Ke!829 Gold-collar worker

Ke!829 Gold-collar worker

Durante años nos hemos empeñado en distinguir los trabajadores de “cuello blanco” (white collar) de los de “cuello azul” (blue collar). Los primeros trabajan sentados todo el día, manejando símbolos y ordenando datos, normalmente con instrumentos y sistemas de información. Los segundos trabajan de pie, usando sus manos para manejar materia y máquinas. Obviamente, ésta es una descripción quizás maniquea y simplista, pero creo que útil para destacar las diferencias entre ambos colectivos. No hay trabajador “puro blanco” o “puro azul”, pero tendemos a identificarnos con uno de los dos colores durante nuestras actividades principales. De hecho, la transición de las economías desde un modelo industrial hacia uno de servicios podría medirse por el número de personas que están en uno u otro colectivo. En Occidente, por ejemplo, las estadísticas no paran de mostrar el declive del trabajador de cuello azul (“de mono”, diríamos aquí), por el traslado imparable hacia las fábricas de Asia (China al frente). Y pronto podremos empezar a notar incluso el descenso del número de trabajadores de cuello blanco por la migración de sus puestos también hacia las oficinas de Asia (India al frente).

Pero, como siempre, es posible que esta visión dipolar (dos extremos muy separados) sea excesivamente simplista. Hay quien ha propuesto el término trabajador de “cuello rosa”1, para describir la versión femenina de los de cuello azul, o sea, mujeres que trabajan en líneas de montaje de productos electrónicos o en centros de entrada masiva de datos. Pero la propuesta más innovadora y útil es la del concepto de trabajador de “cuello dorado” (gold-collar worker)2, un profesional que conoce profundamente una materia (es un trabajador del conocimiento del ámbito en cuestión), y que, simultáneamente, sabe usar sus manos para convertir esos conocimientos en sistemas reales que funcionen (es un trabajador manual, habilidoso, que convierte sus ideas en prototipos). Es un profesional, que conoce (knowledge worker = white collar) las posibilidades de la tecnología, y que sabe cómo incorporarla con sus propias manos (hand worker = blue collar).

Es un técnico “dual”, cuyas aportaciones pueden ser vitales en el reto futuro de modernizar nuestras organizaciones, en especial para innovar dando resultados (para convertir ideas en resultados, know-how en cash-flow), a través de la rápida conversión de ideas en prototipos. Son profesionales que saben imaginar, que saben hacer las simulaciones adecuadas, y que, vía prototipos, establecen una comunicación efectiva con la fábrica, esté donde esté. Estos profesionales estarán buscadísimos en los próximos años.

1 Lo propuso Louise Kapp en su libro Pink Collar Workers (1977).

2 Al parecer, el término fue inventado por Robert Kelley, de la universidad Carnegie Mellon, que escribió un libro con este título. Más en: www.ericdigests.org/2003-2/gold.html.

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