Ramon Sangüesa: Ciencia-Tecnologia-Diseño

Ramon Sangüesa: Ciencia-Tecnologia-Diseño

Entrevista a Ramon Sangüesa, profesor de la Facultad de Informática de Barcelona. Diplomado en Comunicación Científica por la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Miembro fundador de la Associació Catalana d?Intel·ligència Artificial. Coordinador del ámbito de Ciencia/Tecnología/Diseño del Cercle per al Coneixement.


Ramon Sangüesa

Ramon Bori> Preséntanos un poco tu historia, desde la Inteligencia Artificial a la Innovación.

Ramon Sangüesa>— Siempre he trabajado en Inteligencia Artificial (IA). Me he aproximado hacia otros intereses desde este marco conceptual. Dí en estudiar el comportamiento inteligente individual y colectivo, buscar analogías con comunidades humanas. De ahí a la innovación había un paso.

Ramon Bori> Hablemos un poco de las comunidades de innovación.


Ramon Sangüesa> Investigamos cómo unos grupos de agentes son más innovadores que otros.


Ramon Bori> Pon algún ejemplo


Ramon Sangüesa> Supongamos unos robots que deban transportar una pieza. Unos saben cargarla, otros arrastrarla, etc. Uno pide ayuda a los otros. Al principio desconoce su nivel de competencia. Inician colaboraciones. Algunas son predefinidas, otras emergen. Las conductas influyen en qué estructuras de relación surgen, llámales ?organizaciones?, si quieres. Unas resultan mejores que otras.

No se pueden definir antes: serían demasiado rígidas ante nuevas situaciones. Las debes ?plantar?. ¿Las semillas? Ciertas convenciones sociales. Unas funcionan y otras no. Unas estructuras propagan convenciones nuevas, útiles. Otras no. Varias disciplinas estudian el ?organizarse?. Las redes complejas abren otras oportunidades.

Ramon Bori>¿ Y como comprobáis estas ?organizaciones? emergentes?

Ramon Sangüesa> En el grupo de trabajo en redes complejas, parte del grupo en Ingeniería del Conocimiento y Aprendizaje Automático, definimos juegos cooperativos, estructuras de red iniciales y medimos la rapidez con que se estabilizan, etc. Es el trabajo que lideran Josep M. Pujol y Jordi Delgado.

Las redes ?Small World? parecen dar mejores rendimientos. Difícil definirlas en dos líneas pero diré que sus conexiones crean muchos ?grumos? en la red y que el camino medio entre cualquier nodo de la red es muy corto. Las redes de amistad son así: incluso en grupos grandes das con alguien en pocos pasos a través de conocidos. Los famosos ?seis grados de separación?. Buscamos saber qué normas sociales llevan antes a una estructura ?Small World?.

Ramon Bori> Mecanismos de reputación, por ejemplo.

Ramon Sangüesa> La reputación es un resultado de tu interacción con la comunidad según convenciones que le inducen a reconocer tu colaboración. Ciertas convenciones de reputación y confianza llevan a la comunidad a morir en una estructura poco interesante (una jerarquía). Nos intriga cómo convenciones de creación o destrucción de relaciones acaban en estructuras ?interesantes?, como las ?small-world?.

Ramon Bori> Hablemos de Innovación. Tú has sido el coordinador de un estudio que tiene un título un tanto abstracto, ?Hacia una Tecnocultura de la innovación?

Ramon Sangüesa> Es otra historia, aunque encontraremos relación con lo anterior. Mi interés por las organizaciones me involucró en grupos para activar de una vez la innovación en nuestro país. Uno de ellos es el Cercle per al Coneixement. Es un ?think-tank de acción?. No más quejas: propuestas. Conecta a los que desde Empresa, Universidad, Administración las pueden llevar a cabo. Es construcción, contribución y colaboración. Un trabajo duro.

Ha dado como resultado, entre otros, el informe que citas [está en versión preliminar abierta].

Se me ofreció coordinar el ámbito de Ciencia/Tecnología/Diseño. No hay problemas en que ciencia y tecnología vayan juntas. Pero al incluir diseño, la gente se cortocircuita.

Ramon Bori> Diseño, ¿en qué sentido?, ¿tal como lo entendía Herb Simon?


Ramon Sangüesa> Sí. Diseño como construcción de conocimientos. Así lo planteó este Premio Nobel? y padre de IA clásica. Queremos difundir la idea del diseño como nexo de actividades que no se reconocían como próximas entre sí. Para nosotros, es lo distintivo de la Sociedad del Conocimiento, que es una cultura, una tecnocultura de diseño e innovación.


  

Ramon Bori> ?Las Ciencias de lo Artificial?

