03 Oct Artemide: Ingeniería, diseño y otras disciplinas en colaboración
«Si quieres crecer, necesitas innovar, y si quieres innovar, necesitas experimentar», afirma el presidente de Artemide Ernesto Girmondi que, con casi ochenta años, todavía dirige el área de diseño de la empresa.
Gismondi -ingeniero aeronáutico- creó esta empresa lider en diseño e iluminación en 1959, junto con el arquitecto Sergio Mazza. Su labor constante de investigación y colaboración con empresas de ingeniería les llevó a convertir Artemide en un referente de la innovación a nivel global.
«La pequeña diferencia entre Artemide y el resto de empresas es que nosotros no sólo diseñamos lámparas duraderas a partir de probar diferentes materiales. Nosotros estamos abiertos al ser humano, es decir, estamos siempre investigando sobre las posibilidades de vivir mejor gracias a la luz. Ponemos el bienestar de las personas en el centro de todos nuestros proyectos, intentando detectar necesidades insatisfechas en relación con la luz y la iluminación».
La línea de productos My White Light, una serie de lámparas de techo y de pie de gran belleza, es una muestra de la filosofía de investigación, desarrollo e innovación de Artemide. El sistema de diseño empezó con una simple pregunta: ¿cuál es exactamente la conexión entre las diferentes condiciones de luz y el estado de ánimo de la gente? De esa pregunta se desprendieron otras incógnitas de la investigación: si existe tal conexión, ¿podemos concebir y manufacturar un sistema de iluminación basado en varias intensidades y temperaturas de luz blanca de color para influenciar el estado de ánimo de la gente?, ¿qué tecnología necesitaríamos para que eso funcionase? En ese punto, Artemide emprendió un estudio de investigación multidisciplinar con diseñadores, psicólogos, antropólogos e ingenieros dirigidos por la arquitecta Carlota de Bevilacqua y el psicólogo Paolo Inghilleri de la Universidad de Milán. «No fue difícil descubrir que existía tal conexión, pero el verdadero reto fue medir esas relaciones y encontrar un algoritmo para producir el tipo de luz blanca que se adaptase a nuestros estados de ánimo respectivos, y hacer de ello un producto fácil de usar», señala Ernesto Gismondi.
La estrategia de innovación de esta empresa lombarda se basa en una búsqueda constante de nuevos diseños de iluminación, y se impulsa por medio de la observación y la identificación de las necesidades emergentes del usuario, y con la mejora del rendimiento tecnológico de sus productos. Las fuentes de luz, la óptica y la electrónica son áreas de conocimiento estratégicas para dar con productos de última tecnología. El departamento interno de ingeniería es un pilar fundamental de todas esas operaciones.
Otro proyecto innovador fue el fruto de la colaboración entre Artemide, Sharp Solar y el gurú galés del diseño Ross Lovegrove. Juntos llevaron a cabo el diseño, la ingeniería y la manufactura del prototipo de una farola autónoma llamada Solar Tree que funcionaba con energía solar. El primer ejemplar de esta bella lámpara futurista y sostenible en forma de árbol se mostró en Viena en octubre de 2007, e inmediatamente atrajo las miradas de la comunidad mundial del diseño urbano sostenible.
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