Ke!701 Micropagos por contenido, ya! El web a 0.9 euros

Ke!701 Micropagos por contenido, ya! El web a 0.9 euros

una historia por 25 céntimos… te interesa?

 Una revolución está a las puertas. Viene otro Web. El definitivo. En este artículo hablamos de él.

(Tiempo estimado de lectura: 6 minutos)

Hace unos meses dediqué tres mensajes a las distintas alternativas que se me ocurrían sobre cómo pagar por contenidos en la Red ( http://www.instituteofnext.com/extranet/index.asp?idm=1&idrev=1&num=612, http://www.instituteofnext.com/extranet/index.asp?idm=1&idrev=1&num=613, y http://www.instituteofnext.com/extranet/index.asp?idm=1&idrev=1&num=614). Una de ellas era la que me parecía más obvia: una forma simple de pagar conforme ibas viendo los contenidos. Un símil exacto de las “monedas” físicas. Paso por un sitio, veo un contenido que me parece que puede ser interesante, saco unas monedas del bolsillo, lo compro, y lo leo.

Este tema de los micropagos es recurrente. Se ha hablado de ello desde el principio de los tiempos (de Internet). Es cierto que muchas empresas se han quedado por el camino, pero otras han tenido un extraordinario éxito.

Es el caso de PayPal ( http://www.paypal.com), el sistema de pago útil y simple a través del correo electrónico (en España disfrutamos de un sistema parecido, el ePagado de Bankinter, en http://www.epagado.com). PayPal debe su éxito a haber “parasitado” en el momento adecuado espacios realmente singulares como eBay.

También hay casos de éxito “insospechado”, como el que ha tenido Apple en su tienda de canciones digitales (a 99 centavos), itunes ( http://www.apple.com/itunes/).

Finalmente, en nuestro país se mueven centenares de millones (de euros) en pagos mediante móvil (piénsese sólo en el éxito de los microconcursos en OT, o en la compra de tonos o logos para el teléfono), un poco como lo que ocurre en Japón con el éxito de los centenares de servicios para iMode ( http://www.nttdocomo.com/).

Estas han sido, en mi opinión, meras anécdotas de lo que viene. Porque necesitamos, a gritos, un sistema simple, fiable y seguro, de pago por contenidos en la Red. Esto supondría dar un modelo económico viable a miles (¿millones?) de personas. Esto sería el verdadero inicio de una economía de la información.

Y estamos de suerte, porque en los últimos meses están apareciendo nuevos sistemas de pago de contenidos que vendrán a superar los tres problemas principales con el que se encuentran los navegantes:

1) tomar la decisión de pagar una suscripción “a futuro” (caso de Infonomia.com),

2) limitarse sólo a ver contenidos gratuitos (y verse sometido, en la mayoría de casos, a una inundación de publicidad), o

3) dedicarse a la piratería de contenidos (paga uno y miran muchos, o, incluso, ni siquiera hay uno que paga).

De algunos de estos nuevos medios de micropago trata el artículo “The Web’s new currency”, en el Technology Review, de diciembre 2003, p30 (de pago, para ser coherentes, en http://www.techreview.com/articles/huang1203.asp).

El artículo deja muy claro que el problema de los micropagos no es el “qué” sino el “cómo”. O sea, el problema no es ya que la gente esté dispuesta o no a pagar por contenidos, que parece que lo está (así parecen indicarlo las últimas encuestas; las amenazas de denuncia a particulares por parte de la industria discográfica parece que están teniendo efecto véase el artículo del NewYorkTimes, que requiere suscripción, en http://www.nytimes.com/auth/login?URI=http://www.nytimes.com/2004/01/05/technology/05neco.html), sino que el problema es encontrar una forma sencilla de hacer el micropago.

Otro problema está en la comisión que hay que pagar a los bancos, o a los emisores de tarjetas de crédito, por cada operación. Una comisión que, en el caso de los micropagos, puede absorber totalmente cualquier posibilidad de ganancia para el comerciante.

Pues bien, un pequeño número de empresas en el mundo han encontrado la forma de resolver este segundo problema. En lugar de procesar cada microtransacción, y pagar por ella una comisión al banco o a VISA, por ejemplo, se procesan las transacciones en paquetes, en bloques. O sea, se pasa de una operación en tiempo real a una operación en batch. Bienvenido sea el pasado, para un mejor futuro…

El ejemplo que se explica en el artículo citado es el de PepperCoin ( http://www.peppercoin.com). Una empresa cofundada por uno de los también cofundadores del sistema de clave pública de RSA, Ron Rivest ( http://www.instituteofnext.com/grandes/grandes.asp?id=14670).

