ciencia de redes" por Lipnack y Stamps en su libro The Age of the Network: organizing principles for the 21st century1.

Nos interesan en especial las redes de personas, o, mejor, las redes de redes de personas, o sea, la conexión entre las redes, por lo general espontáneas, que cada persona construye a lo largo de su vida personal y profesional. Son las redes sociales2.

Enlaces relacionados:

1 Debra Amidon utiliza así el término para describir su “red de redes de innovadores” Entovation: "A holon is a whole, but is also a part of something bigger. Thus, a team is a whole in-and-of-itself; yet it is simultaneously a part of a larger organisation or network. Enterprises are complete entities, but operate within industries and geographies of the world. In terms of innovation, knowledge is created within the individual and ideally applied within the context of the organization and ultimately to society-as-a-whole."

2 Una interesante aplicación, en clave política, del mapeo de redes de redes (holonomías) de personas es el trabajo del norteamericano Mark Lombardi, cuyas obras son diagramas políticos en los que dibujaba oscuras (que él aclaraba) tramas de personas ligadas a escándalos financieros y políticos (muy reveladora, por ejemplo, su obra sobre las conexiones de los Bush con la familia saudí Laden).

Este artículo forma parte de las 100 ideas del libro Futuro Presente

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