29 Sep Hibridación en los deportes de acción: El Kitesurf
Por Nacho Villoch
www.twitter.com/capitancook
www.riesgobajocontrol.com
Introducción
Todos nos hemos maravillado este verano deslizarse sobre las olas colgados de sus cometas multicolores en forma de medialuna, despegar y evolucionar en el aire para aterrizar y continuar navegando. Ups! ¿navegando? ¿volando? ¿planeando? ¿surfeando? Es posible que haga falta un nuevo verbo. ¡¡Disfrutando del Kyte surf!! El surf con cometa de tracción!
Un nuevo –relativamente- deporte que continúa creciendo a un ritmo vertiginoso cada temporada y que ha desplazado de las playas de todo al mundo a su progenitor, el windsurf. No sólo los practicantes que llegan del windsurf –aquellos aparejos con mástil y botavara- abrazan las nuevas sensaciones mucho más radicales y “aéreas”, gracias a la ligereza de los equipos, sino que las escuelas se han especializado en esta disciplina y ya son muchos principiantes los que se inician directamente en el “Kiyte”.
Como ya ha pasado con otros deportes de acción, como el snowboard, el parapente, el wakeboard, o el propio windsurf en sus orígenes, el surfing con cometa es el resultado de un proceso de hibridación, de la fusión del ADN de otros dos deportes –su técnica, su cultura, sus equipos…- para dar como resultado un ADN –un código genético deportivo- nuevo, diferente del de sus ancestros, y que como ocurre con la aplicación de las leyes de Mendel en ganadería y agricultura, hace gala de un auténtico vigor híbrido.
Un poco de historia
¿de dónde han salido estos locos y sus locos cacharros? Vamos a remontarnos en el árbol genealógico del surfing con cometa.
En los años 60 se origina la cultura del surf moderno. La aparición de nuevos materiales –espumas de poliuretano y laminados de fibra de vidrio y poliéster- permitió la construcción de tablas más ligeras y mejor “shapeadas”, con formas más cortas y eficientes que las tradicionales de madera de teca y/o balsa. El milenario deporte de los reyes hawaianos de cabalgar sobre las olas , recuperado por Duke Kahanamoku en los años 30 y 40 conectaba con la cultura californiana Baby-boomer. La música de los beach boys , y películas como Endless summer lo consolidaron como deporte y estética.
Prácticamente al mismo tiempo se desarrollaba el Vuelo libre –el ala delta- hasta hacerse accesible comercialmente. Nuevos tejidos sintéticos –ligeros y resistentes- hicieron posible que los diseños del visionario Leonardo da Vinci, y otros pioneros del sXIX convenientemente revisados por la NASA, se convirtieran en realidad: la posibilidad de que el hombre volara –o al menos planeara- como los pájaros, sin la ayuda de motores.
Tanto el Surf como el Ala delta evolucionaron de forma paralela durante casi dos décadas, con mínimas innovaciones incrementales en sus diseños, mejorando su performance con la exigencia de mayores destrezas –y el feed back- por parte de sus usuarios mas experimentados y tan sólo adaptándose a criterios de marketing,-colores, tamaños, modas- a medida que su uso se extendía.
A principios de los 80 –hay una disputa sobre la patente del “pie de mástil” o articulación universal que lo hizo posible- tras varios intentos fallidos, se incorpora una vela –con un mástil y una botavara- a las tablas de surf. El inicio del Windsurf está profundamente marcado por la vela, las tablas tienen carenas con proas en V, orzas de deriva, y su enseñanza está marcada por términos netamente náuticos como virada por avante, ceñida, o trasluchada. No es de extrañar que las primeras regatas se disputaran sobre triángulos, -como la Copa América- y como deporte de vela se incluyó la categoría T.D.V (Tabla deslizadora a vela) en los JJOO de Los Angeles en 1984. Había nacido un nuevo deporte.
También en los 80 (desde 1978), aglutinando una serie de experiencias del paracaidismo tradicional y ascensional (el del remolque todavía en algunas playas)-, y dando forma de ala a la vela –gracias a una serie de cajones transversales- para permitir su maniobrabilidad y su perfil de sustentación, se desarrolla el Parapente que convive con el vuelo libre, y gana rápidamente adeptos sobre la base de su simplicidad y facilidad de acceso y aprendizaje. A diferencia del ala delta, cualquiera puede permitirse tener en su apartamento una vela de parapente –abulta como una mochila – y el fin de semana llevarla a un acantilado o colina para estar volando en minutos sin necesidad de complicados montajes y despegues y aterrizajes más aeronáuticos.
Ambos deportes vivieron sus propias “revoluciones internas” en los 90, radicalizándose en sus maniobras, diseños, nuevos materiales –kevlar, composites de carbono y epoxi, etc..- retroalimentados por una cultura de los deportes de adrenalina, la industrialización de la producción y su comercialización, el apoyo de patrocinadores –sponsors-, organizadores de competiciones, concentraciones y revistas especializadas, llegando a la a la profesionalización de algunas de sus estrellas como Robby Naish o Bjorn Dunkerbeck. En el caso del windsurf, sobre todo en Hawai –pero también en otros lugares ventosos como Tarifa o Canarias- se inicia un movimiento para liberarse de las restricciones y disciplina de Club nautico que encorsetaba la evolución del deporte de la TDV. Con una vuelta al surf, al culto a la ola, el salto, nace, crece y se desarrolla el Fun-board, el windsurf libre, tablas cortas, sin volumen, de puro planeo, sin orza, competir en slalom –Ins & outs- o en pruebas de olas en saltos cada vez más radicales –loops, 360º, rolls…y otros imposibles-. Una nueva carrera por el más alto, más rápido había empezado.
