Decálogo por el talento

Decálogo por el talento

 

Los pasados días 11 y 12 de Febrero de 2009, declarado Año Europeo de la Creatividad y la Innovación, se celebró en Pamplona Ágora Talentia , I Foro Mundial del Talento en la Era del Conocimiento, evento organizado por el Gobierno de Navarra, ANAIN, Agencia Navarra de Innovación y FND, Fundación Navarra para la Diversificación.

La denominación Ágora incide en el rasgo diferencial del evento respecto a congresos científicos, ferias empresariales o eventos temáticos. En efecto, el objetivo principal era la creación de un espacio colectivo multidisciplinar para la reflexión sobre el Talento como principal factor de desarrollo colectivo en la nueva Sociedad del Conocimiento. Un espacio en el que se encontraron administración, universidad y empresa, la Triple Hélice de la innovación, y en el que participaron más de 350 expertos internacionales de diversos perfiles y procedencia. Reconocidos líderes mundiales, como Richard Florida (The Rise of The Creative Class) o Sir Ken Robinson (The Element), escenificaron de forma brillante el foco de la cuestión: el Talento es el recurso más precioso para el individuo y más decisivo para el futuro de la Humanidad.

Como conclusión, es preciso promover iniciativas para su protección y apoyo, especialmente como estrategia de desarrollo del ámbito local. Con el objetivo de dotar de trascendencia y continuidad a este impulso inicial se cerró Ágora Talentia con la elaboración de la Declaración Internacional de Navarra sobre el Talento, documento constituyente y declarativo de una nueva visión colectiva, cooperativa y comprometida con el Talento, presentada por el comisario del Ágora, Enrique de Mulder (La crisis y el talento, ABC 10/11/08) y disponible en la web.

En este escenario se presentó como Modelo de Excelencia en la Gestión del Talento el proyecto de Fundación Promete , organización sin ánimo de lucro dedicada desde 2003 al apoyo de jóvenes con talento. La presentación aportó, como una propuesta para la búsqueda de consenso, este Decálogo por el Talento, conjunto de principios sobre los que ha construido hasta ahora su misión fundacional y que son los siguientes:

1. OBJETO (¿Qué es?): El talento es una capacidad potencial desarrollada. Las capacidades innatas son sólo un potencial, una propensión o posibilidad de expresión de ciertas aptitudes en función de los contextos y, por tanto, incognoscibles en último extremo en estado puro al estar condicionadas por dicho contexto desde la misma gestación. La base genética de las capacidades implica que su presencia en la población se corresponde por efecto estadístico a modelos regulares de distribución, independientes de factores socioeconómicos o culturales. El talento es la evidencia observable del desarrollo de una capacidad, logrado a través de la educación, como contexto de estímulos maximizadores, y el ejercicio de la voluntad del individuo, mediante el trabajo personal. El talento es, por tanto, producto de tres variables: capacidad, contexto y voluntad. El desarrollo máximo del talento implica que cuanto mayor sea la capacidad, más rico, intenso y profundo debe ser el contexto y mayor la voluntad aplicada.

2. TRASCENDENCIA COLECTIVA (¿Qué significa para todos?): El talento es el motor del mundo. Los grandes avances científicos, técnicos, humanísticos y sociales de la Historia de la Humanidad son fruto del trabajo de individuos con talento. Unos pocos son grandes genios creativos, pero su obra requiere de otro tipo de talento, de base mucho más amplia, que la reconozca, aplique y difunda. Si hay talento, hay futuro.

3. TRASCENDENCIA INDIVIDUAL (¿Qué significa para cada uno?): El talento da sentido a nuestra vida. Los individuos exploran el posible desarrollo de sus capacidades en busca de la realización de sus mejores posibles talentos a través de todas las etapas de su vida, en un continuo de experiencias, a través de la familia, la escuela y el trabajo. La autorrealización se posibilita por el encuentro del individuo con el contexto idóneo en el que sus capacidades se despliegan y expresan en forma de talento observable y de forma eficiente respecto a la energía aplicada. Debemos crear contextos educativos ricos, profundos y posibilitadores de experiencias explorativas de encuentro del individuo con su medio idóneo.

4. UNIVERSALIDAD (¿Quién lo posee?): Las diferencias de talento son de grado. TODOS tenemos algún tipo de talento susceptible de ser desarrollado en algún grado. Las diferencias de talento entre los individuos son sólo de grado, cuantitativas, y nunca cualitativas, y por tanto no pueden servir para establecer diferencias en sus derechos y deberes como ciudadanos.

