Ke!831 Estratélites

Ke!831 Estratélites

No somos conscientes de lo trascendental que ha sido para nuestra economía moderna que la idea de Arthur C. Clarke1 de poner objetos en órbita para servir de repetidores de señales de comunicación, se convirtiera en lo que conocemos como satélites, fundamentales en un mundo en que la información debe moverse con instantaneidad y en el que, como sentenció Paul Virilio, ya no hay “aquí” (la distancia ha muerto), sino que sólo hay “ahora” (el tiempo es la variable crítica, y la instantaneidad reina en nuestras vidas). Por eso, se pueden esperar muchas novedades sobre las nuevas generaciones de satélites: más capacidad, más prestaciones, y más baratas. Llegará el momento en que el movimiento de información a escala planetaria no costará prácticamente nada, y en el que tener un minisatélite estará al alcance de cualquier corporación mediana.

Una de las ideas en esta dirección la proponen empresas que beben de tecnologías aéreas ya existentes pero no suficientemente utilizadas. La empresa Sanswire Networks2 propone utilizar globos aerostáticos o zeppelines como satélites a baja altura, que se sitúan en la estratosfera (a unos 20 km de altura), y que se estabilizan frente a los leves vientos gracias a motores alimentados por energía solar (el “techo” del globo está constituido íntegramente por células solares). Del hecho de que estén en la estratosfera se deriva que a estos satélites se les llame estratélites3.

Se trata de una propuesta que liga diversas tecnologías en un cóctel muy atractivo. Aparte de la tecnología aerospacial de base (zeppelines de nueva generación, aprovechando las potencialidades no explotadas de esta tecnología aérea), el sistema podría utilizar los nuevos sistemas de células solares elaborados a partir de plásticos conductores, flexibles y de poco peso, y utilizar la superficie del estratélite como repetidor de señales con las nuevas tecnologías de comunicación de gran ancho de banda como WiMax (acrónimo de Worldwide Interoperability for Microwave Access), que permite un ancho de banda de hasta 70 Mbits/s y un alcance de 50 km. Esta tecnología puede venir a sustituir o superar pronto a otras tecnologías inalámbricas. Se sugiere, por ejemplo, que un sólo estratélite podría dar servicio a un área de más de 800.000 kilómetros cuadrados (más que la superficie de España). El sistema se probó con éxito en el verano de 20044.

Cuando estas tecnologías estén literalmente “en el aire”, se producirá una nueva caída de los costes, y esperemos que de los precios, de las telecomunicaciones. Y puede producirse una nueva explosión de la comunicación, nuevas formas y formatos de televisión, canales de emisión producidos por individuos, etc. Y lo curioso es que todo se deberá a la hibridación5 conseguida al cabo del tiempo entre un invento mal comprendido del siglo XX (el dirigible del conde alemán Ferdinand Graf von Zeppelin) y una brillante idea del siglo XXI (el WiMax).

1 Ver www.clarkefoundation.org.

2 Ver www.sanswire.com.

3 La Unión Europea financia un proyecto parecido, con el nombre de Capanina (www.capanina.com).

4 Ver www.spacedaily.com/news/ uav-04zm.html.

5 Ver Ideafuerza Híbrido.

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