PoE: power over Ethernet

PoE: power over Ethernet

¿Por qué tener que disponer de dos tipos de cableado para hacer funcionar un aparato en red? O sea, ¿por qué tener que poner un cable de red para la transmisión de datos y un cable eléctrico para la alimentación eléctrica? Esta pregunta aparentemente baladí está generando un debate prometedor y poniendo los cimientos de una industria con interesantes posibilidades en el futuro, la que genéricamente recibe el nombre de PoE (power over Ethernet), o también inline power.

¿Cuáles son las ventajas de este planteamiento? Primero, en algunas ocasiones es más fácil hacer llegar un cable de red a un determinado punto de un edificio que hacer llegar un cable eléctrico. Piénsese en el caso de las cámaras de videovigilancia instaladas en la calle o en un edificio, o en el de un teléfono IP. E, incluso en el caso de que se puedan poner los dos cables, el coste que representa se duplica. Un solo cable ahorra costes y mantenimiento. Más aún, aparece la posibilidad de instalar fácilmente aparatos que requieran suministro eléctrico en cualquier punto al que llegue la red. O sea, “un aparato, un solo cable”. Red distribuida de forma ubicua, como la eléctrica. Bits y electrones moviéndose por el mismo conducto. Facilidad de instalación, versatilidad, etc.

Otra ventaja reside en el hecho de que sólo se suministra energía eléctrica a los aparatos que lo precisan cuando lo precisan, porque pueden ser gestionados como nodos de la red, y accionados en on/off a voluntad. O sea, se puede gestionar el suministro eléctrico aparato por aparato desde el mismo punto desde el que se gestiona centralizadamente la red. O sea, se puede realizar una gestión inteligente de la alimentación eléctrica de los instrumentos en la red. Por ejemplo, se puede establecer un mecanismo por el que, en caso de un posible fallo cualquiera en el suministro eléctrico, se prevea qué aparatos pueden desconectarse y cuáles no, en lugar de desconectar toda la red como un todo.

La idea del PoE sólo es el principio de una transformación importante, que hoy no podemos más que intuir. Vamos a una red de billones de nodos (toda persona, máquina e instrumento, incluso todo papel, vía las etiquetas de radiofrecuencia RFID, por ejemplo, será un nodo), y para que tal red sea versátil será preciso simplificar la forma en que los “alimentamos”, tanto sea de datos (bits) como de energía (vatios). Hoy lo hacemos a través de un cable físico, aunque, en el futuro, quizás lo hagamos a través del aire, quizás por microondas. Los bits ya lo hacen, de forma inalámbrica. Ahora sólo falta que los electrones les sigan.

No Comments

Sorry, the comment form is closed at this time.