5. DERECHO (¿A qué tenemos derecho?): A la igualdad de oportunidades para el desarrollo pleno de las capacidades potenciales del individuo (LOE). La administración educativa debe garantizar los recursos y condiciones necesarias para la aplicación práctica de este derecho, flexibilizando sus criterios de ordenación académica y facilitando en lo posible la individualización del aprendizaje y la adaptación a las necesidades educativas de cada individuo o colectivo. Se minimizará así el condicionamiento de oportunidades del individuo, marcado por el entorno de origen geográfico, clase social o nivel cultural de los padres, que hasta ahora la escuela no ha sabido neutralizar suficientemente. Precisamente, es la maximización del desarrollo de sus capacidades potenciales a través de su voluntad, lo que otorga al individuo una oportunidad de sobreponerse a la adversidad de un entorno de origen desfavorable.

6. DEBER (¿Qué debemos hacer?): El desarrollo del talento es tarea de todos. La educación, y por tanto, el desarrollo del talento, es tarea de todos, por lo que todos los agentes sociales deberían cooperar conjuntamente mediante proyectos coordinados y convergentes: administración pública, empresas, organizaciones, familias y ciudadanos.

7. OBJETIVO (¿Qué conseguiremos?): Elevar el nivel educativo y de bienestar general. La mejora de la atención a la diversidad por alta capacidad, debido a los importantes retos que plantea, elevará el nivel del sistema educativo general. El alumno con altas capacidades es por sí mismo más exigente en cuanto a la cantidad y calidad de las experiencias educativas que se le ofrecen. Requiere unos estímulos e itinerarios altamente individualizados, forzando la todavía reducida flexibilidad del sistema y, en cierta forma, obligando a la comunidad educativa a innovar. Esta competencia para la diversidad será útil para la correcta atención de otros colectivos y la construcción para todos de una escuela verdaderamente adaptativa.

8. METODOLOGÍA (¿Cómo lo lograremos?): Identificación, Intervención e Integración. La administración pública, junto con la sociedad civil, debería implantar programas regulares de: – Identificación temprana, sistemática y universal del talento. – Intervención educativa especializada adaptada a las necesidades de cada colectivo. – Integración y reintegración del talento en origen.

9. INSTRUMENTOS (¿Cómo cambiaremos?): El talento necesita nuevas tecnologías y metodologías. La renovación del paradigma educativo actual debería realizarse sobre las innovaciones y ventajas potenciales de las nuevas tecnologías, aceleradoras y aumentadoras de la capacidad humana de aprendizaje, así como de las nuevas metodologías didácticas y organizacionales procedentes de las ciencias humanas y empresariales que optimicen respectivamente la eficacia didáctica y la eficiencia económica del sistema educativo.

10. FACILITADORES (¿Qué y quién nos ayudará?): Impulso del mecenazgo civil. El Estado debe construir el escenario fiscal y de fomento necesario para impulsar el mecenazgo privado para el desarrollo del talento, la I+D+i y el emprendimiento. La sociedad civil debería cooperar mediante el altruismo y la solidaridad como mecanismos de redistribución de riqueza e igualdad de oportunidades.

En Fundación Promete somos conscientes de lo inusual que puede resultar que desde la esfera privada empresarial se pretenda intervenir en el sistema educativo. A pesar de esto, consideramos que es nuestra obligación defender lo que consideramos principio originario de nuestro proyecto, el ejercicio de la Responsabilidad Social Corporativa en el desarrollo del talento. Precisamente en lo diferenciado e innovador de esta propuesta radica en gran parte su potencial transformador y enriquecedor, dado que la diversidad social es la fuente de la creatividad y la riqueza (R. Florida).

En Fundación Promete nos gustaría compartir con la comunidad educativa algunos de los recursos de que disponemos y que son inherentes a nuestros valores como empresarios: creatividad, innovación, autosostenibilidad económica o visión sistémica, entre otros. Mejorar el estado actual de las cosas implica siempre un esfuerzo para afrontar colectivamente la complejidad del cambio. Para hacerlo de forma abierta a los agentes implicados Fundación Promete creará de forma inmediata un Consejo Científico y un Consejo Social como órganos colectivos que faciliten la necesaria mixtura de enfoques y el suficiente conocimiento mutuo que nos permita desarrollar en conjunto esta importante tarea de cambio cultural. Finalmente, instamos a todos a la defensa y el impulso colectivo por el desarrollo del Talento, respetándolo cual auténtico Patrimonio de la Humanidad, y protegiéndolo de la habitual instrumentación propia de las dinámicas política y laboral, que tan fácilmente pueden arrasarlo mediante la tergiversación de los términos. Aquí hemos procurado aclararlos. Si usted disiente de lo aquí expresado o desea realizar cualquier sugerencia de mejora de este Decálogo por el Talento puede hacerlo en info@promete.org. Si está de acuerdo con la Declaración Internacional de Navarra puede adherirse a ella en www.agoratalentia.es y comprometerse a llevarla a la práctica en su entorno, algunos ya lo hemos hecho. Porque, recuerde, el Talento es tarea de todos.

Artículo relacionado: Si no reaccionamos, se nos escapa el talento , por Cristina Díez.

Fundación Promete

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