Ciencia y Tecnología ahora comparten la actitud de diseño. Para hacer una cosa, sometido a unas limitaciones, debo romperlas o respetarlas. De paso, puedo crear conocimiento nuevo, una ley general de diseño. Es decir; ¡puedo dar trabajo a los científicos!. Decía Stokes en Pasteur?s Quadrant que la mayoría de objetos de estudio de la ciencia actual se generan desde la tecnología y en la tecnología. Y la tecnología es diseño. Una provocación que pone a mucha gente muy pero que muy nerviosa? y que Simon anticipó al hablar del diseño como ?Ciencia de lo Artificial?.


Ramon Bori> O sea, el diseño entendido como construcción de mundos

El diseño se erige como la forma característica de construcción de conocimientos? ¡de la sociedad del conocimiento! Esto es muy importante para enjuiciar el estado de los sistemas de I+D+I o de la economía en general. O de los sistemas educativos. Es un criterio clave para distinguir la sociedad del conocimiento, más que el índice de uso de tecnologías de la información. ¿Qué es más propio de la nueva sociedad: pilotar la complejidad diseñando conocimientos o que la administración use internet para cobrar los impuestos?

Por eso en el Cercle se decidió englobar a todos los actores de la creación estratégica de conocimiento bajo el paraguas de Ciencia, Tecnología? y Diseño.

Ramon Bori> Volvamos ?Hacia una Tecnocultura de la Innovación?

Ramon Sangüesa> Durante año y medio usamos las gafas CTD (Ciencia-Tecnología-Diseño) para comparar modelos de innovación ¡Los indicadores existentes eran para explicar películas de la era industrial!. Conseguimos medir algunos nuevos, otros son para futuros trabajos. ?Tecnocultura? influirá en el método a seguir por el informe anual del Cercle que monitorizará el estado de la economía del conocimiento en Catalunya.


Ramon Bori> ¿Y cómo estamos en I+D+I?

En otra película. Se diría que, tras muchos años, ya hemos empezado a vertebrar un sistema de I+D+I adecuado para la sociedad industrial. En el ?Tecnocultura? hicimos benchmarking con muchos expertos en modelos de I+D+I. La gran diferencia con el modelo catalán es el enorme peso que aún mantiene el paradigma industrial en la visión de quienes aquí lo organizaron, lo organizan y forman parte.


Ramon Bori> ¿Explícanos esto un poco?

Aún así, el último plan aporta mejoras importantes respecto a los anteriores. Por ejemplo, ya considera prioritaria la investigación en TIC, no sólo ?digitalizar empresas?. Tiene iniciativas individuales con pleno sentido. No acabo de ver ?por el contrario–, a qué dirección estratégica responde.

Normal, dado el desenfoque y falta de dirección que se aprecia en Cataluña en la transición hacia la Sociedad del Conocimiento. Este problema rebasa el ámbito del Plan. También creo que el Plan podría encarar más novedosamente la organización de la I+D+I, más compleja y adaptativa. Siguen flotando, a mi parecer, algunas ideas del modelo industrial.

Eso sí, se intenta distanciar del ?pipeline? rectilíneo en la puesta en valor del conocimiento. Otra cosa: la creación de valor ahora corresponde a empresas de conocimiento, diferentes a las del modelo industrial. No acabo de ver cómo encajan en el Plan. Pero quizá soy muy exigente.


Ramon Bori> Es decir no existe sólo una relación lineal universidad-empresa. Hay otros agentes que interactúan en otras direcciones.


Ramon Sangüesa> Los flujos van en todas direcciones. Es mucho más complejo.

En sistemas avanzados, lo que se ve son redes. Ya lo dijo Castells al hablar de entornos de innovación. Con esto volvemos al principio. ¿Qué redes I+D+I funcionan? ¿Y qué redes no? Las formas organizativas y culturales aquí son determinantes. Y el sistema catalán?pues, francamente, no acabo de ver que se acerque a modelos en red eficientes o simplemente en red.


Ramon Bori> ¿Y las actitudes de los agentes?

Ramon Sangüesa> Se sigue pensando en contenedores: parques científicos y tecnológicos, centros de investigación, bonitos edificios, el mejor paquete de medidas fiscales para I+D+I ?. y nos olvidamos de la base, de las actitudes, los valores, los objetivos que mueven a cada persona y, en particular, las que integran el sistema de I+D+I. Tenemos problemas para potenciar actitudes simultáneas de competitividad individual e innovación colaborativa, el mérito y la reputación. Y no sólo es un problema del sistema de I+D+I?


Ramon Bori> Era un poco lo que decía Norbert Wiener sobre la ?alimentación de las ideas?


Ramon Sangüesa> No exactamente. Norbert Wiener en un librito titulado ?The Care and Feeding of Ideas? quería potenciar el sistema de Big Science americano para contrarrestar a la URSS. Era la fase final del modelo industrial pero ya apuntaba a una Ciencia con un ojo en la innovación.



Comunidad de innovadores del Tecnocampus de Mataró

Ramon Bori> ¡Claro, pero de esto hace cincuenta años!

