Estratélites

Estratélites

 

No somos conscientes de lo trascendental que ha sido para nuestra economía moderna que la "peregrina" idea de Arthur C. Clarke de poner objetos en órbita para servir de repetidores de señales de comunicación, se convirtiera en realidad en lo que hoy conocemos como satélites. Los satélites son fundamentales en un mundo en que la información debe moverse con instantaneidad. En un mundo en el que, como anunció Paul Virilio, ya no hay "aquí" (la distancia ha muerto), sino que hay "ahora" (el tiempo es la variable crítica, y la instantaneidad reina en nuestras vidas).

Por eso, es de esperar muchas novedades en cuanto a las nuevas generaciones de satélites. Hay que esperar más capacidad, más prestaciones, más baratas.

Una de las ideas en esta dirección la proponen empresas que "beben" de tecnologías aéreas ya existentes pero no suficientemente utilizadas. Así, por ejemplo, la empresa Sanswire Networks propone utilizar globos aerostáticos o zeppelines como satélites a baja altura.

Se trata de satélites que se sitúan en la estratosfera (a unos 20 km de altura), y que se estabilizan frente a los leves vientos que hay a esa altura gracias a motores alimentados por energía solar (el "techo" del globo está constituido íntegramente por células solares). Del hecho de que estén en la estratosfera se deriva que a estos satélites se les llame "estratélites".

Se trata de una propuesta que liga diversas tecnologías en un cóctel muy atractivo. Aparte de la tecnología aerospacial de base (zeppelines de nueva generación, aprovechando las potencialidades no explotadas de esta tecnología aérea), el sistema podría utilizar los nuevos sistemas de células solares elaborados a partir de plásticos conductores, flexibles y de poco peso, así como servir de repetidores para las nuevas tecnologías de comunicación de amplio ancho de banda como Wi-fi, y, quizás mucho mejor, como el WiMax, que, al parecer, vendrá a sustituir/superar pronto a la primera. La empresa citada sugiere, por ejemplo, que uno sólo de sus globos podría dar servicio a un área de más de 800.000 kilómetros cuadrados (más que la superficie de España).

El sistema se probó con éxito en el verano de 2004 (http://www.sanswire.com/).

Leído en "Not quite out of this World", The Economist 04/12/04, Technology Quarterly, p. 20.

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