Ke!858 Infoxicación

Ke!858 Infoxicación

En 1996 definí un neologismo que ha tenido cierto éxito: infoxicación. La palabra surgía para definir una situación de intoxicación informacional, en la que se tiene más información de la que se puede procesar y, como consecuencia, surge la ansiedad (o information fatigue syndrome1). En inglés el término es information overload (sobrecarga informacional). La infoxicación es ya un problema de nuestra sociedad y, por tanto, también una gran fuente de oportunidades. Cuando definí el término, Google no existía2 y el spam era solamente una predicción de algún visionario al que nadie hizo caso.

El ancho de banda, en términos genéricos de cantidad de información que se recibe por unidad de tiempo, no para de crecer. Los estímulos que recibimos en forma de email, audio, vídeo, teléfono, mensajería instantánea, etc., crecen descontroladamente. Es cada vez más barato enviar un bit a cualquier lugar. Pero la variable humana informacionalmente crítica, que es la atención, es justamente la opuesta al ancho de banda: la cantidad de tiempo que podemos dedicar a cada input es cada vez menor, porque debemos repartir la cantidad finita de tiempo del que disponemos entre cada vez más elementos de información. Nuestra atención es el recurso más escaso3.

Hay que diseñar instrumentos para reducir el ruido informacional que recibimos y para aumentar la productividad del tiempo de atención de que disponemos. De hecho, ya tenemos herramientas para hacerlo, pero no las usamos debidamente. Por ejemplo, uno puede usar los lectores de feed para recibir automáticamente lo que se va publicando en las páginas que nos interesan, sin necesidad de acudir a ellas, en una evolución de gran calado desde los mass media (medios de masa) a los my media (mis medios).

El punto más crítico está en comunicar más eficientemente, sintetizando el mensaje, presentándolo de forma atractiva, combinando textos e imágenes y cualquier otro formato que le aporte riqueza y facilite su comprensión4. En explicar historias5 más que en dar datos. En sintonizar lo que se quiere comunicar con el momento de atención del receptor; o sea, en saber encontrar cuándo éste está en el mejor estado de ánimo para poder digerir la información que se le da.

Presentar la información en una dieta informacional que sea útil y emocionante. Porque la información que llega sin criterio o sin pasión, es ruido. Y el ruido molesta.

1 Término acuñado en 1996 por el psicólogo británico David Lewis, a quien debemos la interesante sentencia: “Knowledge is power, but information is not. It’s like the detritus that a gold-panner needs to sift through in order to find the nuggets”.

2 Aún no podemos imaginar lo que ocurrirá cuando Google acabe el proyecto GooglePrint de digitalización de millones de libros procedentes de las mayores bibliotecas del mundo.

3 Ver IdeaFuerza Moneda social.

4 El negocio de la comprensión es uno de los más prometedores en el futuro, de acuerdo con el pionero en la descripción de la ansiedad informacional, Saul Wurman, autor en 1986 del best-seller Information Anxiety.

5 Ver IdeaFuerza Explicar historias para cambiar las ideas.

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