18 Ene Decálogo para que las ciudades crezcan de forma inteligente
No sabemos cuál será la fisonomía de las ciudades en 2050, qué forma tendrán los edificios o qué materiales usaremos, pero si examinamos algunos de los 150 consejos de Andres Duany, Jeff Speck y Mike Lydon, recogidos en el libro The Smart Growth Manual, podremos hacernos una idea de los rasgos que definirán a las ciudades inteligentes del futuro.
A través de una selección de diez ejemplos aplicados en Estados Unidos, la revista Fast Company muestra diez ciudades que aplican criterios de sostenibilidad, pragmatismo y funcionalidad para convertirse en metrópolis inteligentes. Cada una adopta unas pautas concretas en base a su orografía, a sus necesidades urbanísticas o a su tejido social, pero todas coinciden en que se adaptan a sus habitantes.
En primer lugar, ciudades como Portland (Oregon) y Nueva York apuestan por diseñar sus vías en función de los múltiples sistemas de transporte existentes. Así, las calles de Portland permiten una circulación fluida entre tranvías, autobuses y bicicletas y la ciudad de los rascacielos ha registrado un incremento del 35% de ciclistas entre 2007 y 2008 gracias a su plan de reestructuración de las vías públicas para adaptarse a los peatones y a los ciclistas. Además, el cierre de calles cerca de Madison Square Park y de Times Square también es una medida de gran utilidad para los neoyorquinos ya que les provee de áreas verdes y de nuevos espacios de uso público. En San Francisco también han rediseñado las vías de la ciudad para aumentar la calidad de vida de sus habitantes. De esta forma, en vez de reconstruir las infraestructuras destruidas por el terremoto de 1989, que causaban muchas molestias a los vecinos, se ha optado por una reconstrucción inteligente, es decir, por otro tipo de vías que siguen siendo funcionales y que evitan incomodidades a los ciudadanos, tal como hizo la Make it Right Foundation en Nueva Orleans tras el paso del huracán Katrina.
Otras ciudades como Florida y New Town (Missouri) diseñan sus vías no tanto en base a las distintas opciones de transporte sino centrándose en los usos que harán de ellas los residentes locales y en sus necesidades. Así, el paseo Seaside de Florida, diseñado y construido en 1979, fue una de las zonas más exitosas donde se aplicó el Nuevo Urbanismo, pues permite a ciudadanos y visitantes llegar hasta la playa aprovechando la orografía y riqueza natural del emplazamiento y es uno de los elementos más característicos de Florida. Por su parte, New Town (St. Charles, Missouri) también aplica algunos de los principios básicos del Nuevo Urbanismo, como la accesibilidad y la conectividad, situando tiendas y otros establecimientos en distintos lugares de la ciudad, de forma que sus habitantes puedan abastecerse y socializarse mientras pasean.
Milwaukee (Wisconsin) es un ejemplo de ciudad que busca aportar un valor añadido a los residentes a partir del diseño y la ubicación de los edificios que la componen. El impresionante Milwaukee Art Museum, obra de Santiago Calatrava, está emplazado en el punto donde se cruzan una vía principal y el lago Michigan para que los ciudadanos puedan gozar de la magnífica vista y muestra el compromiso de Milwaukee con el arte y la cultura.
Otro tipo de núcleos urbanos optan por incluir zonas verdes para fomentar la sostenibilidad y fusionar el mundo urbano con el rural. Por ello, tratan de prolongar los espacios verdes, como los parques o los caminos, integrándolos en el tejido urbano y creando la sensación de continuum.
En otras ocasiones, las urbes incorporan jardines urbanos en su skyline para reducir el calentamiento de la ciudad y minimizar el impacto de la luz, como es el caso del ayuntamiento de Chicago. Las plantas y los distintos elementos que cubren el tejado del edificio reducen el calor producido, evitan la fuga de agua cuando llueve y disminuyen el consumo de aire acondicionado en verano. Además, el jardín constituye un agradable área de descanso para los trabajadores del edificio.
La comunidad de Gaithersburg (Maryland) también opta por los jardines interiores al más puro estilo holandés y por cerrar de estos recintos; así, se refuerza la seguridad del vecindario y se crean espacios verdes de uso común que oxigenan la zona.
En el nuevo High Point Washington (Seattle) también apuestan por la fórmula de los espacios verdes intercomunitarios reservando áreas para cultivar huertos urbanos. Éstos no sólo permiten abastecer a la comunidad con productos naturales sino que refuerzan los lazos sociales y permiten que los residentes adquieran experiencia en el sector de la agricultura de cara a futuras oportunidades laborales.
Finalmente, una última tendencia de crecimiento inteligente de las ciudades pasa por combinar la funcionalidad con la estética, como ocurre en el aparcamiento WindMark Beach en Port St. Joe (Florida). Este espacio ha sustituido la clásica gran extensión de cemento por un aparcamiento que se fusiona con el entorno. Integrando árboles que filtran el agua de la lluvia e usando gravilla permeable, el aparcamiento adopta la estética de un parque y ofrece nuevas soluciones para romper con la monotonía del asfalto gris.
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