Ke!954 Math for Biz

Ke!954 Math for Biz

Soy consciente de que el mero título de este artículo lo hace poco sexy.

Porque las matemáticas han sido un tormento para muchos escolares, siempre. Pero tengo la convicción de que, si ahora mismo me viniera a ver un joven, en la encrucijada de decidir qué estudiar para tener un buen futuro, sin ninguna duda le aconsejaría que estudiara matemáticas, y más concretamente, matemáticas aplicadas. Porque creo que sin modelos, sin modelizaciones, sin algoritmos, será muy difícil convertir una realidad tremendamente compleja, que es a la que vamos, en nuevo valor.

Las mentes capaces de modelizar valdrán mucho, en un mundo donde todo estará entrelazado, y que sin las armas de la lógica, y la matemática en general, no podrá ser descifrado.

Algunos ejemplos de la prensa económica reciente ilustran de qué estoy hablando.

Distintos científicos en el mundo están intentando “replicar vida” en los ordenadores. Más exactamente, están intentando replicar virus u organismos unicelulares, para ver cómo se comportan. ¿Qué diferencia tiene observar un organismo virtualizado frente a hacerlo con uno real? Pues la diferencia fundamental es la posibilidad de acelerar el tiempo. Un organismo virtualizado puede evolucionar igual que uno real, pero el análisis de su evolución puede ser más detallado gracias a este tipo de simulaciones en las que el tiempo es manipulable. En este campo de la “vida artificial”, se propone incluso el equivalente al test de Turing: la idea es conseguir una simulación de un organismo que sea tan buena que un ojo experto no pueda discernir, en las imágenes “de microcopio”, si se trata de un organismo real o de uno virtual. Detrás de este tipo de proyectos, hay ordenadores, obviamente, pero hay, más crítico, muchas modelizaciones y algoritmos.

Más en http://www.economist.com/science/displaystory.cfm?story_id=9468793

Otro ejemplo interesante es el de las analogías (isomorfismos?) que emergen de ámbitos aparentemente alejados. Por ejemplo, el de unos investigadores que han demostrado la similitud entre la curva que surge de analizar la distribución de patrones de cómo se mueve la gente con depresión clínica severa, y la curva que ilustra la actividad de las células nerviosas aisladas en un disco de Petri. O sea, hay una analogía, al menos desde el punto de vista de las matemáticas, entre “mentes aisladas”, como las de personas con depresión clínica severa, y “células aisladas”, sin estímulos eléctricos que las unan a las demás (algo que la teoría de redes, por otra parte, ya explica: que en todo conjunto de entes en el que hay intercambios, se genera una distribución à la Pareto, o sea, en ley de potencia).

Más en http://www.economist.com/science/displaystory.cfm?story_id=9861412

Un tercer ejemplo lo encontramos en los microrobots, para los que se piensa un futuro de decisión autónoma. Por ejemplo, hay distintos proyectos en el mundo que tienen por objetivo producir microaviones que naveguen sin ser pilotados. Cuyos sensores vayan escudriñando el entorno, y decidan “de acuerdo con lo que ven”. Un buen ejemplo de estos proyectos lo encontramos en el laboratorio Onera francés, con su microrobot Remanta (http://www.onera.fr/dprs/remanta-drone-ailes-battantes/index.php). El vídeo es muy ilustrativo. En este campo de investigación, de base matemática, hay una segunda palabra clave además de “autonomía” decisional; es la palabra, costes, porque este tipo de robots ejecutan tareas a un coste muy inferior a sus homólogos convencionales.

Más en http://www.economist.com/displaystory.cfm?story_id=10059596

Un cuarto ejemplo, lo encontramos en proyectos que quieren analizar el comportamiento de la gente a la hora de cuidar de sus “personajes virtuales”, para estudiar cómo se comportan en el mundo real frente a riesgos de contagio. Más exactamente, se “introduce” la propagación de una plaga en un videojuego, de manera que sus jugadores online puedan quedar “infectados” (se ha hecho, por ejemplo, con uno de los más conocidos, el World of Warcraft). Cómo se comporta la gente (cuidando de sus personajes virtuales) en estos espacios virtuales, parece ser que es extremadamente similar a cómo lo hace la gente normal cuando la infección les afecta a ellos realmente. En otras palabras, lo que pasa en lo virtual permite estudiar lo que no debería ocurrir en la realidad. Así, de forma inesperada, el mundo de los videojuegos se convierte en un aliado potencialmente poderoso de la epidemiología. Un híbrido de videojuegos y medicina.

Más en http://www.economist.com/science/displaystory.cfm?story_id=9682597

Y un último ejemplo, aunque no directamente ligado a las matemáticas. O quizás si. En biología ha causado impacto, desde hace unos cuatro años, el sistema de clasificación de especies basado en la identificación de un pedazo del ADN. La idea es que este pedazo se convierte en una especie de código de barras de la biología (el sistema se llama justamente DNA barcoding). Pues bien, gracias a este sistema, se está procediendo a reclasificar las especies vivas conocidas, con un nivel de precisión que ya hubiera querido Lineo. Pero lo más interesante es la rapidez con la que se puede realizar esta codificación. Cientos de muestras codificadas en una hora.

Más en http://www.economist.com/science/displaystory.cfm?story_id=9828729

Y, finalmente, sorprende, desde lo positivo del cruce de iniciativas, que en la universidad flotante que es el Scholar Ship (un crucero en el que vive una universidad durante todo un curso académico, recorriendo el mundo; http://www.thescholarship.com), y del que hablé en su día en infonomía como ejemplo de híbrido de campos muy distantes (cruceros y universidades), viaje una bióloga que va a utilizar el viaje alrededor del Globo como una especie de nuevo Beagle (de Darwin) para codificar miles de especies, justamente a través del instrumento que es el DNA barcoding…

El cruce de las ciencias, y en especial de las matemáticas, con los negocios, produce mayor comprensión de la realidad, a través del estudio de las analogías, así como una mayor aceleración en la creación de valor.

Mensaje 954. Serie iniciada en 1995

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