Ke!914 Hibridación de actores y sensores

Ke!914 Hibridación de actores y sensores

Hace unos años me interesé mucho por la gestión del conocimiento. Era algo obvio, puesto que el proyecto Infonomía se creó, en un principio, para mostrar que había gran potencial económico en el uso inteligente de la información en las organizaciones. Si economía es la “gestión de los bienes (escasos)” (etimológicamente: oikos – nomos), la “infonomía” es la “gestión de la información” (info – nomos). Hoy no soy (ni somos) expertos en un tema que ya se ha desarrollado mucho. Pero hoy me propongo hacer una pequeña reflexión sobre innovación en gestión del conocimiento.

Y es que vemos aquí, una vez más, un ejemplo de “hibridación” de conceptos para hcer surgir un concepto nuevo.

Las primeras ideas sobre gestión del conocimiento, allá por los 80, se construyeron sobre la tecnología de bases de datos. No es extraño que se utilizara el término “gestión” para describir la disciplina en sí, así como otros términos, del tipo “captura” de conocimiento, o “cosecha”, etc, que mostraban el punto de partida conceptual: “retener”, “almacenar”, “evitar que se fuera” el conocimiento residente en una organización, ya sea en forma de “documentos” (conocimiento explícito) o de “expertos” (conocimiento tácito).

En esta fase, se pedía a las personas de una organización que fueran disciplinadas y entraran sus conocimientos en un “repositorio” (almacén); o que cada vez que generaban un documento, añadieran una serie de términos que permitieran su localización posterior. En definitiva, se pedía a la gente que tuviera un comportamiento activo a la hora de organizar el conocimiento. Sin ese comportamiento activo, sin la gente como “actores”, era difícil que el conocimiento pudiera ser organizado, pensábamos.

Años más tarde, empezamos a ver un planteamiento radicalmente diferente. Se nos proponía el uso de “sensores” (en lugar de “actores”), que detectaban automáticamente lo que sabíamos, a partir del análisis de nuestra producción personal de información. La idea es que una “máquina” leía nuestros documentos, nuestras presentaciones, nuestros correos electrónicos, con el fin de “detectar” de qué cosas sabíamos. Y lo hacía sin que nosotros tuviéramos que hacer nada. Era la propuesta de empresas como Tacit (http://www.tacit.com).

Hoy vemos una línea de desarrollo parecida en el emergente campo de la detección de emociones (o análisis del habla). Se trata de softwares que son capaces de reconocer el estado de ánimo de una persona cuando habla por teléfono, a través de la detección del uso de determinadas palabras y expresiones, y del volumen y de la entonación de voz que usa. O sea, sistemas que detectan, sin que tu tengas que decirlo, el ánimo de tu conocimiento en un determinado momento. Empresas como Utopy (http://www.utopy.com) o Convergys (http://www.convergys.com), o Verint Systems (http://www.verint.com), están trabajando en este tema.

Pues bien, entre estos extremos de actores (participación activa de la gente) y de sensores (participación pasiva), emerge ahora toda una nueva posibilidad, en la que se funde el poder de los motores de búsqueda y la capacidad de los humanos para determinar qué información es relevante en una determinada situación. El “etiquetado” de información, o sea, el que la gente ponga “sobre” una determinada información una “nota” con lo que piensa sobre ella (diciendo de qué cree que va, o, mejor, que le ha parecido), usa elementos de los “actores” (se precisa una cierta participación de la gente), así como de los “sensores” (la forma de participación puede ser muy rápida, casi invisible al usuario). Algo en lo que empresas como Yahoo están trabajando (y que nos contarán en nuestro próximo número de la revista “if…”)

Hoy vemos, por ejemplo, como puedes “etiquetar” un restaurante a través de un programa de localización en un teléfono móvil (vía GPS), de tal manera que tus amigos encuentren qué recomendarías cuando ellos visiten los lugares en los que tú ya has estado. Vemos aquí los ejemplos de SociaLight (http://www.socialight.com), y de Wikiloc (http://www.wikiloc.com). Pero mañana podría ser mucho más fácil; quizás simplemente guiñando un ojo podríamos marcar algo que hayamos visto, y con la voz podríamos almacenar un comentario sobre la forma en que los hemos vivido.

De la hibridación, de la búsqueda de lo mejor de cada lado, en ese dipolo que va de la gestión de conocimiento basada en actores o en sensores, ha de venir una revolución en la forma en la que “marcamos” y “localizamos” el conocimiento que generamos cada día.

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