Fundació Aplicació, las TIC en un ámbito local

Fundació Aplicació, las TIC en un ámbito local


  Espacio patrocinado por el Ajuntament de Manresa

Por Toñi Herrero

Creada el año 2000, la Fundació Aplicació surgió en la pequeña localidad barcelonesa de Callús por iniciativa de un grupo de personas vinculadas al Ayuntamiento, entre ellas el entonces alcalde, Ramon Fons, y un grupo de maestros de la escuela. La organización nació con la voluntad de investigar, aplicar y difundir las nuevas tecnologías adaptándolas a los ámbitos que afectan la población, y de proporcionar una oportunidad de futuro a esta localidad, en aquellos momentos con una economía a la baja e indicios de abandono. Así, se apostó por aprovechar al máximo las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para aplicarlas a este pequeño pequeño pueblo y hacer que fueran replicables y aprovechables en otros municipios.

Debido a la proximidad con la asociación internacional de maestros iEARN, el uso de las TIC en proyectos telemáticos educativos es una de las principales áreas de trabajo de la fundación. Y uno de los máximos exponentes es El meu lloc: Atles de la diversitat, un proyecto que se puso en marcha hace dos años con el objetivo de fomentar el conocimiento cultural de otras zonas del mundo y de promover el uso de las nuevas tecnologías en las escuelas de una manera interactiva. A partir del trabajo conjunto de los alumnos, se busca motivar la introducción de las TIC en las aulas y la creación de redes geográficas y humanas que fortalezcan la cooperación, el intercambio y el aprendizaje mutuo.
Según explica Mònica Valverde, coordinadora del proyecto, «otra de las finalidades era poner en contacto niños de diferentes lugares del mundo, que compartieran una información y lo construyeran entre todos». La iniciativa se nutre de la colaboración de los alumnos procedentes de escuelas de España, Portugal y América del Sur. Para participar, las escuelas se apuntan y reciben un nombre de usuario y una contraseña por acceder al sistema; los profesores también reciben formación en TIC mediante una tutorización online. Los grupos que participan deciden explicar cómo es el lugar dónde viven y la propuesta de trabajo es la creación de un retrato en castellano, catalán o portugués.

Tipología de retratos

«Una imagen, un sonido o un texto sobre una receta, un hecho histórico o un problema medioambiental… todo esto puede formar parte del retrato del lugar dónde vivimos.» señala Valverde. Para unificar la estructura de estas creaciones se desarrollaron unas plantillas dónde los niños volcaron sus relatos, fotografías, archivos de vídeo y voz, en definitiva, sus retratos, la creación de los cuales está precedida por un trabajo de investigación, más o menos complejo, según la edad, por poder obtener información sobre el tema escogido.

Para realizar los retratos, los alumnos pueden escoger entre 26 temáticas diferentes: cocina, artesanía, canciones populares, fauna, fiestas tradicionales, flora, juegos… Además de colgar el retrato, también deben buscar los trabajos que hayan preparado otros alumnos sobre la misma temática y compararlos. En estos dos años han participado 45.000 niños, de más de 1.700 escuelas, y ya hay 3.500 retratos colgados en Internet. A raíz de este proyecto se han ido desarrollando otros como Radi Atles, un programa que se emite cada 15 días a través de Internet. En este espacio, conducido por un periodista y una pedagoga, se tratan temas sobre los diferentes países de los niños que participan y se proponen actividades como adivinanzas/concursos porque los alumnos interaccionen con los materiales creados entre todos.

Subvenciones

«Si queríamos que fuera un atlas de la diversidad debían tener acceso todos los posibles participantes», destaca Valverde. Por esto, se han enviado ordenadores y se ha pagado la conexión a Internet a las escuelas participantes que no tenían. Además, a través de la UNESCO, se consiguió una subvención por ampliar el proyecto a niños que no acuden a la escuela o no lo hacen con regularidad. El Atlas de la Diversidad es un proyecto cofinanciado por la Unión Europea dentro del proyecto @LIS (Alianza para la Sociedad de la Información) y creado por un consorcio de 10 organizaciones no gubernamentales y entidades sin ánimo de lucro con la Fundació Aplicació como institución coordinadora y administradora. Según comenta Valverde, tras los dos años, se han superado sobradamente los objetivos del proyecto. Y ahora se acaba la subvención. «Esto significa que no habrá tanta gente por supervisar y mantener los retratos que antes de ser colgados, son revisados por comprobar que cumplen unos requisitos mínimos. Por el momento, hay presupuesto por mantener la plataforma unos siete u ocho meses más».

Memoria viva

En Argentina y en Callús surgieron dos grupos de gente mayor que querían participar elaborando retratos. «A partir de aquí se pensó que valía la pena aprovechar  a estas personas que tenían ganas de recopilar información de las cosas que ellos conocían y hacer un proyecto específico que se ha denominado Memoria Viva.» Como hilo conductor se ha escogido el río Cardener y las colonias textiles que se instalaron en su curso, conmemorando así los 150 años de estos núcleos en Catalunya. En el último año, se ha sido llevando a cabo en Callús y a otras poblaciones como Cardona, Súria, Palà, Valls y Sant Joan de Vilatorrada.

Gente mayor de estos municipios está recogiendo fotografías, vídeos y cualquier material sobre el día a día en las colonias, información que se digitalizará y se colgará a Internet. «Estos colectivos, además de recoger su experiencia vital, aprenden a usar las nuevas tecnologías», añade la coordinadora. En total son unos 40 participantes, a los cuales se los ha hecho un curso formativo sobre tecnología por enseñarlos desde cómo usar uno el ratón hasta el funcionamiento del procesador de texto, además de darles unos conocimientos mínimos de tratamiento de imágenes. Y este año se ha hecho un curso específico de edición de vídeo digital.

Territorios digitales

La Fundació Aplicació también está realizando un proyecto de sensorización y telemetría, dentro de Territorios Digitales, proyecto más amplio a escala nacional, financiado por el Ministerio de Industria y la Secretaría de Telecomunicaciones de la Generalitat. Se está creando un programa que, mediante un ordenador, puede poner en marcha de forma remota unos sensores y, a través de la medida de parámetros físicos, realizar determinadas acciones. Estos sensores miden valores como la humedad, la oscuridad, la claridad o el ruido y, en función de ellos, activan o no determinadas funciones. «En concreto se están trabajando los temas de encendido lumínico y riego públicos, pero puede servir para otros aspectos, puesto que la gran ventaja de este programa es que variando el sensor puesto en el lugar a medir se podrá hacer cualquier función».

Mediante estos sistemas se consigue, por ejemplo, un ahorro de los recursos de luz y agua y también de personal y coste. Una de sus aplicaciones iniciales ha sido vincularlo a un programa de reservas de pistas deportivas, de forma que la iluminación va en función de si la pista está o no reservada.

Como parte del proyecto, la Fundació Aplicació también ha desarrollado Sistema de Información Geográfica muy sencillo, que se encuentra en la web del Ayuntamiento de Callús. La finalidad es que la gente del pueblo lo utilice por comunicar incidencias. Huelga decir que todo el pueblo tiene cobertura wireless. Así, se puede entrar sobre el plano, escribir que en una determinada calle hay un banco roto, por ejemplo, e inmediatamente se recibe un mensaje del Ayuntamiento confirmando la recepción del aviso. Después, el consistorio hace llegar también la respuesta y queda registrado un seguimiento de la gestión. «Esto permite un contacto muy directo con el Ayuntamiento y una gran transparencia pública», concluye Valverde.

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