Y en la línea de llegada de esa carrera está el cruce casi natural entre el salto y el vuelo, pasando por el planeo. Hay documentos gráficos de intentos de incorporar un ala delta a un aparejo de windsurf…en un engendro ingobernable ni para volar ni para navegar.
Como en la mayoría de las grandes innovaciones eficaces, el éxito llega por la simplificación, keep it simple, por la eliminación de lo superfluo –en este caso los mástiles, botavaras y estructura del ala delta- Una simple cometa de tracción, -un parapente mínimamente adaptado-, y una tabla –que puede renunciar al volumen que exige el principio de Arquímedes- gracias al lift vertical que le permite despegar. Estamos a punto de cambiar de milenio y ha nacido el Kytesurfing, el surf con cometa.
El resto es historia muy reciente, y es casi una replica de los procesos descritos para los otros deportes. Creciente número de practicantes, genera visibilidad, que atrae a patrocinadores, la promoción multiplica el interés y la afición, fabricantes mejoran el marketing –Precio y producto-, Más competiciones –estrellas como la adolescente Gisela Pulido-, más escuelas (intentos poco afortunados de regular lo que no es entiende), nuevos modelos para nuevas prestaciones más avanzadas, y en este círculo virtuoso….ha nacido un nuevo deporte. ¿Llegará a ser disciplina olímpica? Posiblemente. El Windsurf y el Snowboard lo consiguieron en menos de una década desde su nacimiento.
Hibridación de segunda generación.
El kytesurf no es el único caso de evolución por hibridación de nuevos deportes. El Snow-board, o Surf de nieve- –resultado de la fusión entre el esquí alpino y el surf de olas en los 80´s con un espectacular despliegue en los 90´s es un caso bastante similar, de primera generación y que se encuentra ya establecido, como un deporte independiente reconocido como tal. Otros modelos de hibridación todavía se mantienen en un estado inicial –no han entrado en el circulo virtuoso, ni alcanzado la masa crítica necesaria- El Hydrospeed –un hybrido entre el body board y el kayak de aguas bravas- , o el Macski – la fusión entre el kayak y el surf en unas tablas/canoas de diseño específico para esta actividad (no confundir con el kayak surf, en el que se cogen olas con los kayaks de rio) son ejemplos de algunos de estos deportes, que habiendo nacido antes que el kyting, hace ya más de 20 años, y pese a aportar diversión y adrenalina y ser relativamente accesibles, adolecen de la falta de Vigor hibrido, que les haga entrar en el círculo virtuoso, y el favor del publico y la industria. ¿Por qué unos sí y otros no?
No es Mash-Up todo lo que parece.
Hasta ahora hemos hablado de “un nuevo ADN diferente” como resultado del producto –del cruce- de dos deportes anteriores. El lenguaje matemático no es casual, y expresamente la formula es de producto, de multiplicación de factores. Hay otros muchos deportes en los que se combinan deportes por adición –de técnicas, medios, equipos-…y el resultado de una combinación, por adición, de un deporte y un medio o tecnología que no es el el suyo habitual. Como ejemplos…
El espeleo-submarinismo, o buceo en cuevas, consiste en llevar la actividad subacuática a otro medio, las cuevas sumergidas; El windsurf sobre hielo o sobre ruedas, en el que el aparejo convencional de mástil vela y botavara se monta sobre un triciclo de ruedas o cuchillas –bastante popular en el Norte de Europa y Canadá -, el in-line skating -resultado de sustituir las cuchillas de los patines de hielo por 4 ruedas en línea, … incluso la bicicleta de montaña no es otra cosa que llevar la bici de paseo / carretera al todo terreno –y lógicamente adaptar la maquina , y la práctica, a las exigencias de su nuevos medio-; Otros.. El kayak surf – en olas de mar con un kayak de rodeo- el sand-board (surf en dunas de arena-), el cata-rafting , sobre dos cascos hinflables unidos por una plataforma, el uso de bicicletas –de “acrobacia”- en half pipes y pistas de skateboard…
La lista de aplicaciones cruzadas entre deportes y medios es tan larga como la sed de adrenalina de adolescentes buscando explorar –y explotar- nuevos límites. Muchos no acaban de ser experimentos o prototipos , que en la nueva cultura 2.0 pueden acabar en www.youtube.com y generar cierto efecto viral , sobre todo si acaban en espectaculares caídas o situaciones propias de Jack-ass. Algunas -las menos- de estas ideas acabarán por encontrar el soporte industrial y comercial suficiente para entrar en una producción que eventualmente les aporte la masa crítica de usuarios que a su vez retroalimente su demanda, popularidad y consolidación como alternativa hasta llegar a ser un nuevo deporte. También en este campo, las actuales posibilidades de la sociedad de la información, la conectividad y la digitalización facilitan hoy un entorno global de intercambio de experiencias –de diseño, ejecución, desafío, etc..- en nuevos deportes. Blogs y foros de construcción de kayaks, multicascos de uso individual, ultraligeros, o de exhibición del salto más extremos o la maniobra más radical, aglutinan y dan forma a un caudal de inteligencia colectiva que hasta hace muy poco tiempo se encontraba , en muchos casos literalmente, aislado e inconexo. Por eso no es descabellado pensar que próximamente –sea en la playa o en la montaña, por tierra mar o aire- nos vamos a encontrar con actividades deportivas de acción resultado de hibridaciones de otros deportes…que pueden ser a su vez fruto de hibridaciones pasadas.
Sorry, the comment form is closed at this time.