Ke!795 Anti-PPT

Ke!795 Anti-PPT

No es necesario acudir a un gran número de conferencias para darse cuenta tanto de los límites del PowerPoint como de la fuerza del método socrático (la mayéutica). En lugar de inundar al interlocutor con datos, ideas, y transparencias cuanto más densas mejor es mejor ayudarle a descubrir lo que ya sabe, o lo que su mente está preparando, a través del planteamiento de buenas preguntas, de retos cognitivos. Hay que ayudar a la gente a que se de cuenta de lo que su cerebro ya está razonando.

Obviamente, esto no es lo que se lleva ahora. Hoy se lleva la doctrina, el aturdimiento por los datos, el empaquetamiento de ideologías en eslóganes, el fast-tought. En definitiva, el PowerPoint.1

Pero justamente porque es cada día más difícil captar (y retener) la atención de un público sólo mediante transparencias, los buenos ponentes vuelven a la palabra como gran vehículo, sin necesidad de apoyarse en la “anestesia PPT”. Más aún, he visto como en algunas de las mejores conferencias del mundo se prohíbe expresamente el PPT y se apuesta por crear debate, por discutir con espíritu crítico. Y por volver a la magia de construir el mensaje en tiempo real, mientras hablas. Como en los tiempos de la pizarra.

Por eso estoy redescubriendo la tiza (o mejor, poniéndonos al día, el rotulador) para construir colectivamente nuestras ideas en grupos de trabajo. A partir de una buena pregunta (por ejemplo, “¿cuál ha sido la transformación más significativa en vuestro sector en los últimos cinco años?”) empezamos a trabajar, desvelando todos nuestros pensamientos y experiencias. Porque el PPT no facilita suficientemente el trabajo colectivo, sino que tiende a la imposición del que expone. Pero para que una reunión colectiva sea realmente útil, es fundamental que alguien haga de “catalizador”, que organice las ideas, las ordene visualmente en la pizarra y facilite llegar a una conclusión colectiva: un facilitador que disponga de las herramientas adecuadas para extraer el valor del grupo.2

El futuro está reclamando una alternativa al reinado PUSH del PowerPoint (“yo te proyecto lo que yo creo que debes ver”) en forma de un nuevo sistema PULL (“entre todos construimos una discusión, ya sea en forma presencial o remota”). Hay que aprender a construir juntos, a partir de la sintonía de nuestros cerebros. Lo demás, la proyección individual resultado del PPT, es cosa de un pasado de jerarquías en el intelecto.

Y hoy podemos hacerlo porque por primera vez disponemos de sistemas para extraer energía del conocimiento colectivo. Sólo nos falta aprender a usarlas…

1 Y lo dice alguien como yo, que lleva centenares de presentaciones “enlatadas” a donde quiera que vaya.

2 Son de mucha utilidad los sistemas de “pizarra interactiva” o “colectiva”, como Mimio (www.mimio.com) o eBeam (www.e-beam.com), entre otros, en los que un sensor va capturando todo lo que vamos poniendo en la pizarra con el rotulador, lo va guardando en forma de imagen en el ordenador, para después poder organizar las ideas en un “dibujo” final, consensuado por el grupo.

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