Dedicarse a UNA cosa

Dedicarse a UNA cosa


© Ruca

 

 

En una época en la que la inflación de contenidos es la regla, en donde la oferta supera a la demanda, en la que lo normal es ir bajo presión, en la que NO te puedes dedicar a una misma cosa más que unos pocos minutos sin ser interrumpido (el working interruptus es lo normal), ser el dueño de tu tiempo es el verdadero lujo.

 

Y uno empieza a intuir que los que se pueden dedicar a una sola cosa, a la concentración para la excelencia, a hacer de su actividad específica un arte, son los realmente listos.

 

Una simple muestra de que estamos yendo por un camino equivocado es el tiempo que hoy debes dedicar a contestar correo electrónico, por lo general diverso y disperso. Algunos profesionales me han confesado que han llegado a invertir hasta la mitad de su día de trabajo a responder correos, la mayoría intrascendentes, variopintos e informacionalmente irresponsables (el tiempo de la gente, siendo una variable escasa, debería ser más respetado).

 

Me decía justamente hoy, en este sentido, Gerry McGovern (uno de nuestros grandes infonomistas), que además del spam que recibimos de aprovechados (delincuentes) de la red, las propias organizaciones están convirtiéndose en generadoras de spam. Billones de mensajes se mueven entre los ordenadores de los profesionales en las empresas, con información insustancial, con billones de gigas en documentos adjuntos.

 

 

La maldición del exceso: quiero menos y mejor?

 

La sensación de desorientación que todo ello genera va a crear, en mi opinión, una crisis (humana) de considerables proporciones: estaremos hundidos en la paradoja de que en la época en la que, aparentemente, disponemos de más información, y podríamos ser más independientes, en realidad estamos más desamparados en la incertidumbre (ver la ?ley de las 3 ?i?s).

 

Consecuencia: la rebelión! Buscaremos volver a la humanidad de sentirse concentrado en algo que dominas. En algo que te da sentido y te permite, al mismo tiempo, vivir con alegría el regalo de los sentidos.

 

En el futuro querremos volver a sentirnos dueños de nuestro tiempo. Y estará muy buscado el ?saber de algo? concreto, o mejor, el ?ser algo? concreto, como, con gran precisión, diría nuestro inteligente amigo Sergio Vásquez.

 

Basta de hacer ?muchas cosas? mal, y bienvenido el hacer ?algo muy bien?. Y, además, sintiéndolo como un arte.

No Comments

Sorry, the comment form is closed at this time.