¿Cómo funciona? Bueno, en la página de PepperCoin se explica con detalle ( http://www.peppercoin.com/Corporate/CompanyOverview.ppp), pero haré aquí un resumen.

Imaginemos una tienda digital que atiende a sus clientes:

1) una persona se da de alta en PepperCoin
2) este cliente decide adquirir un contenido digital que ha visto en la tienda
3) para pagar por él, envía una “moneda” Peppercoin a la tienda, que ésta acepta (obviamente, si la tienda ha llegado previamente a un acuerdo con PepperCoin)
4) en cada transacción se genera un número cifrado que contiene información sobre el historial de compras realizado por el cliente en las diferentes (todas) las tiendas en las que ha comprado con moneda PepperCoin (desde la “última factura” que PepperCoin le ha cobrado, se entiende)
5) la tienda registra, obviamente, todas las transacciones realizadas con cada uno de sus clientes
6) de cada cien ventas realizadas por la tienda con moneda PepperCoin, la tienda envía una al ordenador de PepperCoin
7) esta transacción contiene información sobre todas las compras realizadas por el cliente en todas las “tiendas PepperCoin” que utiliza
8) PepperCoin paga a la tienda 100 veces el valor facial de la transacción que la tienda le ha enviado
9) PepperCoin cobra al cliente, mediante un cargo a su tarjeta de crédito, por todas las compras que ha realizado en todas las tiendas en las que ha usado sus monedas PepperCoin
10) el emisor de la tarjeta de crédito sólo cobra, pues, una comisión… en lugar de cien

La idea es simplemente brillante: superar el “problema” de las comisiones mediante la estadística y la encriptación (detrás de lo dicho hay mucho software y muchas matemáticas de alto nivel, para darle la seguridad que el usuario y el comerciante requieren). 

La duda que nos queda es si PepperCoin, u otros como BitPass ( http://www.bitpass.com), PayStone ( http://www.paystone.com, donde hay también una buena demo, en http://www.paystone.com/demos/demo.php?PHPSESSID=1ddc6e0e5b7d23b910ee4f949fc5168c), o Firstgate ( http://www.firstgate.com) en Europa, serán capaces de hacer muy fácil de entender y de usar el sistema, así como de convencer a las tiendas de usar el sistema.

El problema es pues, de distribución, a los usuarios y a los comerciantes.

Pero, más aún, lo emocionante de este campo es que debemos aprender nuevas formas de hacer atractivos, para poder venderlos, los contenidos digitales.

Uno puede entender de qué hablo visitando la página de Bitpass en la que se vende por 25 centavos un cómic de Scott McCloud. Se deja ver gratis una parte de la historia, lo suficiente para que te entren ganas de comprarlo y acabarlo de disfrutar.

http://www.scottmccloud.com/comics/trn/intro.html

quieres ver más???
http://www.scottmccloud.com/comics/trn/intro.html

Se trata, creo, de una revolución parecida a la que hizo la televisión cuando superó su complejo de “radio con imágenes”. Hay que encontrar un modelo propio de “atracción de navegantes”, más allá de la escollera de “abuso textual” en la que estamos encallados… Hay que repensar muchas cosas…

La gente está dispuesta a pagar, la gente está dispuesta a vender de nuevas formas… sólo nos falta que este nuevo mecanismo de micropagos sea muy, muy, muy fácil de usar…

Algunos ejemplos de tiendas que ya están usando estos sistemas:

http://www.musicrebellion.com
http://www.celebrityrants.com
o véase:
http://www.peppercoin.com/General/Shop.ppp

Una duda final: si todo esto funciona, ¿no entraremos en una lucha si cuartel por conseguir que la gente compre tus contenidos, a través del uso de “titulares” atractivos, que nos lleven a una compra impulsiva, sin que eso garantice que detrás haya nada realmente útil? (o sea, ¿no entraremos en una “red basura”, como ya ha ocurrido en la “tele basura”, en la que sólo importa atraer a los ojos de los espectadores, con lo más raro y trivial?).

En fin, empezamos un año que será realmente “divertido”…

Alfons Cornella
Infonomia.com

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