Ke!839 Explicar historias para cambiar las ideas

Ke!839 Explicar historias para cambiar las ideas

En la actualidad, la clave para no perderse en la trivialidad reside en hacer una lectura diferente de lo presente. Entre todos los documentos y artículos que uno debería leer, es crítico saber destacar aquellos pequeños islotes en los que la mente puede atracar. Se trata, normalmente, de historias con sentido, explicadas de formas diferentes, con una poderosa misión comunicativa, documentos que movilizan la mente hacia nuevas direcciones, y que cambian las conversaciones. Ideas con impacto, como proclama la Harvard Business Review.

Un buen ejemplo lo brindaba la edición de agosto de 2003 de esta revista. Con el título de HelicopteringUp, se proponía una visión dual del mundo actual, realizada por dos mentes brillantes: las magníficas fotografías aéreas de Yann Arthus-Bertrand1 comentadas en clave económica por Charles Handy2. En una de las fotos de Arthus-Bertrand se veían centenares de personas lavando ropa, sobre grandes neumáticos rellenos de arena, en un río de Adjamé, un barrio cercano a Abidjan, en Costa de Marfil. La interpretación de Handy sobre esta foto era iluminadora: “amigos de Occidente, estáis viendo vuestro propio futuro”, venía a decir. Piénsese en la imparable exportación de la fabricación de Occidente hacia otros países, que será pronto seguida, apuesta Handy, por los servicios de información y otro tipo de tareas más sofisticadas. El único tipo de trabajo que no será exportable será, según Handy, el de los servicios personales como el que hacen esos centenares de personas en Costa de Marfil, ganándose la vida lavando la ropa de otros, en especial, de los que tienen más dinero y viven en la capital.

Este brillante e imaginativo artículo mostraba cómo hay que cambiar el estilo y el formato en el que explicamos las cosas, para hacer el mensaje más atractivo. Y cómo la imagen va a tener un papel muy importante en esta transformación de las maneras de explicar historias. Porque la información ha muerto. Sólo nos seducen las historias. Quien las cuenta bien, nos arrolla. Quien sólo nos da la información no puede esperar ni limosna. Para ello, disponemos de todo un arsenal de nuevo instrumental: los blogs, los videoblogs (vlogs), las síntesis visuales3, o el podcasting. Incluso algunos apuestan por utilizar el olor como forma de explicar sensaciones (sensory branding)4. Hay que explicar historias para atraer la atención, el único recurso verdaderamente escaso de nuestra economía actual. Hay que hablarle al corazón para que nuestra mente atienda. MacLuhan tenía, claro está, la razón.

1 Ver www.yannarthusbertrand.com.

2 Uno de los únicos pensadores del momento que crea ideas nuevas, y no se dedica sólo a regurgitar ideas de los demás, como yo mismo.

3 Ver los fantásticos ejemplos de visualización de información de Xplain (www.xplane.com), The Visual Thinking Company, o de AlphaChimp (www.alphachimp.com), You talk, we draw. The pictures tell the story.

4 Sony y Samsung ya lo han probado en algunas de sus tiendas. Han definido el olor que convierte el entorno en uno estimulante para el disfrute de la tecnología: The smell of technology.

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