Ramon Sangüesa> Hace tiempo, sí. Venía a decir (aunque no sólo eso): tendremos más ventaja si nuestra ciencia es más potente, en el sentido de excelente. Un buen punto de partida. Ahora, si no está muy bien orientado, si no está muy próximo a los otros creadores de valor, si no existe una cultura común, sino gestionas bien las relaciones, puedes tener el sistema más excelente del mundo pero los resultados para tu sociedad serán la décima parte de lo que podrían ser. El sistema de ciencia soviético era un buen ejemplo de esta orientación excelente.


Ramon Bori> O sea, ?los entornos de innovación ni se crean ni se controlan, se cultivan?. Son entornos orgánicos.

Ramon Sangüesa> Nuestra propuesta viene a decir que es más importante cuidar la red, cuidar la relación que obsesionarse por la calidad de cada una de las partes del sistema. Y dar dirección estratégica y foco al conjunto.

Ramon Bori> ¿Qué propuestas apuntáis?

Ramon Sangüesa> Parece que falten dos cosas, a dos niveles muy diferentes.

A un primer nivel, una nueva visión estratégica con ambición global, que piense en términos de relaciones, no de componentes ni ubicaciones. Que acepte de verdad, y en serio, que el juego es global y que para jugar — sólo poder jugar, ya no digo ?jugar en primera? — hay que romper con una serie de inercias e intereses creados en los tres agentes: administración, universidad y empresa.


Ramon Bori> ¿Cuál es esta visión estratégica global?

Me parece bien que se proponga como eje futuro para Catalunya una estrategia del tipo ?lideres en el sur de Europa?, pero no creo que sea ilustrativa del funcionamiento que puede convenirnos. El Sur de Europa es nuestro ámbito natural, pero el juego es global. Nuestra relación con núcleos globales de innovación es débil y ha de ir más allá. La Eurorregión es sólo un principio, no un límite.

Quizá una estrategia que nos permita colaborar con núcleos de innovación globales, no sólo con el ?hinterland? europeo meridional. Especializarnos para diferenciarnos y competir está muy bien pero se puede caer en la obsesión de la diferenciación y la excelencia en el vacío. Es más importante gestionar las relaciones, entrar en contacto con núcleos de innovación global: tiene un efecto de potenciación local inmediato. Si una start-up de aquí puede conectar con una de California y colaborar, aceleras la salida de productos y la creación de valor? aquí.

Ramon Bori> ¿ Y cómo se gestiona este sistema?

Se propone una articulación ágil del sistema de I+D+I bajo esta óptica de estrategia global. Adquirir velocidad, conexión y primar el timing. Organizarse con una estructura muy ligera de decisión y acción. Se propone un órgano consultivo que escanee el entorno y elabore visiones de futuro y otro ejecutivo que marque prioridades con las que los actores del sistema I+D+I se sientan incentivados a alinearse.

Ya sabemos que es un cambio difícil. Costará romper inercias para llevar este esquema a la práctica, pero alguien debe comenzar a proponerlo.

Ramon Bori> ¿La segunda propuesta que apuntabas?

Apunta a las personas. El éxito depende de su espíritu de cambio, de líderes sin miedo a los Grandes Agentes: la Administración –con mayúscula–, las Empresas –con mayúscula– y la Universidad –con mayúscula. Necesitamos actitudes personales de autoliderazgo y colaboración. Redes con este tipo de gente.

Ramon Bori> En ?Tecnocultura? proponéis un Centro de Liderazgo

Es un nombre inadecuado porque en realidad no será un centro sino una iniciativa desde abajo, tentacular, en red, compleja, orgánica. Trabajamos en ello refinando la idea inicial.

De hecho, ya han empezado los primeros Talleres de Economia del Conocimiento enfocados a activar actitudes de cambio y liderazgo. Tienen el apoyo de la Fundación Cercle per al Coneixement. Podéis informaros en la web de la consultora que los organiza, Helix3C.

Es una iniciativa incremental para movilizar personas que internalicen las actitudes, valores, habilidades y conceptos de la Sociedad del Conocimiento, que se lancen con sus proyectos de creación de valor a partir del conocimiento y se organicen en comunidades de trabajo y colaboración. No bastan los grandes cascarones, los parques y centros tecnológicos, hay que poblarlos, conectarlos, sobrepasarlos.


Ramon Bori> A mi lo que me preocupa es que más que ?Small Worlds? lo que tenemos son círculos cerrados.

Ramon Sangüesa> Exacto. No siempre puedes crear valor a partir del conocimiento tú solo, debes entrar en alguna red de colaboración.

Si entras en una red es porque puedes aportar conocimiento nuevo, muestras competencia y una predisposición abierta de reciprocidad. No es compatible con los espacios cerrados. Uno debe estar dispuesto a que su red se desestabilice porque ha entrado alguien con más conocimiento o mayor habilidad, pero que mejorará la red, y acabará por mejorarte a ti.

En nuestro entorno aún estamos muy encastillados en grupos cerrados, que ante algún recién llegado siempre preguntan ¿es uno de los nuestros? Y así no se hace nada. No está con el espíritu de los tiempos.

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