14 Abr Ke!845 Tubería solar
A uno le sorprende lo poco que se habla de nuestro problema con la energía. Porque la energía es nuestro problema principal en el futuro presente. Hay guerras en el mundo por el control de las fuentes de energía (y me atrevo a pronosticar que en los próximos diez años habrá un par de guerras más, una de ellas con la intervención de potencias de Asia). Nos estamos cargando el planeta (científicamente está claro que los océanos no pueden absorber ya más CO2, por lo que el efecto invernadero está servido), y la expansión de las nuevas fuentes alternativas va más lenta de lo que sería deseable.
Entre estas alternativas destacan la eólica y las solares (una, la de concentración térmica para calentar agua que mueva turbinas y, dos, la de conversión directa de luz en energía eléctrica en placas solares), aunque también se habla mucho de las nucleares de nueva generación (centrales de pellets)1.
Yo me atrevo a decir que la conversión de luz solar en energía en placas solares de novísima generación posibilitará un cambio drástico en nuestra forma de usar energía. Véase el ejemplo de la empresa Konarka2 con su propuesta de placas solares flexibles de plástico conductor, barato, ligero, flexible y versátil. Se acabó el enchufe, se acabaron las pilas.
Pero la verdadera revolución está en la independencia energética de los individuos3. O sea, en que cada uno se procure la energía que quiera consumir, instalando en su casa o empresa los mecanismos adecuados para esa autosuficiencia (molinos de viento, techos con placas solares, sistema de minibiomasa, etc.). Que a través de diversas tecnologías, uno satisfaga sus propias necesidades y que, consecuente con el coste de su propio consumo, sea más consciente de la necesidad de ahorrar.
Esta independencia energética de los individuos puede impulsar una nueva industria energética de proporciones colosales. Un simple ejemplo: ¿por qué no instalar en casa un sistema de tuberías solares que redireccione la luz solar hacia todos los rincones a los que normalmente ésta no llegaría? Véase lo que proponen en Solatube4. Pura lógica y naturalidad. Porque la luz solar tiene, además de un contenido energético material, una gran cantidad de energía emocional: tener acceso a la luz auténtica tendrá un elevado precio. Más aún, ¿podemos pensar entonces que los vecinos que tengan más acceso a la luz solar directa vendan sus rayos de luz a las viviendas más oscuras? ¿Qué nuevos mercados emergerán de ello?
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