10 May Bages Cargol. El caracol también exige ser global, por Fernando L. Mompó
Proyecto patrocinado por el Ajuntament de Manresa
No sólo la industria o la tecnología pueden ser globales. Fonollosa es el centro de operaciones de Bages Cargol y Estany. Desde esta población del Bages, estas empresas importan los caracoles y setas de lugares como Suramérica o China para elaborar los productos que posteriormente se servirán en las exigentes mesas francesas o italianas.
Bages Cargol y Estany son dos empresas pertenecientes al mismo grupo de propiedad familiar. Ambas se dedican a la comercialización de producto tanto fresco como elaborado a partir de la utilización como materia prima de caracoles y de varios tipos de setas respectivamente.
Para muchos, es inevitable asociar estos dos productos a la imagen de un recolector eventual que pertrechado de cesto y bastón dedica unas horas libres, más por ocio que por negocio, a buscar estos tipos de alimentos para su propio consumo. Por eso sorprende saber que desde sus 1000 metros cuadrados de instalaciones en Fonollosa (Bages), la familia Estany explota concesiones forestales en varias zonas de Francia para la recolección de setas, gestiona una planta de elaboración en Rumania adquirida hace un par de años, importa caracoles de varios países suramericanos y setas de los Balcanes o de China, y exporta sus productos elaborados a países de gran tradición y exigencia culinaria como son Francia e Italia.
Paté de caracol
Estany comenzó el negocio de la comercialización de setas hace ya 30 años. La dedicación a los caracoles, más reciente, comenzó en 1992. Desde entonces, el afán constante de innovación que caracteriza a la empresa ha dado sus frutos en forma de la creación y lanzamiento al mercado de nuevos productos.
Bages Cargol, por ejemplo, ha creado y comercializado el primer paté de caracol, un producto que rápidamente se ha hecho con un mercado de consumidores que han apreciado positivamente la novedad, especialmente en Francia, país consumidor y conocedor por excelencia de este tipo de producto. Además, la empresa se ha introducido también en el sector de los platos preparados congelados para su rápida elaboración en horno o microondas, ofreciendo alternativas a las consabidas pizzas y lasañas con delicias culinarias como los canelones de setas, caracoles con pies de cerdo o caracoles con salsa.
La preparación de productos elaborados de una y otra materia prima ha sido fruto tanto de una evolución del mercado como de la dificultad de depender de la estacionalidad de estos alimentos. En el caso de los caracoles, por ejemplo, el crecimiento constante año tras año de su consumo en España contrasta con la disminución paulatina de la compra de producto fresco en los mercados. La razón reside en el crecimiento de la demanda de un producto ya elaborado por parte de un consumidor que sigue apreciando estos alimentos pero que no dispone del tiempo o de la habilidad y conocimiento necesarios para su preparación.
Empresa global
Para solventar el problema de la estacionalidad Estany y Bages Cargol no han dudado en aprovechar las ventajas de un mundo cada vez más globalizado para buscar sus productos en cualquier lugar del globo en el que en un determinado momento se producen las condiciones climáticas necesarias. Así, durante el invierno europeo, Bages Cargol importa caracoles de países situados en hemisferio sur tales como Chile, Perú, Uruguay o Argentina. Esta importación supuso tal novedad hace ahora apenas siete años que la importación de este alimento no estaba ni homologada por la Comunidad Europea y la empresa debió de realizar las gestiones oportunas para que ésta se autorizara por primera vez.
Lo mismo ocurre con las diferentes variedades de setas que Estany importa de lugares como los Balcanes, Turquía, Túnez o incluso China. Comprar a un precio económico resulta fundamental para poder comercializar un producto al que después se le han de añadir los costes de elaboración y transporte. Por ello resulta importante que se pueda buscar la materia prima allí donde las condiciones climáticas lo han hecho más abundante y por tanto más económico.
Investigación sobre la cría de caracoles
Bages Cargol ha sido pionero también en la provisión de caracoles criados en granjas con una alimentación controlada. La empresa Cal Jep, pionera a su vez en España en la práctica de la helicicultura (cría de caracoles), vende la práctica totalidad de su producción a Bages Cargol desde 1999. Situada en Castellfollit del Boix, también en la comarca del Bages, Cal Jep es un proyecto innovador que además de comercializar su producción actúa como un centro de investigación con el apoyo tanto de la administración estatal como de la Generalitat catalana.
Cal Jep nació con la vocación de convertirse en un referente sobre la viabilidad de las explotaciones industriales de la cría del caracol y de ofrecer los servicios técnicos y de orientación necesarios para desarrollar el sector. La empresa cuenta con modernas instalaciones acondicionadas como sala de maternidad, donde se desarrolla la función reproductora de los caracoles, o sala de incubación, donde permanecen los huevos hasta la eclosión de los alevines. Estos alevines serán posteriormente criados en otras empresas a las que Cal Jep los vende junto con el pienso para posteriormente comprar su producción de caracoles adultos.
Estas otras empresas asociadas se benefician también del asesoramiento y los resultados de las investigaciones llevadas a cabo en Cal Jep, que como centro investigador realiza además estudios sobre la optimización de las infraestructuras de producción, la genética de los caracoles, su velocidad de crecimiento y su calidad.
No quedarse parado
Para los responsables de Bages Cargol el secreto del crecimiento consiste en no quedarse nunca parado, no tener suficiente con la situación presente. Además de aumentar su gama de productos y de buscar nuevas fuentes de aprovisionamiento, la empresa es activa también en la búsqueda de nuevos mercados. Por eso Bages Cargol estará presente en el stand del Ministerio de Agricultura y Pesca de la próxima Feria Internacional de la Agricultura de Paris, una de las más importantes del mundo.
Allí esperan poder atender personalmente a varios criaderos de caracoles del norte de Francia y de Bélgica, contactados a través de Internet, y que se han mostrado interesados en sus productos. Estas granjas son lugares de visita gastronómica muy habituales en el país vecino, donde los visitantes al mismo tiempo que degustan el producto fresco criado allí mismo, pueden adquirir también producto elaborado.
Los responsables de Bages Cargol constatan el creciente consumo de caracoles en España. Aunque todavía parece demasiado lejana la cifra francesa de 30 millones de kilos anuales, el optimismo no les hace descartar que pueda seguirse el mismo camino. De momento, y por lo que pueda venir, Bages Cargol planea ampliar próximamente sus instalaciones con la construcción de una nave con capacidad para almacenar 200 toneladas de caracoles congelados.
Fernando L. Mompó
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